Milán, la refinada capital mundial de la moda

I. Introducción:

Al norte de Italia, a escasos 50 kilómetros de la frontera con Suiza, se emplaza Milán, la refinada y moderna capital de Lombardía, una de las regiones más ricas e industrializadas de Europa.

Con una población cercana a 1.400.000 habitantes, es la segunda ciudad más poblada de Italia, tras Roma, y su principal núcleo fabril, erigiéndose en un centro productivo de primer orden, sede de algunas de las multinacionales más importantes del planeta y vanguardista y, por tanto, repleta de edificios modernos.

Pero la conocida como 'la capital mundial de la moda' es mucho más que modernidad. Y es que Milán también es arquitectura, es historia, es gastronomía, es elegancia, es moda, es arte, es deporte, son aperitivos, son cafeterías, son museos, son canales, son iglesias y son palacios. Es una urbe completa, como pocas, que no me cabe duda de que te sorprenderá.


El Duomo de Milán / FUENTE: Archivo propio

II. Qué ver en Milán:

8 lugares imprescindibles (los tienes que ver sí o sí): 📷

1Porta Garibaldi

Iniciaremos nuestro recorrido por 'la capital mundial de la moda' al norte de la urbe, en la Porta Garibaldi. Esta puerta es uno de los grandes pórticos que en la actualidad se mantienen en pie y que en su día servían de entrada y de salida de la capital de Lombardía.

Milán durante muchos lustros fue una villa amurallada y la Porta Garibaldi era el punto de acceso de referencia para conectar la ciudad con otras localidades del norte de Italia. Construida durante la primera mitad del siglo XIX, se caracteriza por su estilo neoclásico y por las dos casetas anexas que la flanquean.

No muy lejos de la Porta Garibaldi, se enclava otras de las puertas de la villa. Se trata de la Porta Nuova, más sobria, que permanece impasible con la modestia que la caracteriza.

La Porta Garibaldi marca de algún modo la división entre el Milán histórico y el Milán moderno, el de los edificios gigantescos, conformando así un skyline de lo más curioso y completo.

La cara norte de la Porta Garibaldi es donde se asienta esa ciudad urbanita y de vanguardia. En este área, y uno muy lejos de dicho pórtico, se ubica una especie de Manhattan en miniatura, donde tienen su sede buena parte de las grandes corporaciones internacionales.

Allí, observa la grandeza de la Piazza Gae Aulenti -muy moderna, nada que ver con las clásicas plazas italianas, que cuando más se engalana es durante la Semana de la Moda y en el período navideño, con la Torre Unicredit, el segundo edificio más alto de Italia con 231 metros de altura-; y los ingentes edificios de la Torre Pirelli -el que fuera el edificio más alto de Italia entre 1960 y 1995, con 127 metros de altura y que alberga uno de los mejores miradores de la ciudad-, del Bosque Vertical -dos peculiares construcciones residenciales donde la vegetación es la gran protagonista-, de las Torres Garibaldi, del Palazzo Lombardía -sede del gobierno regional de Lombardía, con otro mirador de altas miras-, de la Torre Galfa, y de las torres residenciales Solaria, Solea y Aria.

Mención aparte merece la colosal e histórica Stazione Milano Centrale que, inspirada en el movimiento modernista de principios del siglo XX, exhibe un eclecticismo arquitectónico donde predominan el Art Déco y el Art Nouveau, y cuenta con unos techos abovedados de cristal y acero que dejan atónitos a los numerosos viajeros que transitan por la estación de ferrocarril más importante de Milán. Es una de las más bellas de Europa.

También es un must el Cimitero Monumentale. Construido en 1866, es un auténtico museo al aire libre, de esos lugares que dejan sin aliento, por el respeto a los difuntos y por la hermosura de sus mausoleos. Cobija templos, esculturas, obeliscos y un sinfín de obras artísticas. Rincón sorprendente.

Otros espacios interesantes en este lado norte de la Porta Garibaldi son el Blue Note -reputado club de jazz-, los teatros Verdi y Fontana, y la iglesia de Santa Maria alla Fontana.

Al sur de la Porta Garibaldi, si tienes tiempo, pásate también por las iglesias de Santa Maria Incoronata y de Santa Maria degli Angeli.

2Castello Sforzesco

Tras la hermosa fuente de Piazza Castello, se asienta una de las joyas de la corona de Milán. El Castello de Sforzesco es una de las edificaciones más reconocibles de la capital lombarda y, por tanto, uno de sus mayores iconos. Construido originariamente en la segunda mitad del siglo XIV como una fortaleza y después habilitado como palacio ducal, ha tenido el infortunio de padecer grandes daños a lo largo de la historia hasta la Segunda Guerra Mundial, siendo posteriormente a dicho conflicto bélico rehabilitado para lucir su estampa actual.

Ha sido un enclave de gran relevancia para la historia de Milán. Así, durante lustros fue el lugar preferido por la alta sociedad milanesa para reunirse y celebrar todo tipo de eventos, en los que tomaban parte personalidades como Leonardo da Vinci y músicos de renombre, que hacían las delicias de las distinguidas personalidades presentes.

Como curiosidad, bajo los muros del Castillo han sido descubiertas durante la última década obras y bocetos de Caravaggio y de Leonardo da Vinci. Casi nada.

El Castello Sforzesco, en la actualidad, acoge interesantes museos y exposiciones, entre otros, los siguientes:
  • El Museo degli Instrumenti Musicali: donde se exponen instrumentos procedentes de diferentes lares del mundo.
  • El Civiche Raccolte d'Arte Antica: con obras de la antigüedad, del medievo y del renacimiento.
  • El Museo Pietà Rondanini: que acoge la escultura Piedad Rondanini, la última e inacabada obra del célebre Michelangelo.
  • El Ospedale Spagnolo Cortile delle Armi: histórico refugio de soldados.
  • El Museo Sforzinda: museo infantil.
  • La Pinacoteca: con más de 1.500 obras datadas entre los siglos XIII y XVIII.
  • El Museo Egizio: con diversos objetos procedentes del Antiguo Egipto.
  • El Museo della Preistoria: para conocer la historia de Milán desde los tiempos de la Prehistoria.
  • El Museo del Mobile: con mobiliario de los siglos XV a XX.
  • El Civiche Raccolte d'Arte Applicata: con obras de ceramistas y de maestros de la talla.
  • El Raccolte Extraeuropee: con obras de distintas épocas procedentes de fuera de Europa.
  • La Civica Raccolta delle Stampe Achille Bertarelli: una de las colecciones de dibujos y grabados más importantes del mundo.
Asimismo, el Castello Sforzesco cuenta con otros espacios sumamente atrayentes como sus bibliotecas, su patio central y, por supuesto, la icónica Torre del Filarete, uno de los grandes estandartes de esta hermosa construcción.

El Castello Sforzesco tiene también el honor de presidir uno de los parajes verdes más emblemáticos de 'la capital mundial de la moda', el Parco Sempione. Construido entre 1890 y 1893 prosiguiendo la estela de los jardines ingleses del siglo XIV, es uno de los principales oasis de la ciudad y uno de los parques favoritos tanto para los milaneses como para los viajeros. Sus arboledas, su lago y sus áreas de césped son sumamente agradecidas, especialmente en primavera y verano.

Además, este parque cuenta con puntos de tanta enjundia como la Torre Branca -construcción desde la que se obtienen unas excepcionales vistas de la villa, y sobre la que incidiremos más adelante-, el Acquario Civico di Milano -el tercer acuario más antiguo de la Unión Europea-, la FAI-Palazzina Appiani -anfiteatro inaugurado en 1806, que hoy se utiliza para la práctica deportiva-, y La Triennale di Milano -un interesante museo de diseño y de arte-.

En uno de los vértices del Parco Sempione, en el lado opuesto al Castello Sforzesco, se levanta otro de los grandes monumentos de la ciudad, el Arco della Pace. Este pórtico edificado a principios del siglo XIX bajo el auspicio de Napoleón, es un arco construido a imagen y semejanza del Arco del Triunfo de París, con mármol y esculturas de bronce. Su ornamento más destacado es la estatua de la Carroza de la Paz con sus seis caballos, que corona la parte central superior del arco. Acercarse a él es un must.

En las cercanías del Parco Sempione, también te gustarán el Piccolo Teatro Strehler, el Teatro dal Verme, la plaza Luigui Cadorna -con su peculiar escultura de colores-, y la iglesia de San Simpliciano.

Al oeste tanto del Arco dalla Pace como del Parco Sempione, se alzan distritos modernos no muy turísticos de la ciudad. Te sugiero pasear por la imponente y mastodóntica Corso Sempione, y pasarte por algunos de sus sitios de referencia, si bien algunos de ellos se encuentran a una distancia notoria. 

En este área, son recomendables los centros comerciales CityLife y Piazza Portello, el palacio de congresos Milano Congressi, la Casa Milan -para los amantes del fútbol-, los parques Alfa Romeo Portello, Monte Stella y Aldo Aniasi, el mítico estadio de fútbol de San Siro -donde disputan sus partidos como locales dos escuadras tan emblemáticas y laureadas como el Milán AC y el Inter de Milán-, y rascacielos como la Torre Generali y la Torre Allianz, construcción ésta última que con sus 249 metros de altura se ha convertido en el edificio más alto de Italia.


El Castello Sforzesco / FUENTE: Archivo propio
3Teatro alla Scala. 

El Teatro alla Scala es otro de los sitios de Milán que tienes que ver sí o sí. Inaugurado en 1778 en su emplazamiento actual, donde se ubicaba con anterioridad la iglesia Santa Maria alla Scala, sustituyó al antiguo Teatro Ducale que padeció un cruel incendio en 1776.

El Teatro alla Scala también sufrió las desgarradoras consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, pero volvió a reabrir sus puertas en 1946 y, más recientemente, entre 2002 y 2004, cerró de nuevo para rehabilitarse y renovarse. En la actualidad, como a lo largo de su historia, es uno de los templos de ópera de mayor prestigio del universo.

Así, en sus renombradas instalaciones se estrenaron obras del calado de 'Madame Butterfly', de Giacomo Puccini, u 'Otello y Nabucco', de Giuseppe Verdi, éste último manteniendo una peculiar relación de amor-odio con este popular recinto.

Te recomiendo que visites sus entrañas, su hermoso auditorio, su vestíbulo y algunos de sus palcos, para que percibas de primera mano la grandeza y extrema belleza de este emblemático teatro. Para ello, te sugiero que adquieras la entrada para visitar su notable museo que expone diversidad de objetos relacionados con el mundo de la ópera, como bustos, trajes o pinturas. Un imprescindible en cualquier viaje a Milán que se precie.

Justo delante del Teatro alla Scala es un must la Piazza della Scala, que cobija tesoros como la fotografiada estatua de Leonardo da Vinci, el museo de arte la Galleria d'Italia, la iglesia de San Fedele, la Galleria Vittorio Emanuele II -sobre la que profundizaremos enseguida- y el Museo Leonardo III.

En las zonas aledañas al Teatro alla Scala, si tienes tiempo, te aconsejo que te pases también por el Piccolo Teatro Grassi, por la Piazza Affari con el edificio de la Bolsa de Italia, por el Museo Poldi Pezzoli, por la Fontana dei Baci, por el Centro Congressi Fondazione Cariplo y por los palacios Mezzanotte, Clerici, Manzoni, Brentani Greppi y Anguissola, y que camines por la animada Via Dante y por la comercial Via Alessandro Manzoni.

El vecino barrio de Brera también es uno de los vecindarios más atractivos de la ciudad. Con una perfecta mezcolanza entre lo bohemio y lo lujoso, recuerda de algún modo al parisino barrio de Montmartre. Es la meca de los artistas en Milán y por ello alberga algunas de las galerías de arte más importantes de la urbe. El mayor exponente de ello es la Pinacoteca di Brera, museo sobre el que entraremos en detalle más abajo.

En Brera, son interesantes también el Observatorio Astronómico de Brera, el Jardín Botánico de Brera, el Palazzo Citteri, y las iglesias de Santa Maria del Carmine y de San Giuseppe.

Otro barrio próximo al que debes acercarte es el del Quadrilatero della Moda. Es el santuario de las firmas más exclusivas, donde los grandes diseñadores italianos muestran su poderío. El epicentro de la moda y de este distrito es la Via Montenapoleone, una elegante calle, una de las más caras de Europa, con las mejores boutiques y con los precios más prohibitivos. También es sumamente interesante el callejón comercial peatonal Via della Spiga, especialmente lindo durante el período navideño. Este distrito es la meca de los altos precios, pero no está de más pasearse por este vial para conocer el lujo italiano en su máxima esencia. Es uno de los rasgos de Milán y merece la pena verlo en directo.

Aparte de las exclusivas boutiques, los puntos de mayor interés del Quadrilatero della Moda son el Teatro Manzoni, el Museo Bagatti Valsecchi, los palacios Belgoioso, Morando y Melzi di Cusano y, sobre todo, sus pastelerías, ya que en escasas manzanas se concentran algunas de las tiendas de dulces más exclusivas y de mayor prestigio de la capital de Lombardía.

4Galleria Vittorio Emanuele II

No es habitual que uno de los imperdibles de una ciudad sea un centro comercial, pero la Galleria Vittorio Emanuele II no es una galería de comercio al uso, sino un prodigio de la arquitectura. Conocida como 'el Salón de Milán', es un exclusivo centro de ocio que une dos de las plazas más populares de 'la capital mundial de la moda', la Piazza della Scala y la Piazza del Duomo.

Construida en la segunda mitad del siglo XIX siguiendo el ejemplo de la Burlington Arcade de Londres, sus bóvedas de vidrio y de hierro fundido y su preciosa cúpula central, harán que no puedas parar ni un instante de mirar hacia arriba. También te sorprenderán sus mosaicos y su precioso pórtico de entrada que, conjuntamente con el Duomo, conforma una de las más bellas estampas de 'la capital mundial de la moda'.

Exclusivas boutiques, tiendas selectas, restaurantes y cafeterías de lujo extremo y un hotel de lo más exquisito son algunos de los establecimientos que encontrarás cuando te pasees por este emblemático punto de encuentro milanés, que es uno de los grandes símbolos de la capital lombarda.

En las inmediaciones de la Galleria Vittorio Emanuele II, es un must la Piazza dei Mercanti, en mí opinión la placita más especial de Milán. Es un rincón auténtico, con edificios de corte medieval tan bellos como el Palazzo della Regione, la Loggia degli Osii, el Palazzo delle Scuole Palatine, la Casa dei Panigarola y el Palazzo dei Giureconsulti. Es un enclave que te cautivará.

También son agradables de ver edificios próximos como el Magazzini Contrati y la Piazza Cordusio, con el Palazzo Broggi y el Palazzo del Credito Italiano como grandes estandartes.

5Duomo di Milano

El Duomo di Milano es, sin duda, el gran estandarte de la ciudad y una de las catedrales más imponentes del universo. De dimensiones colosales y de una despampanante belleza, su primera piedra se puso en 1386, pero no fue hasta 1965, o sea, seis siglos después, que esta mastodóntica obra estuvo conclusa.

Se emplazó en el privilegiado lugar que anteriormente habían ocupado las basílicas de San Ambrosio y de Santa Tecla, ambas víctimas en 1075 de un cruel incendió que las destruyó.

En las tareas de construcción de la Catedral de Milán estuvieron implicados un sinfín de arquitectos, de artistas y de profesionales de la construcción, de ahí que durante los siglos de su edificación fuera conocida como 'la Fábrica de la Catedral'. 

Edificada predominantemente en estilo gótico, conjuga elementos de este estilo arquitectónico con los propios de la tradición lombarda, así como con otros provenientes del neoclasicismo, lo cual dota a esta edificación de una singular personalidad propia. 

Su color blanquecino rosáceo tiene su origen en el mármol empleado en su construcción procedente de las cuevas de Candoglia y su impresionante fachada es el lugar más fotografiado de la capital de Lombardía. De una ornamentación única, sobresale también por los pináculos y torres asentados en su cúspide, coronados por lindas estatuas y esculturas que divisan la villa desde las alturas. Precisamente, en el punto más alto del templo se localiza la Madonnina, una estatua de cobre dorado esculpida por Giuseppe Perego que se ha erigido en el símbolo de Milán.

Y, si sus exteriores te encandilarán, su interior te terminará de enamorar. Estatuas, pinturas, altares, retablos, largas columnas de mármol ornamentadas con esculturas, sarcófagos y numerosos monumentos te dejarán sin habla, como la estatua de San Bartolomé, de Marco da Agrate, o el monumento a Gian Giacomo Medici di Marignano, de Leone Leoni, o el Clavo de la Cruz de Cristo.

También merecen una visita la cripta donde yacen los restos de San Carlos Borromeo, el tesoro, y las excavaciones arqueológicas con vestigios de la basílica de Santa Tecla y de un baptisterio cristiano del siglo IV. 

Mención aparte merece la terraza del Duomo. Es uno de los enclaves más mágicos de la capital de Lombardía y uno de los rincones que mejor sabor de boca me han dejado. Caminar por los tejados de una construcción tan emblemática como la Catedral de Milán, divisar las espléndidas vistas de la ciudad desde las alturas, y tener la oportunidad de ver de cerca los pináculos y esculturas de su cima es un privilegio que no puedes perderte. Es una experiencia inolvidable, por lo que tienes que subir a su azotea panorámica sí o sí.

La plaza donde se levanta la Catedral, la Piazza del Duomo, es la principal plaza de Milán y contiene otros elementos cuya visita es algo más que recomendable. Aparte del propio Duomo y de la mencionada Galleria Vittorio Emanuele II, da cobijo a monumentos tales como el Palazzo dell'Arengario -que alberga el más que aconsejable Museo del Novecento y el Giacomo Arengario, el restaurante con mejores vistas de Milán-, el Palazzo Carminati, el Palazzo dei Portici Settentrionali, el Palazzo dei Portici Meridionali, la escultural estatua ecuestre de Vittorio Emanuele II y, sobre todo, el Palazzo Reale, que durante un largo período fue la casa de gobierno de la ciudad y residencia de la aristocracia milanesa y que en la actualidad es un importante centro cultural.

Otro must en los aledaños de la Catedral son la Pinacoteca Ambrosiana -una espectacular galería de arte que acoge obras tan célebres como el 'Ritratto di musico', de Leonardo da Vinci, la 'Madonna del Padiglione', de Botticelli, o la 'Canestra di frutta', de Caravaggio-, y la basílica de Santa Maria presso San Satiro -con uno de los interiores más sorprendentes y bellos de cuantas iglesias radican en Milán-.

También en los alrededores de la Catedral -en algún a caso a algo de distancia-, te aconsejo que veas el monumento alle Cinque Giornate, la Torre Velasca -desde donde obtendrás una sensacional panorámica de la urbe desde las alturas-, la Università degli Studi di Milano, la Porta Romana, el parque Giardini della Guastalla, la Rotonda della Besana con el Muba Museo dei Bambini Milano, el Teatro Carcano Centro d'Arte Contemporanea, el Santuario di San Bernardino alle Ossa, las iglesias de San Nazario in Brolo, de Sant'Antonio Abate, de San Giorgio al Palazzo, y de San Sepolcro -y la plaza donde ésta última se ubica-, así como los palacios Archinto, Brivio, Annoni, Dell'Instituto Nazionale delle Assicurazioni, Greppi, Tarsis, y Visconti.

Asimismo, otro vecindario cercano muy agradable de visitar es el de San Babila. Su centro neurálgico es la Piazza San Babila, uno de los rincones favoritos de los milaneses, con trascendencia en la historia de la villa, y con espacios tan interesantes como el Teatro San Babila o la iglesia de San Babila. En el barrio, también resulta atrayente la iglesia de San Carlo al Corso.

6. Naviglio Grande.

A aquellos que no conozcan en profundidad Milán, quizás les sorprenda que al sur de la ciudad se emplace una zona donde los canales son los grandes protagonistas, donde se desprende un ligero aroma a la hermosa Venecia. 

A finales del siglo XII, con el propósito de hacer accesible la ciudad a través del agua se ideó la construcción de diversos canales artificiales; así, se permitiría el transporte de viajeros y de mercancías. No obstante, si bien la red de canales tuvo un papel trascendental en el transporte de mármol para la edificación del Duomo, no fue hasta la aparición de Leonardo da Vinci que el sistema empezó a funcionar a las mil maravillas. Y es que el genio transalpino perfeccionó e hizo de estos canales una auténtica vía de transporte.

Hasta el siglo XIX estos canales fueron capitales en el desarrollo de la ciudad, pero con el surgimiento de nuevos medios de transporte quedaron en desuso. De hecho, la mayoría de sus ramificaciones fueron tapadas a principios del siglo XX, aunque por fortuna dos de los canales continúan al aire libre: son el Naviglio Grande, el principal canal, y el Naviglio Pavese. 

Pasear por la vera del Naviglio Grande, con agradables terrazas a ambas orillas y casitas de colores, no tiene precio. Es trasladarte a un Milán diferente, a un rincón distinto que te sorprenderá. Es un recoveco sumamente romántico, muy de moda y que el último domingo de cada mes acoge a un impresionante mercado de antigüedades.

El Naviglio Pavese, por su parte, es más pequeñito, pero también muy agradable. Restaurantes y locales de ocio nocturno lo bordean, por eso se ha convertido en uno de los lugares favoritos para los más jóvenes para divertirse.

En este área del sur de Milán, muy popular por su animada vida nocturna, también son de visita obligatoria la Porta Ticinese -otra de las puertas de acceso a la ciudad, cuya estructura neoclásica que hoy exhibe data de los primeros años del siglo XIX-, el Vicolo Lavandai Milano -el histórico callejón de las lavanderas donde antiguamente se lavaba la ropa a mano-, la iglesia de Sant'Eustorgio -con sus bellas capillas, de la que se dice que acogió durante un tiempo la tumba de los Reyes Magos, y que fue un punto de peregrinaje de primer orden-, y los restos de la Porta Romana -otra de las antiguas puertas de entrada a la villa-.

Un must en mayúsculas es el espectacular marco que integran las Columnas San Lorenzo -16 bellas columnas con capiteles corintios que tienen su origen en la antigua villa romana de Mediolanum; un pedacito de Roma en la capital de Lombardía-, con la iglesia de San Lorenzo Maggiore -la iglesia más antigua de Milán y que, si bien ha protagonizado diversas reconstrucciones, su primera piedra se puso en el siglo IV, fecha de la que datan algunos de sus valiosos mosaicos; también merece destacarse su capilla de San Aquilino-.

Si dispones de más tiempo, son también interesantes de ver los parques Giovanni Paolo II y Alessandrina Ravizza, la Università Bocconi, el yacimiento arqueológico con los cimientos del anfiteatro romano, la Dársena, la Colonna Infame, el Santuario di Santa Maria dei Miracoli Presso San Celso, el Teatro Franco Parenti, la Porta Ticinese Antica -antigua puerta medieval, también conocida como Porta Cicca-, la Conca del Naviglio, las iglesias de Sant'Eufemia y de San Cristoforo sul Naviglio, y espacios museísticos como el Museo Diocesano, la Casa Museo Alda Merini, la Fondazione Prada -ojo, no se trata de moda, sino de arte moderno-, el Mudec, y el Armani Silos -en este caso, sí que dedicado al mundo de la moda, en particular, al diseñador Giorgio Armani-.

7. Basilica di Sant'Ambrogio

La Basilica di Sant'Ambrogio es otro de los grandes templos católicos de la capital de Lombardía que no te puedes perder. Consagrada a finales del siglo IV por Sant'Ambrogio y reconstruida en el siglo XI, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura románica lombarda de toda Italia.

Te llamarán la atención sus exteriores de ladrillo, su patio central y sus dos campanarios de diferente altura.

De sus interiores, merece mencionarse que yacen los restos de Sant'Ambrogio, el patrón de Milán y en cuyo honor se puso el nombre actual a la iglesia, y de los mártires San Gervasio y San Protasio.

En las cercanías de la Basilica di Sant'Ambrogio, te aconsejo que trates de pasarte sí o sí por la iglesia de San Maurizio al Monastero Maggiore que, con impresionantes frescos, es conocida como la Sixtina de Milán. Sus interiores te sorprenderán.

También es un must en mayúsculas el Museo Nazionale della Scienza e della Tecnologia Leonardo da Vinci, espacio museístico sobre el que profundizaremos unas líneas más abajo.

Si dispones de más tiempo, pásate también por la Columna del Diavolo, por la Università Cattolica del Sacro Cuore, por el Sottomarino Toti, por los restos del circo romano, del palacio imperial romano y de las termas romanas, por el Monumento ai Caduti di Mentana, por el parque Don Luigi Giussani, por la Torre dei Goirani, por el Templo de la Vittoria, por el Civico Museo Archeologico, así como por los edificios Palazzo Borromeo, Palazzo Durini Caproni di Tailedo, y Casa Rossi.

8Santa Maria delle Grazie.

Santa Maria della Grazie es otro de los puntos fuertes de cualquier visita a Milán. Su ingente cúpula, la sacristía, el claustro y los frescos de sus capillas son de gran atractivo, pero lo que la hace realmente única es su refectorio.

Y es que su refectorio aloja una de las grandes obras de la historia del arte, 'La última cena', de Leonardo da Vinci. Finalizada en 1498 por el célebre genio transalpino bajo la petición de Ludovico Sforza, es una de las joyas más preciadas del mundo del arte, siendo considerada un auténtico mito y muy enigmática. De hecho, inspiró a Dan Brown para su admirada y polémica novela 'El Código da Vinci', que posteriormente tuvo una enorme repercusión también en su adaptación cinematográfica.

Lo curioso es que los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial destruyeron la iglesia y el convento dominico donde se enclava 'La última cena', pero la obra de Da Vinci se salvó milagrosamente de la tragedia. No obstante, ha tenido que ser arduamente restaurada, volviendo a lucir en la actualidad un correcto estado. 

Para ver 'La última cena', deberás reservar la visita con bastante antelación, ya que las entradas suelen agotarse con facilidad. Para acceder al lugar donde se ubica esta insigne obra tendrás que hacerlo por el Cenacolo Vinciano. En cambio, la entrada a la iglesia es gratuita -no lo es la visita de 'La última cena'- pero no tiene acceso a la obra de Da Vinci.

No muy lejos de Santa Maria delle Grazie, intenta sacar tiempo para acercarte al rascacielos de Piazza Piemonte, a la Casa Candiani, al Spazio de Grassi, al Palazzo Nodari, y a la Casa Degli Atellani con la Vigna di Leonardo -un imperdible para los amantes de la historia de Leonardo da Vinci-.

Mi rincón: 💎

Los Giardini Pubblici Indro Montanelli. Fundado a finales del siglo XVIII, es el parque público más antiguo de la capital de Lombardía y uno de los más lindos. Es un lugar para desconectar del ajetreo de la ciudad y para disfrutar de sus arboledas, de sus estanques y de sus maravillosos rincones. Un pulmón repleto de vericuetos ideales para tomar fotografías.

Este espacio verde da cobijo a espacios tan destacados de Milán como el Palazzo Dugnani -una perla arquitectónica del siglo XVII-, el Museo Cívico di Storia Naturale -uno de los principales museos de historia natural de Europa, a pesar de las pérdidas sufridas a raíz de la Segunda Guerra Mundial-, el Civic Planetarium Ulrico Hoepli -el planetario de referencia en Italia-, y el monumento en honor de Indro Montanelli -el célebre periodista y escritor italiano, cuyo nombre dota de nomenclatura a este bucólico parque-.

En las proximidades de los Giardini Pubblici Indro Montanelli, es un must la Porta Venezia, otra de las puertas de entrada a la villa y que servía para iniciar el camino hacia Gorgonzola. Sita al noreste de Milán, se construyó entre 1827 y 1828 y sobresale por sus dos espectaculares casetas de estilo neoclásico. También tienes que pasarte por la Piazza della Repubblica, una de las plazas más grandes de la ciudad y que, si bien no es especialmente bella, a su alrededor se alza un Milán moderno, con rascacielos como la Torre Breda y exclusivos hoteles.

Si dispones de más tiempo, también son atrayentes los espacios museísticos Galleria d'Arte Moderna, Museo del Risorgimento y Casa Museo Boschi Di Stefano, los Archi di Porta Nuova, el Parque Giardini Perego, la Piazza Risorgimento, los teatros Menotti y Elfo Puccini, así como los edificios Palazzo del Popolo d'Italia, Palazzo del Senato, Villa Necchi Campiglio, Palazzo Cicogna,  Casa Campanini, Palazzo Isimbardi, Villa Invernizzi, Palazzo Sola Busca, Casa Berri Meregalli, Casa Galimberti, y Palazzo Luraschi; y paséate por la elegante Corso Venezia, que une Porta Venezia con la Piazza San Babila, y que alberga edificios de corte noble como el Palazzo Crespi, el Palazzo Serbelloni, el Palazzo Castiglioni y el Palazzo Bocconi.

Más lejos, al este de la urbe, también merecen mencionarse la Piazza Leonardo da Vinci, la Universidad Politecnico di Milano y el jardín botánico Città Studi.

Las mejores vistas de la ciudad: 👀

Milán cuenta con diversos miradores pero, si tuviera que quedarme con uno, lo haría con la Torre Branca. Sita en el extremo oeste del Parco Sempione, es una estructura de acero conocida como la 'Torre Eiffel de Milán'. Y, desde su mirador, a 108 metros de altura, obtendrás una excelente perspectiva del Castello Szorzesco, del Duomo, de la ciudad en general y de sus bellos alrededores, con los colosos Apeninos y Alpes en la lejanía en segundo plano.

III. Qué comer en Milán:

Una comida: 🍲

La cotoletta alla milanese, un rico escalope de ternera rebozado, acompañado de risotto alla milanese, un delicioso arroz de color amarillento con queso parmesano y hebras de azafrán.

Un dulce: 🎂

El panettone, el famoso bollo tipo brioche de gran tamaño que si bien es típico del período navideño, puede degustarse durante todo el año.

IV. Qué beber en Milán:

Una bebida: ☕

En este caso, me quedaré con dos bebidas. Como aperitivo, el Campari, esa legendaria bebida de color rojizo y sabor amargo. Y, como digestivo, el Amaretto, el conocidísimo licor cuyos dos de sus principales ingredientes son las almendras y los huesos de albaricoque.

V. Dónde comer en Milán:

Restaurantes: 🍴

Con vistas: Giacomo Arengario: En este restaurante ubicado en el Palazzo dell'Arengario donde radica el Museo del Novecento se obtienen, en mi opinión, las vistas más fascinantes de 'la capital mundial de la moda'. No tiene precio divisar desde su terraza acristalada la Piazza del Duomo en un atardecer, con el Duomo a la derecha y la Galleria Vittorio Emanuele II al fondo, dos de los iconos de la ciudad. Sus precios son elevados, pero su panorámica lo compensa con creces.
Via Guglielmo Marconi 1, Milán.
Precio: €€€€

Excelente calidad-precio: Nerino Dieci Trattoria: Es sin duda el mejor restaurante de Milán para comer bien a buen precio. Raciones abundantes, una correcta y sabrosa cocina italiana, y precios tremendamente competitivos han convertido a este establecimiento en uno de los más populares y concurridos de la villa. En la actualidad, sirve entre semana al mediodía menús a 9 y 12 euros, así como siempre una carta a precios ajustados. Se sitúa a medio camino entre la Basilica di Sant'Ambrogio y el Duomo, a unos 10 minutos caminando de ambos.
Via Nerino 10, Milán.
Precio: €€-€€€

La mejor cotoletta alla milanese: Osteria Brunello: A escasos 250 metros de la Porta Garibaldi se ubica este establecimiento especializado en cocina italiana contemporánea que se ha erigido en la meca de la cotoletta alla milanese. Así, ha sido reconocido tanto en la prensa local -Il Corriere della Sera-, como en la prensa internacional -Wall Street Journal-, no en vano uno de sus varios galardones es el Premio Gambero Rosso 2015 a la mejor cotoletta alla milanese. No puedes irte de Milán sin probar su plato más emblemático. Y, puestos a elegir, que sea donde mejor lo preparan, y ese local es la Osteria Brunello.
Corso Giuseppe Garibaldi 117, Milán.
Precio: €€-€€€

El restaurante más antiguo de Italia: Antica Trattoria Bagutto: Bastante alejada del centro de Milán, en dirección este, en las inmediaciones del Aeropuerto Milano Linate, se sitúa la Antica Trattoria Bagutto, considerado como el restaurante más antiguo de Italia y el segundo más longevo de Europa, puesto que existen pruebas de su existencia en 1284. Si bien se encuentra a las puertas del periférico barrio de Ponte Lambro, su visita es aconsejable para aquellos que valoran los lugares con historia. Destila un acogedor ambiente familiar. 
Via Elio Vittorini 4, Milán.
Precio: €€-€€€

Un clásico: La Pobbia 1850: Inaugurado en 1850, es uno de los restaurantes más antiguos de Milán y uno de sus grandes clásicos. De corte tradicional, sus elegantes salones y su fabuloso jardín, te terminarán por enamorar. Por no hablar de su gastronomía lombarda, un auténtico privilegio para los paladares.
Se ubica en el barrio de Garegnano, en la zona de ferias y congresos, a unos 3 kilómetros en dirección norte, aproximadamente, del Stadio San Siro y, por tanto, bastante alejado del centro histórico de la villa, pero es tan atrayente que cualquier desplazamiento te valdrá la pena. 
Via Gallarate 92, Milán.
Precio: €€€€

Si quieres degustar un risotto alla milanese: Ratanà: Entre la Porta Garibaldi y la Stazione Milano Centrale, en un bello palacete, con su propio jardín, un conjunto que es un verdadero oasis dentro de esta parte moderna de la capital de Lombardía, se emplaza el que es uno de los mejores lugares para gozar de un sublime risotto alla milanese. Además, atesora una bodega digna de mención, una agradable terraza y un respeto absoluto por los productos de calidad.
Via Gaetano de Castillia 28, Milán.
Precio: €€-€€€

Un excepcional menú del día: Trattoria Masuelli San Marco: Inaugurada en 1921 por la familia Masuelli, esta trattoria familiar regentada en la actualidad por la tercera generación, es otro de los grandes clásicos de 'la capital mundial de la moda'. Es un restaurante de los de antes, donde se disfruta comiendo. Goza del privilegio de servir también uno de los mejores risotto alla milanese de la ciudad y de ofrecer entre semana un menú de mediodía a 22 euros sencillamente fabuloso.
Viale Umbria 80, Milán.
Precio: €€-€€€

El favorito de los locales: Pizza AM: Junto a la parada de metro de Crocetta, al sur de la ciudad, a 15 minutos, aproximadamente, caminando desde el Duomo, se encuentra el establecimiento del que dicen elabora una de las mejores pizzas de la capital de Lombardía. Es cierto que elaboran pocas variedades de pizza y que el local es pequeño, pero todo lo que preparan está delicioso. Y, por si fuera poco, los precios son bajos. Altamente recomendable. 
Corso di Porta Romana 83, Milán.
Precio: €

Si te apetece comida argentina: El Porteño: En los alrededores de la Porta Ticinese, se alza este auténtico santuario de la gastronomía argentina. Se define como un trozo de Buenos Aires en Milán. En un ambiente elegante, cocina todo tipo de productos argentinos, con enorme tino. Excelentes carnes, empanadas, postres con dulce de leche y vinos argentinos son algunos de sus grandes reclamos. De precios elevados, cuenta con otro establecimiento en la ciudad. 
Viale Gian Galeazzo 25, Milán.
Precio: €€€€

Una joya alejada del centro: L'Immagine Ristorante Bistrot: Bastante apartado de los circuitos turísticos más habituales, al noroeste de la urbe, en el barrio de Villapizzone, en la zona de ferias y congresos, a unos 3 kilómetros, aproximadamente, tanto del Stadio San Siro como del Arco della Pace, se sitúa este emblemático restaurante tradicional, conocido por preparar la mejor cocina casera de Milán. Raciones sabrosas y abundantes, un servicio de primer nivel y precios muy competitivos, hacen de este lugar uno de los mejores para disfrutar de la gastronomía local. Una verdadera joya.
Via Varesina 61, Milán.
Precio: €€-€€€

Uno de los mejor valorados: Da Vic - Ristorante Guerrini: A algo más de 20 minutos caminando hacia el noroeste desde la basílica de Santa Maria delle Grazie, se encuentra este afamado restaurante. Su ambiente distinguido, su espléndida conjugación de tradición con modernidad, y su insuperable cocina han convertido a este restaurante en uno de los mejor valorados tanto por los milaneses como por los viajeros a pesar de sus precios un tanto altos.
Via Gaetano Previati 21, Milán.
Precio: €€€€

Si echas de menos la comida española: Albufera: En los alrededores de la Stazione Milano Centrale, a escasos 15 minutos caminando de los Giardini Pubblici Indro Montanelli, se alza este restaurante de cocina española que está causando furor entre la población local. El restaurante lo regenta una pareja brasileña enamorada de España: Mateus Ávila, al mando de los fogones, su esposa Alice, jefa de sala, y todo su equipo han conseguido situar a la gastronomía española en lo más alto de Milán. Además, los interiores del local son sumamente acogedores. Una grata sorpresa.
Via Luigi Settembrini 26, Milán.
Precio: €€-€€€

Templos de dulces: 🍫

Pavé: Bastante cerca de los Giardini Pubblici Indro Montanelli y de la Piazza della Reppublica, encontrarás Pavé, una de las pastelerías más de moda y más reputadas no sólo de Milán, sino de toda Italia. El secreto de su éxito es su decoración fresca y actual, pero sobre todo, la calidad de todos sus dulces. Sus pasteles, su bollería fina y su panettone, son de los mejores que puedes probar hoy en día en 'la capital mundial de la moda'. Es de esos lugares que si los visitas, terminarás volviendo. Cuenta con otros dos locales en la ciudad.
Via Felice Casati 27, Milán.
Precio: €€-€€€

Pasticceria Marchesi: A escasos 10 minutos tanto del Castello Sforzesco, como de Santa Maria delle Grazie y de la Basilica di Sant'Ambrogio, se encuentra el local original de la Pasticceria Marchesi, en pie y en la misma ubicación desde su inauguración en 1824. Es la pastelería de las pastelerías, la excelencia, la exquisitez, la meca de los dulces por antonomasia en la capital de Lombardía. Su prestigio es tal que es una de las pastelerías más reputadas de todo el mundo. Visitar esta pastelería es disfrutar de las cafeterías de antes, de ésas donde el savoir faire y la calidad son inherentes a su existencia. Un clásico que si bien tiene altos precios vale la pena visitarlo. Atesora otros dos establecimientos en la ciudad.
Via Santa Maria alla Porta 11/a, Milán.
Precio: €€€€

Pasticceria Ernst Knam: El alemán Ernst Knam, afincado en Milán, ostenta uno de los templos de dulces más venerados de Milán. Conocido como el 'Rey del Chocolate' por su maestría y su virtuosismo a la hora de idear sabrosos dulces con este manjar, su pastelería, a pesar de sus precios, es punto de peregrinaje para un sinfín de ciudadanos que acuden desde los puntos más recónditos de Italia a probar sus creaciones. Es uno de los mejores sitios del mundo para probar un mousse de chocolate. Su local se ubica al este de la ciudad, a algo más de 20 minutos caminando del Duomo, de ahí que hasta el momento sea poco frecuentado por turistas de fuera de Italia.
Via Augusto Anfossi 10, Milán.
Precio: €€€€

Pasticceria Castelnuovo: Si bien comenzó su andadura en 1945 en la localidad de Oggiono, al norte de Lombardía, décadas más tarde la familia Castelnuovo se trasladó a Milán a su actual sede, sita al suroeste de la urbe, entre los barrios de Giambellino y de Lorenteggio, a más de 4 kilómetros de su centro histórico. Pero a pesar de la distancia, merece la pena desviarse y pasar un rato en esta histórica pastelería, frecuentada desde su origen por infinidad de celebridades italianas, que veneran todos sus dulces, pero en especial su milhojas y su Torta Enrico, una deliciosa e inigualable tarta de peras y chocolate. 
Via dei Tulipani 18, Milán.
Precio: €€-€€€

Il Massimo del Gelato: Para la mayoría de voces autorizadas es, sin lugar a dudas, la mejor heladería de 'la capital mundial de la moda'. Algo escondida, sita a 15 minutos andando del Arco della Pace, bastante cerca de la avenida de Corso Sempione y de la parada de Metro de Gerusalemme, se halla este auténtico tesoro que hace honor a la insuperable reputación de los helados italianos. Todos sus sabores son un regalo caído del cielo, pero las variedades de chocolate lo son especialmente. Una joya.
Via Lodovico Castelvetro 18, Milán.
Precio: €€-€€€

Pasticceria Cova: Selecta pastelería abierta por Antonio Cova en 1817 en un local al lado del Teatro alla Scala y trasladada en 1950 a su emplazamiento actual, en la lujosa y exclusiva Via Montenapoleone, en el Quadrilatero della Moda, que se ha convertido en un punto de encuentro agradable y habitual para la alta sociedad milanesa. Su atmósfera clásica y señorial te envolverá. Su café y su panettone son todo una referencia en la capital de Lombardía. Buena opción también para comer o para darse cualquier capricho en forma de dulce. Sus precios son elevados. Adquirida en 2013 por el grupo LVMH, cuenta con establecimientos en China, Emiratos Árabes Unidos y Mónaco.
Via Montenapoleone 8, Milán.
Precio: €€€€

Sant Ambroeus Milano: Es una elegante pastelería, de esas de corte clásico, de las que nunca defraudan, de las que sabe conjugar con enorme éxito lo mejor de la tradición con la creatividad. Establecimiento selecto, pero sin artificios, resulta ideal para tomar un pausado café, para degustar sus dulces -entre ellos, uno de los panettones mejor considerados de la urbe-, pero también para comer. Inaugurada en 1936, es todo un referente para la población local a pesar de sus altos precios. Se localiza a menos de 10 minutos caminando del Duomo, en el exclusivo Quadrilatero della Moda.
Corso Giacomo Matteotti 7, Milán.
Precio: €€€€

Pasticceria Bastianello: A escasos 10 minutos caminando del Duomo, en el Barrio de San Babila, se enclava esta selecta y refinada pastelería, uno de esos locales que por su belleza ya merecen de por sí una visita. Con vida desde 1950 y con tintes burgueses, recuerda a los lujosos cafés de Viena, con mesas de mármol, preciosas lámparas colgantes y un servicio exquisito. De precios elevados, su capuccino, sus helados y sus dulces son celestiales. Muy famoso también por sus aperitivos, es una buena opción para comer. Poco frecuentado por viajeros, es toda institución entre la población local. Para sentirse como un milanés acomodado.
Via Borgogna 5, Milán.
Precio: €€€€

VI. Qué hacer en Milán:

2 museos imprescindibles: 🎨

Museo Nazionale della Scienza e della Tecnologia Leonardo da Vinci: El antiguo monasterio de San Vittore tiene el honor de acoger al mayor museo científico-tecnológico de Italia. Expone con indudable éxito la evolución científica y tecnológica a partir de la figura de Leonardo da Vinci, exhibiendo algunos de los inventos creados a partir de los bocetos de este genio perenne. También expone otros inventos y maquinaria de medios de transporte. Espacio ideal para los más curiosos y, especialmente, para los amantes de la ciencia.
Via San Vittore 21, Milán.

Pinacoteca di Brera: El Palazzo Brera, un precioso edificio de los siglos XVI y XVII, da cobijo a la Accademia di Belle Arti di Brera y a la Pinacoteca di Brera, que alberga una de las colecciones de pintura más relevantes de Italia y probablemente de toda Europa, entre ellas, pinturas de Tiziano, de Tintoretto o de Caravaggio, y algunas de las obras más universales, como 'Los desposorios de la Virgen' de Rafael. Espacio de visita más que obligada.
Via Brera 28, Milán.

VII. Excursiones desde Milán:

2 excursiones recomendables: 🚌

Como: 50 kilómetros al norte de Milán se emplaza Como, una de las grandes joyas no sólo de Italia, sino de toda Europa. Sita a orillas del lago de nombre homónimo, es la elegancia personificada, con una perfecta combinación de bellas edificaciones rodeadas de bucólicas montañas. Te recomiendo que hagas un crucero por el Lago y que no pierdas la ocasión de detenerte en algunos de sus idílicos pueblos. No puedes perderte Bellagio, Lecco, Varenna ni Menaggio. En mi opinión, este área del norte de Italia es de las más especiales del país transalpino. 

Sankt Moritz: Desplázate 170 kilómetros hacia el noreste en dirección a Tirano. Allí, disfruta de esta bella localidad alpina italiana y del Santuario della Beata Vergine di Tirano, su gran emblema, y toma el ferrocarril Bernina Express en dirección a Sankt Moritz. Esta ruta, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es un privilegio para la vista, observando algunos de los paisajes naturales más bellos del Viejo Continente. La localidad suiza de Sankt Moritz, la ciudad vacacional alpina por excelencia, resulta ideal para practicar deportes de invierno, para disfrutar de las aguas de su lago y para admirar su famosa torre inclinada. Esta ruta es inolvidable.

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