El Perigord Blanco, un rincón sorprendente alrededor de Périgueux

I. Introducción:

Casitas de piedra, de estilo típicamente francés, de un color claro, próximo al blanco, sobre un terreno predominantemente calcáreo, y un ligero aroma a trufa son los sellos de identidad del Perigord Blanco. Sita en el suroeste de Francia, en el corazón del Perigord, es una zona aún bastante desconocida por los turistas, que suelen decantarse en sus aventuras por Sarlat-la-Canéda y sus proximidades.

Pero Périgueux y sus alrededores están repletos de rincones sorprendentes.
A unos 100 kilómetros, aproximadamente, de Burdeos, la capital de esta bella región de Nueva Aquitania, se enclavan una serie de preciosos pueblecitos en la órbita de Périgueux, en el Valle del Río Isles, que te sorprenderán.

Pero aparte de estas hermosas localidades, conocidas por ser el epicentro de ese diamante negro que es la trufa, la capital del departamento de la Dordoña, Périgueux, te enamorará. Y es que su elegancia, sus restos romanos, su maravillosa catedral y su gastronomía no son baladís. Por todo ello, te propongo una ruta por el Perigord Blanc. No te arrepentirás. 


La imponente Catedral de Périgueux / FUENTE: Archivo propio

II. Qué ver en el Perigord Blanco:

8 lugares imprescindibles (los tienes que ver sí o sí): 📷

1. Montpon-Ménestérol.

Te sugiero comenzar la ruta por el Perigord Blanco en la tranquila localidad de Montpon-Ménestérol. Ubicada en el límite con el departamento de la Gironda, es conocida como la capital del órgano en la región de Nueva Aquitania. Y es que aparte de sus bellas construcciones, sus históricos edificios religiosos y sus espacios verdes en los márgenes del Río Isles, cuenta con un patrimonio organístico de primer orden. No en vano ostenta en la actualidad diez de estos instrumentos musicales. 

Además, este municipio es una puerta de entrada a la Fôret de la Double, un área donde la naturaleza se erige en la gran protagonista. Así, que si vas bien de tiempo, no lo dudes, piérdete por las proximidades hacia el norte de Montpon-Ménestérol y descubre también la riqueza de la flora autóctona.

2. Mussidan.

A poco más de 15 kilómetros de Montpon-Ménestérol se halla Mussidan, una linda población en cuyos alrededores emergen con vigor frondosas arboledas. Sus casitas típicamente francesas, la paz de sus callecitas, y el Museo André Voulgre sobre objetos y tradicionales populares de la región harán que este rincón quede en tu recuerdo. 

De sus proximidades, son interesantes la vetusta iglesia de Saint-Martin-l'Astier -si bien en un principio se sostenía que databa del siglo IX, nuevos estudios parecen indicar que se construyó en el siglo XI-, la iglesia del siglo XV Saint-Pierre-et-Saint-Paul, enclavada en Sourzac, y la Cueva de Gabillou, con grabados rupestres del paleolítico superior.

3. Neuvic.

Neuvic es el siguiente pueblecito que te aconsejo que visites. Se encuentra a unos 12 kilómetros de Mussidan. Neuvic es un interesante y acogedor municipio famoso por dar cobijo a un fabuloso castillo. Sito a orillas del Río Isles y flanqueado por unos lindos jardines, el Château de Neuvic es una de las paradas obligatorias en cualquier ruta por el Perigord Blanco. Construido en el siglo XVI, es una hermosa edificación que destaca por su arquitectura y por las estancias que alberga, sobre todo, el Gran Salón Luis XV y su capilla. Su visita es un must.

4. Saint-Astier.

A escasos 8 kilómetros de Neuvic encontrarás Saint-Astier. Se trata de un pintoresco poblado con tintes medievales que creo que te gustará. Algunos de sus mayores encantos son su iglesia fortificada del siglo XII, sus castillos, sus afamadas canteras de cal, la arquitectura de sus casas, y alguno de sus rincones secretos, como la Chapelle des Bois.

Como curiosidad, durante unos días de junio y julio, la localidad regresa a sus orígenes occitanos para organizar el Félibrée, el festival occitano más relevante del Perigord.

5. Vergt.

Mi consejo es que te desvíes por un momento del curso del Río Isles para acercarte a Vergt, villa que se alza a unos 25 kilómetros de Saint-Astier. Su principal atractivo es que es la capital de la fresa del Perigord. Su visita resulta especialmente recomendable en mayo, que es cuando se celebra en Vergt la fiesta de las fresas. Pero si viajas en otra época, tampoco te defraudará.
  
En las cercanías de Vergt, busca tiempo para disfrutar de pequeños y arrebatadores pueblecitos como Bourrou, Creyssensac-et-Pissot, Lacropte, Saint-Maime-de-Péreyrol o Cendrieux, así como del bucólico lago de Neufont.

6. Périgueux.

Dejamos atrás la agrícola Vergt y nos desplazamos hacia el norte una distancia de 20 kilómetros para aterrizar en la villa de mayores dimensiones del Perigord Blanco. Périgueux, la capital del departamento de la Dordoña, es una ciudad de apenas 30.000 habitantes, por lo que atesora unas dimensiones ideales para su completo disfrute. 


Enclave de peregrinos, por dar paso a una de las etapas del Camino de Santiago, tiene como abanderado su imponente y descomunal Catedral. La Cathédrale Saint-Front de Périgueux, templo del siglo XII de estilo bizantino y que fue construida tomando de ejemplo la Basílica de San Marcos de Venecia, preside el skyline de la ciudad con sus espectaculares cúpulas y con la enorme Torre de Saint-Front. 

Périgueux también fue una ciudad enormemente relevante en la época de dominación romana, por lo que otro de sus grandes reclamos son sus vestigios de la época, como la Torre Vesunna, el Musée Vesunna -sobre el que profundizaremos más abajo-, los restos de la muralla galo-romana y las ruinas de un antiguo anfiteatro -sitas en un precioso parque llamado el Jardin des Arènes-.

De épocas posteriores, me quedo con la Église Saint-Étienne-de-la-Cité -del siglo XI y anterior catedral de Périgueux-, la moderna Place de Francheville, la Torre Mataguerre, la coqueta Place de Saint-Louis, la concurrida Rue Limogeanne, el Château Barrière, el Musée d'Art et d'Archéologie du Perigord, la especial Place de Navarre, y con palacios como el Hotel Abzac de Ladouze, la Maison du Patissier o el Sallegourde. 

Pero lo que te aconsejo, sobre todo, es caminar por sus encantadoras callejuelas y admirar su aroma a tiempos del medievo. Te conmoverá

7. Chancelade.

A unos 6 kilómetros del centro histórico de Périgueux, y prácticamente unida a su núcleo urbano, se halla Chancelade. Esta villa es conocida por ser el lugar donde a finales del siglo XIX se descubrió un esqueleto de un ser humano que data de entre 15.000 y 9.000 años antes de Cristo, el famoso hombre de Chancelade. 

Pero también es muy popular por formar parte del Camino de Santiago y por ser el hogar de la Abadía de Chancelade, un monasterio de estilo románico construido entre los siglos X y XII. Es un rincón donde se respira paz y tranquilidad por los cuatro costados. Sus dos principales edificios son la iglesia de la abadía y la capilla de San Juan.

Muy cerquita déjate sorprender también por el encanto del espléndido Château-l'Évêque y por el Prieuré de Merlande -esta última edificación data del siglo XII-.

La Abadía de Chancelade / FUENTE: Archivo propio
8. Sorges.

Te propongo finalizar esta ruta por el Perigord Blanco en Sorges, a 25 kilómetros de Chancelade. Eso sí, por el camino detente a admirar el Château de Caussade, el Château d'Escoire, el Château des Bories y la encantadora localidad de Savignac-les-Églises. 

Una vez en Sorges, habrás arribado a un rincón donde la gastronomía es su actor principal. Conocida como 'la capital mundial de la trufa negra', su visita es un must para los gourmets más exigentes del planeta. 

Allí, encontrarás el Ecomusée de la Truffe, un museo dedicado a este diamante negro sobre el que profundizaremos más adelante. Y, si tienes la fortuna de visitar el lugar en enero, su último domingo tiene el privilegio de celebrar el mercado de las trufas. Es, sin duda, la mejor forma de acabar esta ruta, dando un homenaje a nuestros paladares.

III. Qué comer en el Perigord Blanco:

Una comida: 🍲

El magret de pato con Salsa Périgueux, una salsa cuyos ingredientes principales son el vino blanco, el caldo de carne, la mantequilla, la harina y, como no, el producto estrella de la zona, la trufa negra. En la actualidad, hay muchos cocineros que también suelen incluir escalonia en la receta.

Un dulce: 🎂

Cualquier dulce con fresas de Vergt, aunque comerlas al natural también es un regalo caído del cielo.

IV. Qué beber en el Perigord Blanco:

Una bebida: ☕

El Apéritif à la Truffe, un licor con jugo de trufa negra y azúcar.

V. Dónde comer en el Perigord Blanco:

Restaurantes: 🍴

Un restaurante en Montpon-Ménestérol: Auberge de L'eclade: Emplazado en la hermosa villa de Montpon-Ménestérol, es un espacio gastronómico que sirve lo mejor de la gastronomía de la región con el savoir faire francés. Cuenta con una idílica terraza ideal para las temporadas de buen tiempo.
17 Rue Paul Emile Victor, Montpon-Ménestérol.
Precio: €€€€

Un restaurante en Mussidan: Auberge du Musée: Es el restaurante ideal para degustar las recetas tradicionales de la zona. Si te gusta la cocina de toda la vida en un ambiente relajado, éste es tu lugar. Se encuentra en el parque de Voulgre en el pueblo de Mussidan.
6 Rue Raoul Grassin, Mussidan.
Precio: €€€€

Un restaurante en Saint-Astier: Le Relais de la Ganache: Fue mi gran hallazgo en forma de comida en mi ruta por el Perigord Blanco. Incluido en la ruta oficial del foie-gras, la estrella de la casa son las recetas con productos derivados del pato cocinados con toque de autor. Se ubica en las afueras de la localidad de Saint-Astier.
La Bassonie Nord, Saint-Astier.
Precio: €€-€€€

Un restaurante en Périgueux: Le Clos Saint-Front: Este restaurante, que se alza en Périgueux en un edificio del siglo XVI, es uno de esos establecimientos a los que siempre es un acierto acudir. Sirve una cocina de mercado contemporánea y creativa con un tremendo respeto a los productos. Restaurante muy bello, de corte clásico, con una terraza muy romántica.
5 Rue de la Vertu, Périgueux.
Precio: €€€€

Un restaurante en Chancelade: Restaurant du Château: Sito en un majestuoso castillo del municipio de Chancelade, es uno de esos restaurantes para el recuerdo, para ocasiones especiales. Sus salones interiores palaciegos, su impecable servicio y su espectacular cocina refinada y creativa, le han servido para ser galardonado con una Estrella Michelín. Espléndido.
15 Avenue des Reynats, Chancelade.
Precio: €€€€

Un restaurante en Sorges: Auberge de la Truffe: En Sorges se halla el auténtico templo de la trufa negra. Y no es otro que este restaurante, que ofrece varios menús a precios muy diversos, y cuyo producto estrella es la trufa negra. Si quieres degustar el verdadero diamante negro del Perigord, éste es tu sitio. Como no podía ser de otra forma, las materias primas de su cocina son sobresalientes.
14 Rue Chateaureynaud, Sorges.
Precio: €€€€

Templos de dulces: 🍫

Le Fournil des Jalots: Elegida en 2015 como la mejor panadería de su provincia y situada en una localidad a escasos cinco kilómetros del centro de Périgueux, es un lugar de culto para los amantes de los dulces y de los panes. Su dueño, el Sr. Alain Pichard, es famoso por bordar los dulces típicos de Francia. Uno de sus productos estrella es el 'pain aux fraises avec pépites de chocolat', un dulce con pepitas de chocolate y, como no, con fresas de la región.
214 Avenue Michel Grandou, Trélissac.
Precio: €€-€€€

Pâtisserie Alexandre Ménard: Sita en Périgueux, es una de las pastelerías de mayor renombre de la zona. Sus finas tartas y su bollería te encantarán si eres especialmente goloso. Y, si no lo eres, también. Porque como dice el dicho, a nadie le amarga un dulce. Y menos, si son de la calidad de los de esta pastelería.

13 Boulevard Michel Montaigne, Périgueux.
Precio: €€-€€€

VI. Qué hacer en el Perigord Blanco:

2 museos imprescindibles: 🎨

Musée Vesunna: Dado que Périgueux fue un importante núcleo urbano en la época de dominación romana, su museo más interesante incide en la materia. En un edificio diseñado por el arquitecto Jean Nouvel, expone el interior de lo que era una antigua vivienda galo-romana. La colección de objetos y de murales de aquella época son de enorme relevancia.
Parc de Vésone, 20 Rue 26ème Régiment d'Infanterie, Périgueux.

Ecomusée de la Truffe: La trufa negra es por méritos propios el estandarte gastronómico del Perigord Blanco. Si eres amante de esta joya culinaria, te sugeriría que te acercases a este museo para profundizar en el excitante y apasionante mundo de este diamante negro en forma de trufa.
Maison des Villages Truffiers, Route de Limoges, Sorges.

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