Oporto, un tesoro en la desembocadura del Duero

I. Introducción:

Al norte de Portugal, a poco más de cien kilómetros de la frontera con España, se enclava Oporto, un tesoro sito donde las aguas del Río Duero se entremezclan con las del Oceáno Atlántico.
La considerada como la capital del norte del país vecino, es una histórica y monumental villa que cuenta con un legado arquitectónico de primerísimo orden; prueba de ello es que su centro histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Con una población aproximada de 220.00 habitantes, la ciudad portuense es conocida por atesorar una singular mezcla entre lo señorial y lo añejo, entre la vida fluvial a orillas del Duero y la vida costera a orillas del Atlántico. Y, si a eso le añadimos bellas callecitas y uno de los vinos más afamados del mundo, se erige en una opción sumamente atractiva para visitarla cualquier fin de semana del año.


Panorámica de Oporto / FUENTE: Archivo propio

II. Qué ver en Oporto:

8 lugares imprescindibles (los tienes que ver sí o sí): 📷

1. Casa da Musica.

Comenzamos nuestra ruta por Oporto en el barrio de Boavista. Allí, se ubica la Casa da Musica, el símbolo de la Oporto moderna, de la que no reniega de su bello pasado, pero que mira al futuro con grandeza, con optimismo. Y es que tiene motivos para hacerlo.

Como consecuencia del nombramiento compartido de la ciudad lusa y de Rotterdam como capitales de la cultura europea en 2001, se produjo un intercambio en virtud del que el arquitecto portugués Álvaro Siza Vieira se desplazó a Holanda y el neerlandés Rem Koolhaas a Oporto.

La misión de Koolhaas fue poner en marcha en la villa portuguesa el ambicioso proyecto de la Casa da Musica. De esta forma, en 2005 se inauguró esta construcción vanguardista que, si bien en su origen fue objeto de polémicas por su estilo rompedor, se ha convertido en la actualidad en uno de los grandes estandartes de Oporto y en uno de sus puntos de visita obligada si se quiere obtener una perspectiva completa del Oporto de ayer y del de hoy.

Sus espectaculares exteriores y algunas de sus estancias, entre las que sobresalen el auditorio principal, el hall y la sala VIP, han hecho de este lugar, otrora ocupado por un edificio de almacenaje de tranvías fuera de servicio, un verdadero templo de la cultura en la ciudad portuense. 

Asistir a un concierto o visitar sus interiores, en caso de que no esté programado ningún evento, es algo al alcance de todos y que merece la pena.

Al lado de la Casa da Música, resultan altamente recomendables de ver la Rotunda da Boavista, la Casa-Museu Marta Ortigão Sampaio, el Mercado Bom Sucesso y el centro comercial Shopping Cidade do Porto.

Asimismo, no demasiado lejos, son interesantes también la iglesia do Foco, el conjunto de la Casa de Allen y su jardín, el Palácio Burmester, el Jardín Botánico do Porto y, si eres amante del fútbol, el Estádio do Bessa XXI, el campo del Boavista Futebol Clube.

2. Jardins do Palácio de Cristal.

Continuamos nuestra ruta por Oporto en los Jardins do Palácio de Cristal, uno de los enclaves más maravillosos de la ciudad portuense. Levantados en la década de los sesenta del siglo XIX, son un paraje que destila romanticismo por los cuatro costados y que se halla repleto de rincones que te cautivarán.

Sus diferentes espacios, sus arboledas, sus rosaledas, sus estanques, sus monumentos y sus pavos reales conforman un paisaje sin parangón. Y las vistas que se obtienen desde sus miradores son un regalo caído del cielo con una perspectiva insuperable del Duero confluyendo en las aguas del Atlántico y del Ponte da Arrábida, el último puente que cruza este corriente fluvial antes de desembocar en el mar.

Como curiosidad, los Jardins do Palácio de Cristal tienen esta nomenclatura porque en sus orígenes se hallaban presididos por un palacio de cristal, construido de cara a la Exposición Internacional que se celebró en Oporto en 1865, y que fue edificado siguiendo la estela del Crystal Palace londinense. Y no sólo su nacimiento unió a ambos edificios, sino también su fin, ya que la construcción británica fue destruida en un incendio y la portuguesa demolida, ambas en el siglo XX. Vidas paralelas.

El hueco que dejó el antiguo palacio de cristal en los jardines portuenses fue ocupado desde 1954 por el Pavilhão Rosa Mota, edificio que acoge exposiciones, competiciones deportivas y eventos de la enjundia de la Feria del Libro de Oporto, y cuya construcción con una enorme cúpula sirve de elemento transgresor frente al clasicismo y romanticismo predominante en el parque.

Cuando visites los Jardins do Palácio de Cristal, no desaproveches la ocasión de pasarte también por el Museu Romântico da Quinta da Macieirinha, por la Quinta Tait y sus jardines, y por el Museu do Vinho do Porto.

Pero, sobre todo, es un must el Museu Nacional de Soares dos Reis, espacio del que daremos más detalle unas líneas más abajo. 

Si dispones de más tiempo, también te gustarán la galería de arte Fernando Santos y el Palácio Pinto Leite y, un tanto más lejos, el Museu do Carro Elétrico y el Palácio das Sereias. 

3. Livraria Lello.

Sitos ya en el centro histórico de la villa portuguesa, nos dirigimos hacia la Livraria Lello, sin duda, uno de los rincones más especiales de la ciudad. Ha sido considerada, entre otros, por la guía Lonely Planet, por el diario The Guardian, por la revista Time y por la cadena CNN como una de las librerías más bellas del mundo. 

Inaugurada en 1906 en un bello edificio neogótico portuense, déjate sorprender por su impresionante fachada y por sus sublimes interiores, una auténtica maravilla, donde destaca su fabulosa y majestuosa escalera, que te dejará sin palabras. De hecho, la escritora británica J.K.Rowling, que residió en Oporto durante una temporada, quedó prendada de los encantos de la Livraria Lello y se inspiró en ella para crear el mito de Harry Potter.

Esta librería es uno de los lugares más visitados de Oporto y uno de sus grandes reclamos, que atrae a miles de viajeros de todo el mundo ávidos de conocer este embrujador establecimiento.  

Bastante cerca de la Livraria Lello, es un must en mayúsculas la Torre dos Clérigos, de la que hablaremos en profundidad más adelante. 

También son atrayentes el jardín do Carregal, la Praça de Carlos Alberto, la Quinta do Pinheiro, el jardín da Cordoaria, el antiguo Palácio dos Constantinos, el Centro Portugués de Fotografía, así como las iglesias dos Carmelitas Descalços, da Misericórdia, y de São Bento da Vitória.

4. Palácio da Bolsa.

Muy cerquita del Duero, se emplaza el Palácio da Bolsa, sede de la Cámara de Comercio e Industria de Oporto, una majestuosa construcción neoclásica del siglo XIX que goza de una belleza y de un buen gusto dignos de admiración.

Este hermosísimo edificio, que ha servido como lugar de recepción de altos mandatarios y para la celebración de todo tipo de eventos, es una joya de la arquitectura y del interiorismo.

Su imponente fachada poco impone -permítase la redundancia- en comparación con sus espléndidos interiores. En mi opinión, sus estancias más destacadas son la Sala Árabe -inspirada en la Alhambra de Granada-, la Galería de los Antiguos Presidentes, la Sala de las Asambleas Generales, la Sala Dorada, la Sala del Tribunal, la Sala de los Retratos, el Gabinete de Gustave Eiffel, la Sala de los Cuadros, la Escalera Noble y el Palacio de las Naciones -con su impresionante cúpula acristalada-.

En las proximidades del Palácio da Bolsa, es un must pasearse por el animado y pintoresco barrio de la Ribeira, y ver la Casa do Infante -sede del Archivo Municipal de Oporto e histórico lugar donde nació el Rey Enrique el Navegante-, y la iglesia de São Francisco -una de las basílicas más importantes de la villa, con unos exuberantes interiores barrocos con preponderancia del oro, que te encandilarán-. 

También me parecen muy atrayentes las Escadas do Caminho Novo, unas escaleras flanqueadas por restos de la Muralla Fernandina a un costado y por casas al otro, con aroma a ese Oporto tan tradicional y cautivador.

Si dispones de tiempo adicional, pásate también por el museo World of Discoveries, por el recinto Porto Customs, por la fuente do Bicho, por el parque das Virtudes, por la Casa de Almeida Garrett, por el Museu das Marionetas do Porto, por los palacios das Artes y São João Novo, por las iglesias de Nossa Senhora da Vitória y de São Nicolau, por el mirador da Vitória, por la torre da Rua Baixa, por la Praça da Ribeira, por el Mercado Ferreira Borges, y por el jardín do Infante Dom Henrique. 

5. Sé do Porto.

La Sé do Porto es la sede episcopal de la diócesis de Oporto y el edificio religioso más relevante de la villa. Si bien en la actualidad la Catedral es un paradigma de de construcción barroca, de sus comienzos románicos en el siglo XII conserva la estructura de la fachada y el cuerpo de la iglesia. 

También contiene elementos góticos como la capilla de San Juan Evangelista y su lindo claustro, que acoge característicos azulejos azules y blancos representando escenas religiosas y de las Metamorfosis de Ovidio.

A pesar de que sus exteriores parecen más propios de una fortaleza que de una basílica, se trata de uno de los templos religiosos más importantes del país vecino. Y, si sus exteriores te evocan a una fortaleza, sus interiores -aparte del claustro y de los altares- llamarán tu atención por su sobriedad y por el tamaño de sus gigantescas columnas.

Cuando te acerques a la Sé do Porto, no puedes perderte los tesoros de la Catedral, una colección de orfebrería religiosa de incalculable valor, que se exhiben en la Casa do Cobildo.

La Catedral, además, integra junto con el vecino Palacio Episcopal de Oporto -que data del siglo XII y cuya visita te recomiendo encarecidamente- y con la plaza en la que se asienta, decorada con una hermosa columna, un todo difícilmente superable. Pero hay más, las vistas que se obtienen de Oporto desde los aledaños de la Catedral son de órdago.

En los alrededores de la Sé do Porto, es un must pasear por las callejuelas del hechizante barrio de Barredo y, si puedes, tienes que acercarte también a la iglesia de São Lourenço, a la estatua ecuestre de Vímara Peres, al mirador da Lada, y a la Casa-Museu Guerra Junqueiro. 

6. Praça da Batalha.

La Praça da Batalha es una de las plazas más hermosas de Oporto, pero su relevancia va más allá de su lindeza, pues ostenta una trascendencia histórica. Así, se dice que fue el lugar donde se libró una cruenta batalla entre las huestes de Almanzor y los habitantes locales, en la que los portugueses cayeron derrotados.

El que fuera el epicentro de una dura batalla es en la actualidad un bello enclave donde los establecimientos de ocio, como bares y restaurantes, e importantes hoteles, se combinan con una incomparable arquitectura creando uno de los marcos más reconocibles y lindos de la ciudad portuense.

Los principales reclamos de esta plaza son la estatua del Rey Pedro V de Portugal, y los edificios del antiguo Palácio da Batalha -hoy reconvertido en hotel-, del Teatro Nacional São João, del Antigo Cinema Batalha, y de la antigua oficina central de correos.

Mención aparte merece la construcción que preside la cara norte de la plaza. Es la bellísima iglesia de Santo Ildefonso, levantada en la primera mitad del siglo XVIII y que emerge con orgullo con sus dos enormes campanarios y con sus 11.000 azulejos azulados que la embellecen. Es una excelente muestra del barroco portugués.

En las zonas aledañas, son visita más que obligatoria el Mercado do Bolhão -con productos de excelsa calidad, pero un tanto elevados de precio en un bello complejo neoclásico- y la Estación de São Bento -una de las estaciones de trenes más bellas del planeta, con un vestíbulo decorado con más de 20.000 azulejos azules y blancos tan típicamente portugueses-.

De igual modo, son parada obligada la capilla das Almas -construida durante el siglo XVIII, es una de las más especiales de Oporto luciendo con elegancia lindos azulejos azules y blancos-, y la Praça da Liberdade -una de las principales plazas de la urbe, con las estatuas do Porto y del Rey Pedro IV y, aunque te sorprenda, donde se asienta uno de los McDonalds más bellos y elegantes del mundo; su visita vale la pena-.

Obtén tiempo también para pasear por la comercial Rua Santa Caterina y por las calles aledañas y detente para tomar un dulce en algunas de sus afamadas pastelerías o, dependiendo de la hora, a comer o a cenar, para degustar una francesinha.

Si dispones de más tiempo, son agradables de ver el centro comercial ViaCatarina Shopping, la iglesia de Santo António dos Congregados, el Coliseu Porto Ageas, el jardín de São Lázaro, el Palácio dos Condes de Azevedo, la iglesia da Santíssima Trindade, y el Ayuntamiento de Oporto.

A bastante más distancia y alejados de las zonas más turísticas, son interesantes el monumento ao Viajante Profissional de Vendas, las ruinas y la fuente da Praça das Flores, las iglesias do Bonfim, da Nossa Senhora da Conceição y da Lapa, los parques Quinta do Covelo y São Roque, el jardín de Arca d'Água, el museo Fundação Escultor José Rodrigues, la Casa da Quinta da Lameira, y el Estádio do Dragão, el hogar de la emblemática escuadra Futebol Clube do Porto. 

7. Ponte de Luís I.

Si una imagen se nos viene a la cabeza cuando pensamos en Oporto -aparte del vino-, es la estampa del Ponte de Luís I. Inaugurado en 1886 para mejorar las comunicaciones entre Oporto y Vila Nova de Gaia, localidades ambas, separadas por las aguas del Río Duero, se ha erigido en uno de los mayores emblemas de Portugal.

Ideado por la empresa en la que trabajaba Téophile Seyric, antiguo socio de Gustave Eiffel y a quien curiosamente batió con su propuesta para construir el Ponte de Luís I, es un puente metálico con dos niveles, el más elevado para el tránsito del metro de Oporto y el inferior para el tráfico de coches, siendo ambos niveles aptos para caminarlos a pie.

Sus estructuras metálicas te sorprenderán, sobre todo su gigantesco arco de hierro; de hecho, fue el puente con arco más grande del mundo desde su construcción en 1886 hasta 1997, cuando le superó el puente Müngsten, que une las ciudades germanas de Remscheid y Solingen.

Además, con sus casi 400 metros de largo, el Ponte de Luís I ha devenido también un excelso mirador tanto del Río Duero, como de Oporto y de Vila Nova de Gaia.

En el margen de Oporto, muy cerquita de este icónico puente, se halla una porción muy relevante de la Muralla Fernandina, algunos de los vestigios mejor conservados de la antigua muralla de la villa, que data del siglo XIV, y que no puedes perderte.

Si eres un enamorado de los puentes, si sigues el curso del Duero en dirección opuesta a su desembocadura, son muy interesantes desde un punto de vista arquitectónico los puentes do Infante -con el lavadouro das Fontaínhas a su vera- y de Maria Pia -que fue el puente con arco más grande del mundo entre 1877 y 1884-; ambos puentes, de igual modo que el Ponte de Luís I, unen Oporto con Vila Nova de Gaia.

Precisamente, a continuación abordaremos los principales encantos de la otra riba del Duero o, lo que es lo mismo, de Vila Nova de Gaia, la meca del vino portuense.


El Ponte de Luís I, que une Oporto con Vila Nova de Gaia / FUENTE: Archivo propio
8. Vila Nova de Gaia.

Si desde Oporto cruzamos el Duero por alguno de sus puentes, arribaremos a la ciudad de Vila Nova de Gaia. Si bien pudiera llegar a pensarse que se trata de un barrio de Oporto, lo cierto es que es una localidad vecina, cuya visita es un must en mayúsculas. 

Es un must porque desde Vila Nova de Gaia obtendrás una de las mejores vistas de Oporto; porque alberga unos hermosos parajes y playas en el Atlántico; porque es sede de algunos edificios de la enjundia de la capilla do Senhor da Pedra -una misteriosa ermita sobre rocas a orillas del Atlántico que se separa de la tierra con la subida de la marea, la San Juan de Gaztelugatxe portuguesa- y del monasterio da Serra do Pilar -desde cuyos alrededores se obtienen unas panorámicas de Oporto de ensueño, especialmente al atardecer, con unas puestas de sol que son una verdadera delicia-; y porque podrás ver de cerca esos barcos de madera llamados rabelos que conforman una de las estampas más típicas de Vila Nova de Gaia.

Pero es un must, sobre todo, porque este municipio cobija a las principales bodegas de ese divino tesoro que es el vino de Oporto. Algunas de las cavas más destacadas son Augusto's, Quinta dos Corvos, Cockburn's Port Lodge, Sandeman, Offley, Croft Port, Graham's Port Lodge, Ferreira, Churchill Graham, Real Companhia Velha, Vasconcellos, Ramos Pinto, Taylor's Port, Cálem, Espaço Porto Cruz y Burmester.

Como no puede ser de otra manera, no puedes irte de Oporto sin visitar Vila Nova de Gaia y alguna de sus emblemáticas bodegas. Sería imperdonable no catar alguno de sus afamados caldos.  

Mi rincón: 💎

A pesar de localizarse a cierta distancia del centro de la ciudad, me quedaría con el barrio de Foz do Douro. El que antaño fuera un núcleo de pescadores, en la actualidad se ha convertido en uno de los lugares más exclusivos y exquisitos de la urbe, el sitio escogido por las celebridades para residir en Oporto.

Los motivos son varios, pero sobre todo sus playas, su paseo marítimo y su enclave privilegiado, donde el Duero se junta con el Atlántico y, por ende, sus privilegiadas vistas, hacen de este distrito un lugar sumamente atractivo tanto para residir como para visitarlo. Sus puestas de sol son memorables.

Algunos de sus mayores puntos de interés son las playas dos Ingleses, do Ourigo y do Carneiro, los faros de São Miguel, das Felgueiras y da Barra do Douro, el mareógrafo de Foz do Douro, las capillas de Santa Anastácia y de Nossa Senhora da Lapa, la fortaleza de São João da Foz, el jardín do Passeio Alegre y la iglesia de São João da Foz do Douro, así como la riba de la desembocadura del Duero y el litoral Atlántico.

Algo más hacia el norte, resultan atrayentes las playas de Gondárem, do Molhe, y do Homem do Leme, la pérgola da Foz, los jardines da Avenida de Montevideo, el parque da Cidade do Porto, el Castillo do Queijo, y el acuario Sea Life Porto.

Las mejores vistas de la ciudad: 👀

Las obtendrás desde el mirador de la Torre dos Clérigos, una impresionante torre de 75 metros de altura de estilo barroco construida en el siglo XVIII, que es uno de los grandes símbolos de la ciudad. La espléndida panorámica que se obtiene desde la torre y el marco que conforma con la iglesia adyacente son un must en mayúsculas si viajas a Oporto. 

III. Qué comer en Oporto:

Una comida: 🍲

La francesinha, una especie de bocadillo de pan de molde tostado relleno de embutido y de carne, con queso fundido por encima y acompañado de una excelsa salsa picante a base de cerveza y de tomate. 

Un dulce: 🎂

El salame de chocolate, un riquísimo dulce de chocolate con forma de salami.

IV. Qué beber en Oporto:

Una bebida: ☕

El vino de Oporto, ese sublime vino dulce que es una referencia a nivel mundial.

V. Dónde comer en Oporto:

5 restaurantes: 🍴

Con vistas: Vinhas d'Alho: A orillas del Duero, muy cerquita del Palácio da Bolsa, se emplaza uno de los restaurantes que brinda una de las panorámicas más mágicas de la zona. La estampa del río, del Ponte de Luís I y de Vila Nova de Gaia desde su terracita no se te borrarán de la memoria. Y, si a ello, se le añade una cocina portuguesa de calidad, una excelente selección de vinos lusos y un servicio de primera, su visita no puede ser más que un acierto.
Muro dos Bacalhoeiros, 139-140, Oporto.
Precio: €€-€€€

Un clásico: Flor dos Congregados: Abierto en 1852, está considerado como uno de los restaurantes más antiguos de Oporto. De decoración cálida, predominando la piedra y la madera, bajo una luz tenue, y con una cocina de las de verdad, es de esos lugares ideales para aquellos a los que les gusta comer mucho y bien a precios razonables. Es uno de los mejores rincones para degustar la excelente cocina tradicional portuguesa. Es un valor seguro, recomendado por la guía Lonely Planet. Cuenta con terraza. Se localiza a medio camino de la Torre dos Clérigos y de la Praça da Batalha.
Travessa dos Congregados, 11, Oporto.
Precio: €€-€€€

El favorito de los locales: Café Santiago: En las proximidades de la Praça da Batalha, se alza una de las mayores instituciones de la gastronomía de la gran ciudad lusa del norte de Portugal. Con presencia en la vida de los portuenses desde 1959, es uno de los restaurantes predilectos de los lugareños pero también de los numerosos viajeros que se acercan a la ciudad. Es uno de los establecimientos más emblemáticos de Oporto y, por tanto, suele estar bastante hasta los topes de gente. La especialidad de la casa, la francesinha, la bordan. También ocupa un lugar destacado en Lonely Planet. Sumamente recomendable. Cuenta con otros dos locales en la urbe.
Rua de Passos Manuel, 226, Oporto.
Precio: €

Si echas de menos la comida española: Rua Tapas & Music Bar: Es verdad que no se trata de un restaurante especializado en cocina española, sino en comida portuguesa contemporánea. Pero también es verdad que sirve tapas lusas con frecuentes guiños a la gastronomía española y que es uno de los locales más de moda de Oporto. Sus tapas, su música en directo y el hecho de ser una excelente opción para tomar copas lo han colocado en la cima desde que abriera sus puertas. Se encuentra bastante cerca de la Livraria Lello. 
Travessa de Cedofeita, 24, Oporto.
Precio: €€-€€€

Un restaurante en Vilanova de Gaia: Taberninha do Manel: La otra riba del Duero acoge uno de los mejores restaurantes de la zona para disfrutar de los grandes clásicos de la gastronomía portuguesa. La Taberninha do Manel es un restaurante de los de antes, de los que te sientes como en casa. Pero es que además se emplaza en un lugar privilegiado: a orillas del río hispano-portugués, a la vera de bellos rabelos amarrados y bastante cerca del Ponte de Luís I, por lo que ofrece unas estampas de ensueño del corriente fluvial, del icónico puente y de Oporto. Es un restaurante también aconsejado por Lonely Planet y que atesora una agradable terraza.
Avenida Diogo Leite, 308, Vila Nova de Gaia.
Precio: €€-€€€

Templos de dulces: 🍫

Majestic Café: En la comercial Rua Santa Catarina, en los aledaños de la Praça da Batalha, se enmarca el café de los cafés de Oporto, el café reiteradamente galardonado como uno de los más bellos del planeta. Inaugurado en 1921, es una oda al buen gusto, al lujo y a la exquisitez. Su estilo Art Nouveau, su elegancia y sus sensacionales dulces te trasladarán por momentos a la Belle Époque. Frecuentado desde su apertura por grandes personalidades de la cultura lusa, es un clásico de clásicos, cuya visita es un must para los amantes de los rincones emblemáticos. Es una muy buena opción también para comer o cenar, si bien sus precios son elevados. Alberga una animada terraza.
Rua Santa Catarina, 112, Oporto.
Precio: €€€€

Confeitaria do Bolhão: Abierta en 1896, pero cerrada en 1985 durante un eterno período de diez años, emergió con más fuerza que nunca cuando reabrió sus puertas en 1995, volviendo de nuevo a ser la cafetería que fue, una de las más populares y concurridas de la ciudad. Para buena parte de la población local y también para numerosos viajeros que visitan Oporto, se trata de la mejor confitería de la urbe y, por tanto, la que elabora los mejores dulces tradicionales portugueses, pero también algunos de los más conocidos de la repostería internacional. Excelente opción también para comer. Se ubica frente a la puerta sur del Mercado do Bolhão, bastante cerca también de la Praça da Batalha.
Rua Formosa, 339, Oporto.
Precio: €

VI. Qué hacer en Oporto:

2 museos imprescindibles: 🎨

Museu Nacional de Soares dos Reis: El histórico Palácio dos Carrancas, construido en 1797, aloja uno de los principales museos de Oporto. Es un espacio dedicado al arte que acoge importantes pinturas y esculturas de artistas portugueses, principalmente de entre los siglos XVII y XX, entre las que destacan las obras del escultor António Soares dos Reis, en cuyo honor se puso el nombre a este museo. Un imprescindible para conocer de primera mano el interesantísimo arte portugués.
Rua Dom Manuel II, 56, Oporto.

Museu de Serralves: Se trata, seguramente, del museo de arte contemporáneo de mayor relevancia de Portugal. Sus pinturas y esculturas, pero también el edificio en sí, obra del arquitecto luso Álvaro Siza Vieira, merecen una visita. Y, por si fuera poco, este museo se ubica en un maravilloso parque, repleto de sorprendentes rincones en cuyo suelo se alza otra imponente edificación, la Casa de Serralves, antigua residencia de los Condes de Vizela, y una verdadera joya de la arquitectura Art Déco. Un conjunto que merece muy mucho la pena, a pesar de hallarse un tanto alejado del centro histórico de la ciudad.
Rua Dom João de Castro, 210, Oporto.

VII. Excursiones desde Oporto:

2 excursiones recomendables: 🚌

Braga: Te propongo iniciar la ruta en Guimaraes, una villa sita a escasos 60 kilómetros de Oporto en dirección noreste. Esta localidad es dueña de un precioso casco histórico Patrimonio de la Humanidad según la Unesco y cuenta con monumentos de la belleza del Paço dos Duques de Bragança o del Castelo de Guimaraes. Tras visitar la sorprendente Guimaraes, te sugiero desplazarte unos 25 kilómetros al noroeste para visitar Braga, histórica urbe que ostenta un patrimonio arquitectónico de primer nivel, destacando entre todos ellos sus numerosos edificios religiosos.

Coímbra: Una buena opción sería iniciar la ruta en Aveiro, linda localidad costera que se emplaza 75 kilómetros al sur de Oporto. Aveiro es una ciudad que vive por y para el agua, y que es conocida como la Venecia de Portugal, por sus bucólicos canales. Si te desplazas 65 kilómetros en dirección sureste desde Aveiro, llegarás a Coímbra, antigua capital lusa y sede de la universidad más antigua en lengua portuguesa, cuyos históricos edificios han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. 

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