Múnich, la perfecta combinación de tradición y modernidad

I. Introducción:

Al sur de Alemania y próxima a los Alpes y a la frontera austriaca, emerge Múnich, la tercera ciudad más poblada del país teutón tras Berlín y Hamburgo, con alrededor de 1.500.000 habitantes.

La capital del estado de Baviera, que fue devastada en los designios de la Segunda Guerra Mundial, fue reconstruida con el mejor de los tinos erigiéndose en la actualidad en uno de los lugares con mayor afluencia turística de tierras germanas, y siendo un ejemplo de prosperidad y de modernidad.

La mayor urbe del sur de Alemania, atravesada por el Río Isar, es famosa por dar cobijo desde el 1810 al Oktoberfest, uno de los festivales más conocidos de todo el planeta y que gira en torno al universo de la cerveza entre conciertos musicales y desfiles de trajes bávaros. Y es que la cuna de los autos BMW conjuga con acierto, como pocas ciudades, la mayor de las vanguardias con el folklore más tradicional.


La fuente Fischbrunnen con el Altes Rathaus al fondo / FUENTE: Archivo propio

II. Qué ver en Múnich:

8 lugares imprescindibles (los tienes que ver sí o sí): 📷

1. Karlsplatz.

Punto de encuentro habitual para los muniqueses, atesora como elemento más destacado la Karlstor, una gran puerta de estilo neogótico, que en su origen fue levantada para poder entrar en la villa y que posteriormente fue reconstruida. La plaza también tiene como elementos destacados una fuente central y el Palacio de Justicia.


De sus alrededores, no puedes perderte las siguientes basílicas: la Iglesia Asamkirche -de estilo rococó-, la neogótica Iglesia de Sankt Paul, la Iglesia renacentista de Sankt Michael y la barroca Iglesia de Bürgersaalkirche. 

2. Marienplatz.


Si tomamos desde la Karlsplatz la Neuhauser Strasse, que más adelante se convierte en la Kaufingerstrasse, arribaremos a la Marienplatz. 
Es seguramente el punto más conocido de Múnich, la plaza central de la ciudad, su corazón y el lugar más concurrido de la villa. 

Sus dos edificios más icónicos son el Altes Rathaus -el Viejo Ayuntamiento, bello edificio histórico de estilo gótico- y el Neues Rathaus -el Nuevo Ayuntamiento, imponente construcción neogótica, a la que se puede subir a su torre, y que atesora un curioso carillón con figuras haciendo la Danza de Cooper-. 

De la plaza también son reseñables la Columna de Santa María, en cuyo vértice se halla una estatua de color dorado de la Virgen María, así como la Fuente Fischbrunnen -la Fuente del Pez-. Si tienes la fortuna de visitar Múnich en diciembre, en la Marienplatz tiene lugar un animado mercado navideño.

En sus proximidades, son un must también el edificio Alter Hof, la Iglesia de Sankt Peter -el templo católico más antiguo de Alemania-, el mercado Viktualienmarkt, la Frauenkirche -la Catedral de Múnich, de estilo gótico tardío y que comenzó a construirse en el siglo XV, con sus dos imponentes torres-, la nueva sinagoga y la gótica Iglesia de Heilig-Geist-Kirche.


La Marienplatz con el Neues Rathaus / FUENTE: Archivo propio
3. Maximilianeum.

Desde la Marienplatz, si os gusta caminar, aconsejo tomar la calle Dienerstrasse, que se convierte en la Residenzstrasse, hasta llegar a la altura de la Max-Joseph-Platz y, una vez allí, girar a la derecha y pasear por una de las grandes avenidas de la capital de Baviera, la Maximilianstrasse para, posteriormente, cruzar el Río Isar por el Puente de Maximiliansbrücke, y en el otro margen del río, disfrutar del Maximilianeum. 

Llegados al Maxilianeum, no nos queda más que disfrutar de su majestuosidad. No es un rincón muy conocido por los turistas, pero a mí me sorprendió. Se trata de un edificio del siglo XIX, sede del Parlamento de Baviera y de la Fundación Maximilianeum, que se dedica a dar alojamiento a alumnos destacados durante sus estudios universitarios. Recomiendo visitarlo sí o sí.

Después, si se tiene tiempo, se puede callejear por esta parte de Múnich que suele pasar desapercibida. En este barrio de Au-Haidhausen te cautivarán la Wiener Platz, el Centro Cultural de Gasteig, el Müllersches Volksbad -unos baños modernistas-, el Friedensengel -la estatua del Ángel de la Paz- y la calle Preysingstrasse.

4. Odeonsplatz.

Tras la incursión por el otro lado del Isar, regresamos al casco histórico. Si estás algo cansado puedes retornar en transporte público, si bien soy partidario de caminar las ciudades. Nuestro siguiente objetivo es la Odeonsplatz, para mí la plaza más bonita de la capital bávara. 

Es un lugar especial, con el impresionante Feldherrnhalle en el centro, un singular y precioso pórtico de tres arcos construido en 1841 en honor del ejército bávaro. El otro gran reclamo de la plaza es la peculiar basílica Theatinerkirche St. Kajetan, una basílica de estilo barroco con los exteriores de color amarillo y fachada rococó, que comenzó a construirse en el siglo XVII.

Cerca deberías pasarte también por la Residenz -el palacio urbano más grande de Alemania y que fue la residencia oficial de la realeza bávara-, sin dejar de ver su Teatro Cuvilliés -teatro en activo de estilo rococó- y por el Nationaltheater -sede de la Ópera de Baviera-.

5. Englischer Garten.


En las proximidades de la Odeonsplatz, se encuentra el Hofgarten, un jardín de estilo italiano y desde el que se puede acceder al Englischer Garten, el parque más conocido de la ciudad y cuya visita suele incluirse en la mayoría de rutas turísticas de Múnich. 

Situado a orillas del Río Isar, tiene ingentes dimensiones, no en vano es uno de los parques urbanos más grandes del mundo, con más de 400 hectáreas; un auténtico edén. Es popular sobre todo, por su tamaño y por ser atravesado por el Eisbach, un canal artificial, con un tramo con olas, un paraíso para los amantes del surf, y por albergar, entre otros, una casa de té japonesa, una pagoda china, un pequeño templo de estilo heleno y dos cervecerías al aire libre, ideal para el período estival.

6. Königsplatz.

Tras dejar atrás el Jardín Inglés, sugeriría pasar de nuevo por el Hofgarten, que nunca está de más, y tomar la Brienner Strasse hasta llegar a la Königsplatz. Enmarcada dentro del Kunstareal, el distrito del arte muniqués, se encuentra rodeada de museos y de edificios de corte neoclásico, entre los que destacan la Gliptoteca, los Propíleos y la Staatliche Antikensammlungen -la colección estatal de antigüedades-.

De la zona, destacaría la Iglesia de Sankt Bonifaz -de estilo neorománico-.

Además, recomiendo aprovechar para adentrarse y conocer el cercano barrio de Schwabing, uno de los rincones más bellos de Múnich. Especialmente atractivos resultan el Luitpoldpark -un parque de 33 hectáreas con una colina artificial para disfrutar de las vistas-, la Academia de Bellas Artes de Múnich, el Arco de Siegestor o cualquiera de las construcciones de las calles Georgenstrasse o Kaiserstrasse.

7. Olympiapark.

Es el momento de acercarse a la zona olímpica de Múnich. Si bien no se halla muy lejos del distrito de Schwabing, recomiendo ir en transporte público. Se trata de un espacio de más de 300 hectáreas, levantado de cara a los Juegos Olímpicos de Múnich, y que se ha erigido en uno de los principales reclamos de la ciudad. 


Cuenta con distintas instalaciones deportivas entre las que destaca el estadio olímpico, que fue la casa del Bayer de Múnich hasta la construcción del Allianz Arena, y la Olympiaturm, una torre de 290 metros de altura, que cobija un restaurante panorámico del que hablaremos más adelante y del que se obtienen unas vistas espectaculares. 

8. Schloss Nymphenburg.

También alejado del centro de la villa se encuentra uno de los principales complejos arquitectónicos de Múnich. El Schloss Nymphenburg, al que recomiendo acudir en transporte público, es un palacio de estilo barroco que fue residencia de verano de los gobernantes del Reino de Baviera. Comenzó a construirse en el siglo XVII y preside un amplio jardín con estanques de agua y un canal, y con distintos pabellones que datan de los siglos XVIII y XIX.

Si se dispone de tiempo adicional, es interesante pasear por el distrito donde se halla el palacio, -el distrito de Neuhausen-Nymphenburg- donde destacan el Jardín Botánico de Múnich, Gern y sus construcciones unifamiliares, la Plaza Rotkreuzplatz -el epicentro del distrito-, la Herz-Jesu-Kirche -una singular iglesia con la fachada de vidrio-, el grupo de edificaciones de Borstei o el Parque Hirchsgarten.

Recomiendo también desplazarse en transporte público al Schloss Blutenburg, situado a unos 4 kilómetros de distancia, una fortaleza medieval que data del siglo XV.

Mi rincón: 💎

El amplio distrito de Isarvorstadt, que cuenta en un extremo con uno de los barrios de moda de la ciudad, el repleto de vida Glockenbachviertel y, en el otro extremo, con la escultura alegórica de Baviera y el edificio neoclásico Ruhmeshalle en la calle Theresienwiesse, en cuya explanada se celebra el archiconocido Oktoberfest.

Las mejores vistas de la ciudad: 👀

Desde el mirador de la torre de la Iglesia de Sankt Peter se obtienen unas vistas de escándalo del Nuevo Ayuntamiento y de la catedral.

III. Qué comer en Múnich:

Una comida: 🍲

Weisswurst, una salchicha blanca de ternera, cerdo y especias cocida en agua, acompañada de una kartoffelsalat, típica ensalada germana de patata cocida.

Un dulce: 🎂

Schmalznudel, un bollo bávaro frito de forma circular.

IV. Qué beber en Múnich:

Una bebida: ☕

La cerveza. Seis son las grandes cerveceras de Múnich: Augustiner, Hacker-Pschorr, Hofbräu, Löwenbräu, Paulaner y Spaten-Franziskaner. Cualquiera de ellas te encantará.

Sin embargo, a mí la que más me gustó fue otra que probé de casualidad: Ayinger, una cerveza de Baviera pero no de Múnich, sino de Aying, una localidad a 25 kilómetros de la capital bávara.

V. Dónde comer en Múnich:

4 restaurantes: 🍴

Con vistas: Restaurant 181: Situado en la Olympiaturm del Olympiapark, es el restaurante panorámico por excelencia de la ciudad. Ofrece unas sensacionales vistas del parque olímpico en primer término y de Múnich desde cierta lejanía a 181 metros de altura. Aunque es cierto que ha perdido la estrella michelín de la que gozaba, sigue siendo una apuesta segura. Ideal para ocasiones especiales.
Spiridon-Louis-Ring 7, Múnich. 
Precio: €€€€

Un clásico: Hofbräuhaus: Sin lugar a dudas, la cervecería más célebre de la ciudad. Siempre hasta los topes a pesar de sus gigantescas dimensiones, es un lugar de culto tanto para los locales como para los turistas. En un ambiente típicamente bávaro, con gente ataviada con el traje tradicional de la región y con actuaciones en directo, se sirve comida de la zona regada con la cerveza de la casa, la mítica Hofbräu. Un lugar histórico que no te puedes perder y que se ubica en el casco viejo.
Platzl 9, Múnich.
Precio: €€-€€€

El favorito de los locales: Haxnbauer: También sito en el Alstadt, es un restaurante de comida tradicional bávara. La especialidad de la casa es el codillo de cerdo y, según la opinión de muchos muniqueses, probablemente sirva el mejor codillo de la capital bávara.
Sparkassenstrasse 6, Múnich. 
Precio: €€-€€€

Si echas de menos la comida española: La Tasca Nueva: Se emplaza cerca de la estación de trenes de Múnich Donnersbergerbrücke. Un lugar ideal para degustar las típicas tapas españolas.
Mettinghstrasse 2, Múnich.
Precio: €€-€€€

2 templos de dulces: 🍫

Cafe Frischhut: Muy cerca del Viktualienmarkt, se alza este local de sencilla decoración pero de sensacional producto, que se ha convertido en la cafetería más emblemática de la ciudad gracias a su estupenda bollería tradicional bávara. Su gran especialidad es el schmalznudel, aunque también tiene unas berlinesas de escándalo.
Prälat-Zistl-Strasse 8, Múnich.
Precio: €.

Cafe Luitpold: Próximo a la Odeonsplatz, es un lujoso café de corte clásico que exhibe con elegancia lo mejor de la pastelería germana. El local es precioso y los dulces que ofrece son deliciosos. También sirve excelentes comidas y cenas. A mí me encantó.

Brienner Strasse 11, Múnich.
Precio: €€-€€€

VI. Qué hacer en Múnich:

2 museos imprescindibles: 🎨

Museo BMW: Situado en el Olympiapark, es el segundo museo con más afluencia de público de la ciudad. Dirigido a los amantes de los automóviles, expone con detalle todos los entresijos de los autos BMW desde sus orígenes hasta la actualidad. Al lado del museo se encuentra el BMW Welt, un concesionario que cuenta con los modelos más actuales de la marca y por el que también conviene pasarse.
Am Olympiapark 2, Múnich.

Deutsches Museum: Sito en una isla en el Río Isar, a la que se puede acceder a través de puentes, es con diferencia el museo más visitado de la ciudad. Se le considera el museo de ciencia y tecnología más grande del mundo.
Museumsinsel 1, Múnich.

VII. Excursiones desde Múnich:

2 excursiones recomendables: 🚌

Castillo de Neuschwanstein: Es la excursión por excelencia desde Múnich. De hecho, gran parte de los viajeros que visita la capital bávara incluye en su ruta una tournée a uno de los castillos más famosos del mundo. El trayecto es de 120 kilómetros, pero vale la pena. El castillo, que fue mandado construir por el Rey Ludwig II de Baviera en 1866, es el edificio más fotografiado de Alemania y fue escogido por Walt Disney como modelo para el Castillo de la Bella Durmiente. Sugiero acercarse también al menos conocido Castillo de Hohenschwangau, a escasos 2 kilómetros de distancia, y de regreso a Múnich, hacer una parada para disfrutar del Palacio de Linderhof y de sus bucólicos jardines.

Dachau: A unos 15 kilómetros al noroeste de Múnich, se sitúa el antiguo campo de concentración de Dachau, que estuvo abierto entre 1933 y 1945, y que 
en la actualidad cobija un museo sobre el Holocausto y un memorial. También recomiendo acercarse al Palacio Schloss Schleissheim, gran desconocido para los turistas a unos 10 kilómetros de Dachau, que consta de un majestuoso conjunto arquitectónico con tres palacios, que fueron construidos en los siglos XVII y XVIII.

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