Budapest, la perla del Danubio

I. Introducción:

Como consecuencia de la unión de las localidades de Buda y de Pest, nació Budapest, la capital de Hungría y una de las ciudades más bellas del Viejo Continente. 

Sita al norte de Hungría y atravesada por el Río Danubio, es una urbe con un espléndido legado histórico y con una riqueza arquitectónica sin parangón. Tal es su hermosura que es conocida como 'la perla del Danubio' y eso que el caudaloso río también transita por otros preciosos rincones. La huella de su insuperable lucha frente a movimientos totalitarios y de su pertenencia al Imperio Austrohúngaro permanece en el orgullo de una villa para el recuerdo.

Con algo menos de 1.800.000 habitantes y dado el alto número de fuentes termales que atesora, también es denominada 'la ciudad de los balnearios'. Y es que no puedes visitar la capital magiar sin relajarte en uno de sus innumerables baños, sin acudir a alguno de sus emergentes ruin bars para degustar sus mágicos vinos, y sin pasar un rato en alguno de sus reputados cafés para disfrutar de su fina repostería; pero sobre todo, lo que no puedes hacer es no ir a Budapest. Si no has ido, no sabes lo que te estás perdiendo.


El Parlamento desde Buda en la otra orilla del Danubio / FUENTE: Archivo propio

II. Qué ver en Budapest:

8 lugares imprescindibles (los tienes que ver sí o sí): 📷

1. Dohány Utcai Zsinagóga.

La Sinagoga de Budapest, construida entre 1854 y 1859, es el segundo templo judío de mayores dimensiones tras el de Jerusalén. Levantada en estilo predominantemente morisco -si bien cuenta con elementos bizantinos, románicos y góticos-, su espléndida arquitectura llama la atención de cuantos transeúntes pasean por sus alrededores. Sobresalen sobre todo sus dos torres octogonales coronadas por dos lindas cúpulas. 

El complejo de la Sinagoga lo integran la propia Sinagoga, el Museo Judío, el Templo de los Héroes, un cementerio judío y el Raoul Wallenberg Emlékpark, un memorial en honor de los mártires judíos húngaros. No te pierdas del complejo el Árbol de la Vida, un enorme sauce llorón metálico. Habida cuenta del elevado número de judíos residentes en Budapest a lo largo de la historia, esta Sinagoga es de las más espectaculares que se pueden visitar, dada su trascendencia.

La Sinagoga de Budapest se enclava en el barrio judío de la capital húngara, formalmente conocido como el Distrito VII. Te recomiendo perderte por sus callejuelas y admirar cuanto encuentres a tu paso en forma de sinagogas -como la Sasz-Chevra Ortodox Nagyzsinagóga o la Rumbach Zsinagóga-, en forma de teatros -como el Örkény István, el Madách o como el Magyar-, en forma de cafeterías -como el New York Café o el Café Noé-, o en forma de ruin bars -como el Szimpla Kert, el Instant, el Fogas Ház o el Mazel Tov-.

De los alrededores del barrio judío de 'la ciudad de los balnearios', déjate sorprender por el Rendőr Múzeum -el Museo de la Policía-, por el curioso cementerio de Fiumei Úti Sírkert, por el Teatro Erkel, por el Orkzy-Park -un bucólico parque-, por el Magyar Természettudományi Múzeum -el Museo Húngaro de Historia Natural-, por el Parque Ludovika Tér -con su imponente edificio-, por el Holocaust Memorial Center -el conmovedor museo en honor de las víctimas húngaras del genocidio nazi-, por el Magyar Nemzeti Múzeum -el Museo Nacional de Hungría, sobre el que incidiremos unas líneas más abajo-, por el Petőfi Irodalmi Múzeum -un interesante museo ubicado en un bello palacio-, por el Brudern-Ház -un hermoso edificio-, por el Teatro Katona József, por la iglesia católica de Budapest-Belvárosi Nagyboldogasszony Főplébánia-Templom, por el Puente de Erzsébet Híd, por la sala de conciertos Vigadó, por la iglesia ortodoxa de Istenszülő Elhunyta Nagyboldogasszony Magyar Ortodox Székesegyház, por la iglesia católica de Belvárosi Szent Mihály Templom, por el Nuevo Ayuntamiento, por la Universidad Corvinus de Budapest, por el ruin bar Púder, por el Palacio Esterházy, por el ingente Parque Népliget y, sobre todo, por el Nagy Vásárcsarno -el Mercado Central de Budapest, emplazado en un precioso edificio neogótico y que es uno de los mejores lugares para comer bien y a buen precio en 'la perla del Danubio'.

2. Szent István-Bazilika.

La Basílica de San Esteban es la Catedral de Budapest y el edificio religioso de mayores dimensiones de Hungría. Construida entre el 1851 y 1905, es un ingente templo de estilo neoclásico. Como curiosidad, su construcción fue larga debido al hundimiento de su cúpula en 1868. No obstante, todo se arregló y en la actualidad su majestuosa cúpula central preside este impresionante templo -a la que se puede subir para obtener una bonita estampa de la urbe desde las alturas-, flanqueada por dos torres que hacen las veces de campanario -como dato, la de la derecha cobija la campana más grande y pesada del país-. Sus interiores también son de enorme belleza, destacando de entre sus elementos la Cámara del Tesoro y la Santa Diestra, una mano momificada de San Esteban, el primer rey de Hungría y al que se le atribuye la conversión de los magiares a la religión católica. 

Como curiosidad, en esta basílica yacen los restos mortales de excepcionales ex futbolistas de origen magiar que pasaron buena parte de su carrera en España, como Ferenc Puskás, mito del Real Madrid, y Sandór Kocsis, mito del Fútbol Club Barcelona. En la época de Navidades, las zonas aledañas a esta basílica acogen un animado mercado de adviento.

De las zonas cercanas a la Catedral de Budapest intenta ver el Teatro Pesti, pasear por los alrededores del Danubio y por la peatonal Váci Útca, fotografiarte con la Kiskirálylány-Szobor -la Estatua del Duende de Budapest-, darte un capricho en forma de dulce en las cafeterías de la Plaza Vörösmarty, disfrutar en algún ruin bar -como el Anker't-, y relajarte en la Erzsébet Square y en el Parque Széchenyi.

3. Magyar Állami Operaház.

Enclavada en el distrito de los teatros de 'la ciudad de los balnearios', en uno de sus principales bulevares, el Andrássy Út, la Ópera Nacional de Hungría es una de las principales enseñas de esta bella capital. Como es habitual en las grandes urbes que formaron parte del Imperio Austrohúngaro, este edificio goza de enorme relevancia arquitectónica pero también para la vida cultural de la ciudad magiar. Inaugurada en 1884 y de estilo neorrenacentista, es una espectacular construcción famosa por su excelente acústica y por la bella decoración de sus exteriores con esculturas de afamados músicos y compositores. Además, es la sede de la Orquesta Filarmónica de Budapest.

De sus proximidades, trata de acercarte a teatros como el Centrál, el Új, el Budapest Báb, el Radnóti Miklós, el Hatszín o el Budapesti Operett, a la Terror Háza -de la que hablaremos más adelante-, al Miniversum Budapest -con su insuperable exposición de maquetas-, a la 3D Gallery Budapest -muy divertida, si te gusta la fotografía-, o a la Magyar Fotográfusok Háza-Mai Manó z -con sus interesantes exposiciones fotográficas-.

4. Városliget.

Es el momento de pasear por la impresionante avenida Andrássy Út y de acercarnos al que para mí es el parque más hermoso de 'la perla del Danubio'. Pero antes de llegar a este precioso paraje, te aconsejo que te detengas y admires la grandilocuencia de la Hősök Tere. Conocida en español como la Plaza de los Héroes, es una colosal plaza que cuenta con diversas estatuas que conmemoran a los líderes de las siete tribus fundadoras de Hungría. Situada en un extremo del citado bulevar Andrássy Út, es uno de las explanadas más renombradas de la ciudad. Otro de sus elementos más emblemáticos es su enorme obelisco central coronado por el Arcángel Gabriel. 

Esta ingente plaza se encuentra flanqueada a un costado por el Szépművészeti Múzeum -el Museo de Bellas Artes de Budapest-, y en el otro costado por el Műcsarnok -un museo con notables exposiciones de arte contemporáneo-.

En cuanto al Városliget se refiere, es un lugar especial, dotado de una magia que te envolverá. Considerado como uno de los primeros parques públicos del mundo, cuenta con unos maravillosos rincones; de esos que no se olvidan. Sus mayores puntos de interés, de los muchos que atesora, son el zoológico, el jardín botánico, el Circo de Budapest, el carrusel, bucólicos estanques, pistas de patinaje sobre hielo, diversas estatuas como la de George Washington, un enorme reloj de arena para conmemorar la adhesión de Hungría a la Unión Europea y la capilla Jáki.

Capítulo aparte merecen otros dos elementos que lo integran.

En primer lugar, el impresionante Balneario de Széchenyi, uno de los más grandes de Europa y de los más recomendables. Es cierto que tuve un pequeño problemilla con un asunto relacionado con las taquillas para custodiar la ropa -y que no me atendieron con demasiada amabilidad-, pero bañarse al aire libre mientras llovía con fuerza me compensó con creces el contratiempo. Cuenta con quince piscinas -tres de ellas al aire libre-, salas de masaje y saunas. Un templo del relax a excelentes precios. Es el gran balneario de Pest, puesto que sus dos grandes rivales, el Gellert y el Rudas, se hallan en Buda.

Y el segundo elemento que merece mención especial es el Vajdahunyad Vára. El Castillo de Vára se construyó entre 1896 y 1908 a imagen y semejanza del Castillo de Transilvania. Edificado, junto con otras construcciones, para honrar al primer milenio del Estado Húngaro, alberga en la actualidad el Museo Agrícola de Hungría. Enclavado en un lugar de ensueño, rodeado de vegetación y de bellos estanques es otro imperdible de la ciudad. En sus terrenos se halla también la Estatua del Autor Anónimo, que goza de un gran simbolismo para los ciudadanos locales.

Limítrofes con este maravilloso espacio verde -y, en algún caso, podría considerarse incluso que forman parte del mismo- se encuentran joyas como el Ötvenhatosok Tere -un monumento en honor a la Revolución de 1956-, el Dürer Kert -una renombrada sala de conciertos-, y el Stefánia Palota -un majestuoso palacio-.

Otros espacios interesantes de las zonas cercanas son el Estadio de fútbol Ferenc Puskás, el Magyar Sportmúzeum -un interesante museo deportivo-, y el Hopp Ferenc Kelet-Ázsiai Művészeti Múzeum -un buen museo de arte asiático-. 

5. Országház.

El Parlamento de Budapest es seguramente el edificio más universal no sólo de Budapest, sino de toda Hungría. Sito a orillas del Danubio, preside con majestuosidad la preciosa plaza de Kossuth Lajos Tér. Levantado entre 1884 y 1902, y si bien cuenta con algunas particularidades desde un punto de vista arquitectónico, es un edificio donde los rasgos del neogótico se hallan tremendamente presentes. Es impresionante por su belleza y por sus descomunales dimensiones, no en vano es en la actualidad uno de los tres parlamentos más grandes del mundo. Sus interiores de mármol y dorados, sus elegantes salas y escaleras, y su espléndida cúpula harán que su visita te resulte memorable. Es un lugar de los que marcan, de los que nunca se olvidan.

De las proximidades, son un must el Parque Szabadság Tér -con el monumento a los soldados soviéticos caídos durante la Segunda Guerra Mundial y con la Estatua de Ronald Reagan-, la Estatua de Imre Nagy -que se exhibe en un diminuto puente sobre un pequeño estanque conformando un fotogénico y bello paraje-, el Cipők a Duna-Parton -unas curiosas esculturas en forma de calzado a orillas del Danubio en honor a las víctimas del fascismo durante la Segunda Guerra Mundial-, así como el Monumento de Kossuth -líder del desafortunado alzamiento frente a Austria en 1848-.

También son interesantes la Magyar Tudományos Akadémia -la Academia Húngara-, el Néprajzi Múzeum -el Museo Etnográfico-, el Országgyűlés Irodaháza -un interesante edificio arquitectónicamente-, el Parque Szent István -con sus bellas flores-, los teatros József Attila, RaM Colosseum y Víg, el Museo de Pinball de Budapest, y el Monumento de Bibó Ostván -en honor del ilustre político magiar-.

6. Budai Vár.

Y llegó el momento de dejar la animada Pest para adentrarse en Buda. El mejor modo de hacerlo es cruzando las aguas del Danubio por el puente más emblemático de la ciudad, el Puente de las Cadenas. Conocido en húngaro como el Széchenyi Lánchíd, es un espectacular puente colgante, de enormes dimensiones, que data del siglo XIX. Al ser el más antiguo de los que unen Buda y Pest, es uno de los símbolos de 'la ciudad de los balnearios'.

Si Pest tiene rasgos de las grandes capitales, Buda es un lugar más tranquilo, con menos movimiento, que únicamente se ve alterado por el incesante goteo de viajeros ávidos por conocer todos sus rincones. Si bien toda Buda merece ser degustada con tiempo, en especial debe hacerse del Barrio del Castillo, uno de los más bellos de la ciudad e incluso del Viejo Continente: casitas de colores, calles adoquinadas que trepan por una colina, laberintos subterráneos y sus históricos edificios te harán parecer que te encuentras en el pasado, pero en un pasado glorioso.

Aunque Buda en general y el Barrio del Castillo tienen innumerables tesoros, puede que el más significativo de ellos sea el Budai Vár o Castillo de Buda. Este imponente edificio, también conocido como el Palacio Real, porque fue la residencia de los reyes de Hungría, es otra de las construcciones más reconocibles de 'la perla del Danubio'. Edificado en el siglo XIV, exhibe en la actualidad, tras distintas reconstrucciones, un estilo predominantemente barroco y se erige en el protagonista principal del skyline de Buda. Verlo de noche iluminado, junto con el Puente de las Cadenas es una bendición. En nuestros días, este emblema de la ciudad alberga la Biblioteca Széchenyi, la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest.

Aparte del Castillo, de Buda te recomiendo encarecidamente que visites el Laberinto del Castillo de Buda -unas históricas y enigmáticas cuevas sitas bajo dicho majestuoso edificio-, la Mátyás Templom -la Iglesia de Matías, que seguramente junto con la Catedral sea la basílica más bella y popular de la ciudad, construida en estilo neogótico entre los siglos XIII y XV, y que tienes que verla sí o sí-, el Halászbástya -el Bastión de los Pescadores y sobre el que profundizaremos más adelante-, y el Palacio Sándor -de estilo neoclásico y que es la residencia oficial del Presidente de Hungría-. Y no te vayas sin disfrutar de las maravillosas vistas que obtendrás del Danubio y de Pest. Son impagables. 

También me parecen interesantes los balnearios Lukács y Király, el Museo Tecnológico Ganz Ábrahám Öntödei Gyűjtemény, el Parque Mechwart Liget, el Centro Cultural Millenáris, la iglesia de Országúti Szent István Első Vértanú Templom, el Parque Városmajor, la iglesia de Városmajori Jézus Szíve-Templom, la Puerta de Viena, la iglesia de Budavári Evangélikus Templom És Gyülekezet, el Hadtörténeti Intézet és Múzeum -el Museo de Historia Militar-, el Museo de los Teléfonos, la Galería de Arte Koller, el Parque Vérmező, el Sziklakórház Múzeum -el Museo Hospital de la Roca-, la estatua de Szent István Szobra -la estatua ecuestre de San Esteban-, la Honvéd-Szobor -la estatua de la guerra de independencia-, la estatua de Szentháromság-Szobor -la Estatua de la Santísima Trinidad-, el antiguo ayuntamiento de Buda, la iglesia de Kapucinus Templom Árpád-Házi Szent Erzsébet Plébánia, la Casa de Houdini, el 0 Kilométerkő -el kilómetro cero de Hungría-, la A Halászó Fiú Szökőkút -la fuente de los niños que pescan-, la Mátyás-Kút -la fuente del Rey Matías-, la Estatua del Príncipe Eugenio de Saboya, la capilla de Budavári Várkápolna, y la Buzogánytorony -una imponente torre-.

En Buda, pero a más distancia del Castillo, también resultan enormemente interesantes las Cuevas Pálvölgyi, de enorme extensión y consideradas las segundas más grandes de Hungría, así como las Cuevas Szemlő-Hegyi, conocidas como el jardín subterráneo de Budapest por las curiosas formas adoptadas por sus minerales.

7. Citadella.

Si caminas por la orilla del Danubio de Buda, tardarás unos 40 minutos en llegar a la Citadella si partes del Castillo de Buda -aunque te aviso de que el último tramo es de ascensión-. El paseo es agradable y, además, te servirá para ver de cerca el impresionante Puente de Erzsébet Híd y el curioso monumento de Szent Gellért-Szobor. Además, si te apetece, puedes relajarte en las aguas termales de Rudas, uno de los tres grandes balnearios de la ciudad y uno de los baños turcos más bonitos del mundo y que datan del siglo XVI.

Centrándonos en la Citadella, se trata de una enorme fortaleza que domina la ciudad desde las alturas y que se ha erigido en uno de sus grandes símbolos desde su construcción a pesar de pasadas reticencias. Sus mayores reclamos son sus excepcionales vistas de la ciudad -es cierto, por eso, que el mayor estandarte de la villa, el Parlamento, se divisa muy alejado-, el Szabadság Szobor -el impresionante monumento en honor de la libertad-, y un búnker de la Segunda Guerra Mundial. 

De los alrededores, lo más destacable me parecen las iglesias de  Sziklatemplom y la de Gellérthegyi Barlang -conocida como la iglesia de la cueva-, así como el balneario Gellert, uno de los más renombrados de la ciudad y famoso por haber sido escenario de diversos anuncios de televisión y por su preciosa piscina principal.

8. Szoborpark.

El Szoborpark -Memento Park en inglés- es un parque bastante alejado del centro de Budapest, pero que considero de enorme relevancia su visita. Si bien su aspecto puede parecer un tanto desangelado, es un paraje donde se respira historia por los cuatro costados. Y es que ha sido el rincón elegido para exhibir las estatuas procedentes de la época comunista y que en su tiempo se hallaban distribuidas por la capital magiar. En la entrada del parque te encontrarás con una estatua de unas botas; pues bien, se trata de las botas que quedaron de una enorme estatua de Stalin que los húngaros tumbaron durante la revolución de 1956. Otras llamativas estatuas son las cubistas de Marx y Engels, y la de Lenin -que también presiden la entrada-, así como la relativa a los Brigadas Internacionales que tomaron parte en la Guerra Civil española en el bando republicano. Es un pedazo de historia que merece la pena conocerse. 

Para llegar hasta el Memento Park, te recomiendo que tomes la línea 4 del metro y te bajes en la estación de Kelenföldi Pályaudvar -la última de esa línea-, y que acto seguido subas al primero de los siguientes buses que pase en dirección a Budatétény: 101B, 101E o 150. No tardarás en principio más de 50 minutos en hacer el trayecto en su totalidad desde Pest o de 40 minutos desde la Citadella en Buda.

Mi rincón: 💎

Las islas sobre el Danubio. 

La isla Margit-Sziget te encantará por su atmósfera de naturaleza y por sus bellos rincones. Sus mayores puntos de interés son su jardín japonés, el monumento conmemorativo del centenario de la unificación de la ciudad, las ruinas del Convento de Santa Margarita, una linda y pequeña basílica, un minúsculo zoola Torre de Agua -que se utiliza de mirador-, y su Fuente de la Música, una preciosa fuente con juegos de luces y música que hace las delicias de los visitantes durante las jornadas de verano. Divisar el atardecer un día de estío en esta isla no tiene precio. Puedes acceder a la isla caminando tanto desde el Puente Margit Híd como desde el Puente Árpád Híd. 

La isla Óbudai-Sziget, por su parte, es un oasis de paz y tranquilidad, ideal para desconectar y para reposar. Toda su paz, por eso, la pierde durante la celebración cada año del Sziget Festival, un muy conocido festival de música. Se puede acceder a este isla desde Buda mediante el Puente K-Híd. Precisamente y como dato, en esa zona de Buda resultan de enorme interés las ruinas de la antigua ciudad romana de Aquincum. 

Las mejores vistas de la ciudad: 👀

Desde el Halászbástya o Bastión de los Pescadores obtendrás sin duda las mejores vistas de la ciudad. Lo sorprendente pero, de este mirador, es que aparte de un lugar desde el que se tiene una fabulosa estampa de Pest y del Danubio, es que se trata de un verdadero monumento en sí mismo. Construido en 1902, cuenta con siete preciosas torres en honor a las siete tribus fundadoras de la capital de Hungría. Un must de 'la perla del Danubio'.

El Halászbástya es precioso aparte de ser un espléndido mirador / FUENTE: Archivo propio

III. Qué comer en Budapest:

Una comida: 🍲

El Goulash, un guiso tradicional a base de carne -en la mayoría de casos, de ternera o de cerdo-, verduras y condimentado con uno de los ingredientes estrella de la cocina húngara, el paprika.

Un dulce: 🎂

Si bien Budapest es el lugar de invención de infinidad de dulces, yo me quedo con la Tarta Dobos, un delicioso pastel con seis finas capas de bizcocho rellenas de crema de mantequilla de chocolate y coronado con una capa de caramelo glaseado. Sublime. 

IV. Qué beber en Budapest:

Una bebida: ☕

El vino dorado de la región Tokaj, sita al noreste de Hungría. Aunque todas sus variedades son sobresalientes, dos de ellas son de las más renombradas del mundo: El Tokaji Aszú, más económico y dulce pero no tanto como el Tokaji Eszencia, es de tal trascendencia para los ciudadanos magiares que es citado en el himno nacional de Hungría. El Tokaji Esczencia, por su parte, es un vino exclusivo y, por tanto, de precios elevados, muy dulce y que ha sido calificado como el vino de reyes y el rey de los vinos.

Pero si te gustan las bebidas alcohólicas de fuerte graduación, no puedes irte de Budapest sin probar el Pálinka, un aguardiente hecho a base de frutas con muchos grados. Si bien la población húngara tiende a beber este aguardiente como aperitivo, yo te aconsejo que, si no estás muy acostumbrando a ingerir líquidos de alta graduación, lo consumas como digestivo después de una copiosa comida. Tu estómago te lo agradecerá. 

V. Dónde comer en Budapest:

4 restaurantes: 🍴

Con vistas: Halászbástya Étterem: Ubicado en el Bastión de los Pescadores, proporciona sin lugar a dudas las mejores vistas de la ciudad. Pero es que, además, está considerado como el restaurante más romántico de 'la perla del Danubio'. Sus preciosos salones, su insuperable terraza, un servicio de chapeau y una cocina refinada lo convierten en el lugar perfecto para ocasiones especiales.
Halászbástya, Északi Híradástorony, Budapest.
Precio: €€€€

Un clásico: Százéves Étterem: Emplazado en Pest muy cerquita del Danubio, en las inmediaciones del Puente Erzsébet Híd, el Százéves Étterem está considerado como el restaurante más antiguo de Budapest. Inaugurado en 1831 y sito en un bello y clásico edificio, sirve lo mejor de la cocina tradicional húngara. Y, por si fuera poco, por las noches tiene música húngara en directo. Una institución de la capital magiar.
Piarista Utca 2, Budapest.
Precio: €€-€€€

El favorito de los locales: Regős Vendéglő: Buenos precios, una agradable atmósfera en una especie de lindo sótano y una sobresaliente cocina tradicional húngara son las recetas de su enorme éxito. Es una de las mejores opciones para sentirte como un ciudadano magiar más. Tal es su renombre que incluso ha merecido elogios del rotativo estadounidense The New York Times. Está bastante cerca del Terror Háza y, por tanto, a no demasiada distancia de la Ópera Nacional de Hungría.
Szófia Utca 33, Budapest.
Precio: €

Si echas de menos la comida española: Padrón: Si te apetece tomar las clásicas tapas de la gastronomía española maridadas con vino o cerveza de origen también españoles -o, si lo prefieres, con los excelentes caldos locales-, éste es tu sitio. Local informal, muy bien valorado tanto por locales como por turistas procedentes del país de Cervantes. Se halla próximo al Museo Nacional de Hungría, no muy lejos de la Sinagoga de Budapest.
Horánszky Utca 10, Budapest.
Precio: €€-€€€

Templos de dulces: 🍫

Gerbeaud: Es desde 1858 uno de los santuarios de la repostería no sólo de Hungría sino de toda Europa. Un clásico de clásicos. Una verdadera institución. Tal es su prestigio a nivel internacional que ha abierto un local en la capital de Japón. Enclavado en la Plaza Vörösmarty, una de las más céntricas y animadas de la ciudad, es un majestuoso y bello establecimiento mundialmente afamado por la calidad de sus elaboraciones. El dulce por antonomasia de esta pastelería es el Zserbó Szelet -en inglés, Gerbeaud Slice-, una tarta con finas capas de mermelada de albaricoque y nueces con cubierta de chocolate negro. Insuperable. Pero para ser justos, su Tarta Dobos es de las mejores, sino la mejor de la ciudad. Dispone también de una bonita terraza. Su visita es un must.
Vörösmarty Tér 7-8, Budapest.
Precio: €€€€

New York Café: A escasos diez minutos caminando de la Sinagoga de Budapest, se encuentra el templo de los cafés. Sito en el Hotel Boscolo Budapest, fue escogido en 2011 como el café más bonito y elegante del planeta. Y no es de extrañar. Con vida desde 1894 -aunque estuvo cerrado unos años-, es un lujoso establecimiento ataviado de espectaculares arcos, pinturas, columnas de oro, bonitos relojes y un sinfín de detalles que te harán sentirte como si estuvieses en un majestuoso palacio. Su New York Chocolate Cake es sensacional. Su visita resulta más que obligatoria. Memorable.
Erzsébet Körút 9-11, Budapest.
Precio: €€€€

Centrál Kávéház: Sito en Pest, a unas manzanas del Puente Erzsébet Híd, este establecimiento es uno de los más icónicos de la capital de Hungría. Fundado en 1887 -si bien estuvo varios años cerrado y reabrió en 1989-, es uno los grandes clásicos de la gastronomía y de los dulces de Budapest. Punto de encuentro habitual de artistas, cuenta con unos salones que generan un áurea de tradición y de elegancia. Postres tradicionales como la Tarta Dobos o creaciones más modernas, hacen de este local una apuesta más que segura.
Károlyi Mihály Utca 9, Budapest.
Precio: €€-€€€

Szamos Gourmet Ház: Si bien esta cafetería pertenece a una cadena creada por la familia Szamos, que lleva desde 1935 haciendo las delicias de los ciudadanos de Hungría con sus dulces y bombones, este local es altamente recomendable tanto por la elegancia de sus salones como por sus espléndidos postres. La gran especialidad de la casa son los dulces a base de mazapán. Son brillantes. Se emplaza en una de las esquinas de la popular Plaza Vörösmarty, por lo que dispone de una interesante terraza.
Váci Utca 1, Budapest.
Precio: €€-€€€

Ruszwurm: En el Barrio del Castillo de Buda, al lado de la Iglesia de Matías, se encuentra uno de los cafés con más historia de la ciudad. Inaugurado en 1827 y propiedad en la actualidad también de la familia Szamos, en un establecimiento popular por su longevidad, mas también por la decoración clásica pero más sencilla y menos recargada de sus interiores. Su dulce estrella es el Ruszwurm-Krèmes -en inglés, Ruszwurm Cream Pastry-, una tarta consistente en dos finas capas de hojaldre, una en la base y otra en la cima, rellenas de una deliciosa crema hecha con una especie de merengue con sabor a vainilla. Celestial. Aunque también su Tarta Dobos es mágica.
Szentharomsag Utca 7, Budapest.
Precio: €€-€€€

Művész Kávéház: Enclavado enfrente de la Ópera Nacional de Hungría, en una de las principales avenidas de la urbe, es el rincón perfecto para detenerse tras visitar este icónico edificio magiar. 'El café del artista' -ése es el significado de su nombre en español- es un reputado establecimiento notorio por su perfecta ubicación, por la asistencia de artistas, por la elegancia de sus interiores, por su terraza y, sobre todo, por la calidad de sus tartas. Con vida desde 1898, su postre más emblemático es la Tarta Aranygaluska, un pastel con una sabrosa crema a base de nuez. Espléndido.
Andrássy Út 29Budapest.
Precio: €€-€€€

Café Noé: En las inmediaciones de la Sinagoga de Budapest encontrarás este verdadero santuario de la repostería judía húngara. Propiedad de Ráchel Raj, elegida mejor maestra pastelera de Hungría en 2015, su gran especialidad es el Flódni, una tarta judía tradicional del país magiar compuesta por capas de mermelada de ciruelas, nueces, manzanas y semillas de amapola. Excepcional. También elaboran una tremenda Tarta Esterházy, otro pastel tradicional húngaro, con capas de almendra y de chocolate. Delicioso. Su propietaria cuenta con otros locales en la urbe.
Wesselényi Utca 13, Budapest.
Precio: €

Zsolnay Café: Sito en el Hotel Béke, próximo a la Terror Háza, se halla esta linda cafetería conocida por servir unos dulces sublimes. Si eres un fanático de los postres y te encantan las vajillas de porcelana, no pierdas la ocasión de ir a este establecimiento porque cumplirá tus expectativas con creces.
Teréz Körút 43, Budapest.
Precio: €€-€€€

VI. Qué hacer en Budapest:

2 museos imprescindibles: 🎨

Terror Háza: Sito en una de las principales avenidas de la ciudad, la Andrássy Út, y bastante cerca de la Ópera Nacional de Hungría, el Terror Háza es un museo que se cimienta en la lucha del pueblo magiar contra diferentes regímenes dictatoriales. En sus sótanos se muestran algunos ejemplos de salas de torturas. Lugar conmovedor, para reflexionar.
Andrássy Út 60Budapest.

Magyar Nemzeti Múzeum: El Museo Nacional de Hungría centra sus exposiciones en la historia de la nación desde su fundación hasta nuestros días. Ubicado en un majestuoso palacio de estilo clasicista, que ya de por sí merece una visita, te hará conocer el glorioso pasado y los prometedores presente y futuro del país centroeuropeo. Se encuentra bastante cerca de la Sinagoga de Budapest.
Múzeum Korut 14-16Budapest.


VII. Excursiones desde Budapest:

2 excursiones recomendables: 🚌

Esztergom: Esztergom es una localidad fronteriza con Eslovaquia, que se halla a unos cincuenta kilómetros al noroeste de la capital húngara, famosa por haber sido la primera capital del Reino de Hungría y por ser el lugar de coronación de su primer monarca, Esteban I. Su majestuosa basílica y el encanto de sus calles, te encandilarán. En el camino de regreso, detente en Visegrád -a orillas del Danubio, es famosa por su robusta fortaleza y por su palacio real en ruinas-, así como en Szentendre -conocido como 'el pueblo de los artistas' y también con el Danubio como protagonista, es una encantadora localidad con calles adoquinadas, casas color pastel y coloridas iglesias-.

Palacio de Gödöllő: A unos treinta kilómetros de Budapest en dirección noreste se alza el Palacio de Gödöllő, antigua residencia de verano de Sissi Emperatriz. Comparado por sus dimensiones y belleza con Versalles, es uno de los palacios de estilo barroco más ingentes del universo. Construido en el siglo XVIII, se dice de esta edificación que era el lugar favorito de Sissi. Sus puertas ocultas y sus jardines son otros de sus dos mayores reclamos. Espectacular.

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