Toronto, la más estadounidense de las urbes canadienses
I. Introducción:
Toronto es una ciudad especial para mí, que me genera especial nostalgia. Haber residido durante una temporada en la capital de Ontario me trae a la memoria recuerdos imborrables, que perdurarán en mi memoria perennemente.Ubicada en el sureste de Canadá a orillas del Lago Ontario, es con sus 2.700.000 habitantes la localidad más poblada del país y su principal centro financiero. Los gigantescos rascacielos de su Downtown, la participación de sus principales equipos deportivos en las ligas de Estados Unidos y su proximidad geográfica con éste, hacen de Toronto la más estadounidense de las ciudades canadienses. De hecho, muchas de las películas ambientadas en Nueva York han sido realmente filmadas en Toronto. Y es que es una ciudad donde el cine ocupa puestos de privilegio. Así, es conocida como North Hollywood por el elevado número de películas rodadas en la ciudad, y alberga el Toronto International Film Festival, uno de los festivales de cine más relevantes de Norteamérica.
Toronto, además, es un crisol de culturas, que cobija numerosos y bellos barrios étnicos, que la dotan de una riqueza cultural y lingüística sin parangón. Pero la capital de Ontario cuenta además con las grandes señas de identidad de Canadá; es un lugar acogedor, una tierra de oportunidades, y que destaca por su seguridad, no en vano está considerada como la urbe más segura de América del Norte.
A mí no me cabe ninguna duda de que regresaré. No sé si para unos días o para una larga temporada. Y es que es una ciudad que no defrauda, que te acoge con los brazos abiertos.
El skyline de la ciudad desde las Toronto Islands / FUENTE: Archivo propio |
II. Qué ver en Toronto:
8 lugares imprescindibles (los tienes que ver sí o sí): 📷1. The Distillery Historic District.
Iniciaremos nuestro recorrido por la urbe más segura de Norteamérica en The Distillery Historic District. Seguramente te sorprenderá por no tratarse de un vecindario a la estadounidense. Y es que se trata de un distrito comercial y residencial donde abundan los edificios históricos de estilo victoriano del siglo XIX. De hecho, es el lugar de América del Norte más grande de arquitectura victoriana industrial.
Es un lugar fundamentalmente peatonal, que concentra una impresionante oferta de ocio, entre la que destacan sus bares, restaurantes y cervecerías, sus galerías de arte, y sus tiendas de antigüedades y de objetos únicos. El epicentro del distrito es el complejo de la destilería Gooderham and Worts Distillery, que a finales de 1860 llegó a ser la destilería más grande del planeta y que a finales del siglo XX estuvo varios lustros en desuso.
Sus principales edificios son la Stone Distillery y la Boiler House. Otro punto muy fotografiado es la enseña Love hecha con candados. Si viajas en pareja, es un must anclar un candado. Se trata de una zona donde los edificios anaranjados de ladrillo de origen industrial se erigen en los protagonistas. Si visitas la ciudad en Navidad, este área suele acoger un animado mercado de adviento. Pero si la visitas en verano, se llena de terrazas. Por tanto, este distrito es parada obligatoria independientemente de la fecha en la que vayas a la capital de Ontario.
Aprovecha tu visita por este distrito para conocer lo mejor de los vecindarios del este de la ciudad. No desperdicies la oportunidad de pasarte por los cercanos barrios de Corktown y de Cabbagetown.
Corktown es un barrio histórico, uno de los más antiguos de la urbe. De fuerte presencia irlandesa en su origen y de raíces humildes, ha sabido renovarse con tino. Sus mayores puntos de interés son la Saint Paul's Catholic School -la escuela católica más antigua de la ciudad, que data de 1842-, el Enoch Turner Schoolhouse Museum -un museo alrededor de la que fue la primera escuela pública de Toronto, inaugurada en 1848-, la católica Saint Paul's Basílica, y la iglesia anglicana Little Trinity Anglican Church. Además, en viales como Bright Street, Ashley Place o Wilkins Avenue, hallarás valiosos ejemplos de construcciones del siglo XIX.
Cabaggetown, por su parte, es un barrio de origen obrero, pero que por su elevado número de casas victorianas ha atraído en los últimos años a escritores, profesores, abogados, doctores o cantantes -Lady Gaga o Avril Lavigne residieron durante un tiempo en este vecindario-. Cuenta con bellos espacios verdes como los parques Riverdale Farm, Riverdale Park West y Wellesley, con lindas basílicas como la Serbian Orthodox Church St. Sava, la Saint Luke's United Church y la Paroisse du Sacré Coeur, y con teatros de la relevancia del Winchester Street Theatre.
Al otro lado del Río Don, saca tiempo para ver los vecindarios de Port Lands, The Beach, East Chinatown, Leslieville, Little India, Upper Beaches, y Greektown.
Port Lands es un área industrial y recreacional a la vera del Lago Ontario que estaba unida a las Toronto Islands hasta que en 1858 un enorme temporal los separó. Alberga playas y centros para la práctica de actividades acuáticas, si bien tiene tramos un tanto desangelados.
The Beach es el vecindario por excelencia de las playas de Toronto. Cobija algunas de las más populares, como las de Woodbine o Balmy. Es un barrio que se está poniendo muy de moda como zona de recreo y que resulta ideal para pasear y para presenciar una de las puestas de sol más bellas de Toronto. Atesora asimismo algunos espacios verdes de gran popularidad, como los parques Woodbine, Beaches, Glen Stewart y Ashbridges Bay.
East Chinatown es un vecindario inicialmente formado por gente de origen asiático que huía de los altos precios de la vivienda en el Chinatown sito alrededor de la Spadina Avenue. Consecuentemente, el East Chinatown es un barrio repleto de negocios asiáticos, predominantemente chinos y vietnamitas, con carteles bilingües. Es, por tanto, un lugar ideal para probar su gastronomía y para comprar a buen precio en sus bazares. En los últimos años, no obstante, familias procedentes de otros países están abriendo nuevos negocios que se combinan con los asiáticos, dotando al lugar de una interesante mezcolanza, agudizada más si cabe con la nueva tendencia hipster del vecindario. Como curiosidad, este barrio en continua evolución es el único barrio chino de la ciudad que cuenta con el clásico pórtico de entrada, ya que el Chinatown de Spadina Avenue carece de uno.
Leslieville, por su parte, es un barrio periférico muy venido a más. De hecho, The New York Times llegó a decir que estaba llamado a ser el nuevo Williamsburg. Para muchos torontonianos es el rincón ideal para tomar un café, para cenar con amigos y para comprar objetos curiosos. Tal es su popularidad, que sirve de inspiración para películas y series, además de contar con su propio logotipo consistente en un banco de madera con tablillas de cuatro colores, como los que te encontrarás a lo largo de sus calles. Además, cobija a la enorme e histórica mansión de Ashbridge State y al primer cementerio judío de la ciudad, el Pape Avenue Cemetery.
Dentro de Leslieville, mención aparte merecen las calles que conforman Little India. Alrededor de Gerrard Street East, entre Greenwood Avenue y Coxwell Avenue, se concentra la mayor población de origen indio de la urbe. Incluso los carteles de las calles contienen la enseña de Gerrard India Bazaar. Podrás disfrutar de sus bazares, de sus restaurantes y de sus tiendas de electrodomésticos. Es lo más cercano a la India que verás en Toronto.
Upper Beaches, también conocido como el barrio de Kingston Road, parece un pueblo dentro de la gran ciudad. A pesar de su cercanía a zonas turísticas como The Beach, es un verdadero desconocido para la mayoría de viajeros. Pero lo cierto es que es uno de los mejores sitios para comer barato y para sentirte como un torontoniano más.
Greektown, por su parte, emplazado a lo largo de la Danforth Avenue, entre Chester Avenue y Dewhurst Boulevard, es el barrio griego de Toronto y una de las áreas residenciales de emigrantes helenos más relevantes del mundo. Banderas de Grecia, los nombres de las calles escritos tanto en inglés como en griego, un sinfín de restaurantes y cafeterías regentados por ciudadanos de origen heleno -aquí podrás probar los auténticos dulces, cafés y comidas griegos-, y placitas similares a las que encontrarías en el Viejo Continente, son algunos de sus incuestionables atractivos. Si visitas Toronto en verano, te interesará saber que a mediados de agosto en la Danforth Avenue se celebra un festival gastronómico llamado 'Taste of the Danforth', donde los productos helenos se erigen en los mayores protagonistas.
2. St. Lawrence Market.
Una vez disfrutado del histórico distrito de la destilería, te sugiero tomar a la derecha la calle Parliament Street y después girar a izquierda por la calle Front Street East. Tras unos 15 minutos de paseo, llegarás al St. Lawrence Market.
Se trata del principal y mayor mercado público de Toronto. Levantado en el siglo XIX, lo encontrarás con facilidad. Ostenta un gran letrero que lo identifica y además es una construcción de ladrillo icónica. El complejo albergó hasta 2015 dos edificaciones, pero en esa fecha la construcción denominada St. Lawrence Market North fue derribada. En consecuencia, en la actualidad únicamente podrás disfrutar del edificio St. Lawrence Market South. Pero comprende tal magnitud de reclamos que su visita es altamente recomendable. Sus puestos de alimentación, su galería de arte y sus Peameal Bacon Sandwich -los mejores de la ciudad- son algunos de sus incuestionables atractivos. En abril de 2012 fue designado por National Geographic como el mejor mercado de comida del mundo.
En los alrededores del St. Lawrence Market, son un must el Parque St. James -no muy conocido, pero de gran belleza-, la Cathedral Church of St. James -catedral anglicana levantada en el siglo XIX en estilo neogótico, que fue merced a su imponente torre durante unos años el edificio más elevado de Canadá hasta la construcción del viejo ayuntamiento de Toronto-, el Parque David Crombie -de gran popularidad entre los vecinos-, el Parque Berczy -recientemente renovado y cuyo emblema es una hermosa fuente con 27 estatuas de perros, una de un gato y otra de un hueso coronando la fuente-, el Gooderham Building -un singular edificio estrecho de base triangular, que es todo un símbolo de la ciudad y que es conocido como el Flatiron Building-, el Hockey Hall of Fame -el salón de la fama del hockey sobre hielo, uno de los deportes estrella de Toronto-, el Sony Centre for the Performing Arts -un auditorio de excelente acústica-, y el edificio del Fairmont Royal York -un impresionante hotel-. Y, sobre todo, no te olvides de mirar hacia arriba para vislumbrar la grandeza de los muchos rascacielos que anidan en las zonas aledañas.
También te recomiendo visitar el vecino barrio de East Bayfront, un vecindario emergente a orillas del Lago Ontario, con la Playa Sugar Beach y el Parque Sherbourne Common, como mayores señas de identidad.
3. CN Tower.
Sigue por Front Street en dirección hacia el centro y en unos 20 minutos aproximadamente llegarás a la CN Tower. No te perderás, porque el edificio es tan colosal que se ve desde la mayoría de puntos de la urbe.
La CN Tower es la construcción más internacional de la ciudad y su gran estandarte. Con sus más de 553 metros de altura, fue desde su apertura en 1976 y 2007 el edificio más alto del planeta y, aún en la actualidad, es la edificación más alta de Norteamérica. Este icono de Toronto fue declarado como una de las siete maravillas del mundo moderno por la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles. Y es que es de una magnitud incomparable. Ha estado presente en numerosas películas -como Highpoint- y series -como Rocky Blue-, e incluso en España forma parte de un conocido chiste. Es un edificio que ha traspasado fronteras, con sus ingentes antenas y estructuras, su especie de platillo volante, y su espectacular iluminación nocturna.
Algunos de sus mayores reclamos son su restaurante- con unas espectaculares vistas, del que hablaremos más adelante-, su observatorio con suelo transparente a 346 metros de altura, el Skypod -su mirador más elevado, a 447 metros de altura-, y el Edgewalk -una atracción inaugurada en 2011, que permite caminar por fuera de la torre (lo estás leyendo bien) sobre una plataforma metálica justo por encima del restaurante panorámico; pero no te preocupes, porque si te decides, harás la actividad atado-. Esta atracción, no obstante, no abre durante la temporada de invierno, ni cuando arrecian tormentas eléctricas o fuertes vientos. Como es lógico, no puedes irte de Toronto sin subir a está emblemática torre. Eso sí, lo de apuntarte al Edgewalk o no lo dejo en tus manos.
La CN Tower se enclava en el barrio del Entertainment District, el centro de ocio por excelencia de Toronto. Cuenta con espacios con el ocio como epicentro como el Canada's Walk of Fame -el Paseo de la Fama de Canadá-, el fabuloso Acuario Ripley, el estadio de béisbol Rogers Centre -el hogar de los Toronto Blue Jays, que disputa la liga estadounidense de béisbol-, el Air Canada Centre -la cancha de los Toronto Raptors de baloncesto, y de los Toronto Maple Leaf de hockey sobre hielo, ambas escuadras de las ligas profesionales de Estados Unidos-, el Parque Roundhouse -sede del Toronto Railway Museum-, el centro artístico 401 Richmond Building, el club de comedia The Second City Toronto, el auditorio Roy Thomson Hall, teatros como el Princess of Wales y Royal Alexandra y, el TIFF Bell Lightbox -la sede del Toronto International Film Festival, considerado como uno de los más relevantes de Norteamérica y de todo el planeta-. Además, cuenta con numerosos cines, boleras, y algunos de los restaurantes y hoteles más afamados de la urbe.
Si tienes tiempo, acércate al Lago Ontario y disfruta del cercano barrio de Bathurst Quay, con los agradables parques de Little Norway y de Ireland como mayores emblemas.
A su vera se enclava el barrio del Harbourfront, de donde parten los ferris hacia las Toronto Islands. Sus terrazas y restaurantes, y sus espacios verdes -como el Toronto Music Garden-, son una verdadera delicia.
4. Nathan Phillips Square.
Mi consejo es que regreses a la calle Front Street y que después tomes hacia el norte la calle York Street. Camina por este vial hasta topar con un parque cercado por una verja. Allí, gira a la derecha y en apenas unos metros llegarás a la Nathan Phillips Square.
Es la plaza central de la ciudad y a cuyo alrededor se alzan algunos de los edificios más destacados de la misma. Considerada como la plaza urbana de mayores dimensiones de Canadá, cuenta con numerosos elementos que dotan al lugar de una especial singularidad. Su fuente sobre una piscina reflectante, en perfecta combinación con la enseña Toronto, es uno de los rincones más fotografiados por los viajeros. Como curiosidad, esta piscina reflectante se convierte durante la temporada de invierno en una animada pista de patinaje sobre hielo.
Otros puntos de interés son el Peace Garden -creado como símbolo de paz en honor de las víctimas de la bomba atómica de Hiroshima-, el paseo elevado, la estatua de Winston Churchill, y la escultura The Archer. En la temporada veraniega suele acoger conciertos y diversas performances, y un mercado semanal de agricultores; mientras que en invierno alberga un espectacular festival de luces.
Además, a su vera se hallan tanto el Toronto Old City Hall como el actual Toronto City Hall.
El antiguo ayuntamiento fue la sede del gobierno municipal de la urbe desde su construcción en 1899 hasta 1966, fecha en la que fue sustituido por la actual casa consistorial. De estilo neorrománico -en particular, en románico richardsoniano-, el viejo ayuntamiento es tremendamente hermoso. De enormes dimensiones, destacan sus bellos exteriores en distintos tonos marrones coronados por la ingente torre del reloj de más de 103 metros de altura. Mi consejo es que te acerques al edificio, porque de cerca podrás admirar la belleza de sus ornamentaciones en todo su esplendor.
La arquitectura de este edificio contrasta con la del nuevo ayuntamiento, puesto que este último lo componen dos rascacielos de forma curva. Modernidad frente a antigüedad. Lo nuevo frente a lo viejo. Aunque eso sí, ambos son de gran belleza en sus respectivos estilos.
En los alrededores de este área del Downtown resultan interesantes el Osgoode Hall -histórico edificio del siglo XIX donde se enclavó la primera escuela jurídica de Ontario-, el parque Grange -cuyo emblema es la escultura Large Two Forms, obra de Henry Moore-, la iglesia St. Patrick's Catholic Church, el Textile Museum of Canada, y la Art Gallery of Toronto -uno de los grandes museos de la ciudad y sobre el que profundizaremos más adelante-.
Algo más al norte, paséate por el Baldwin Village, un pequeño vecindario repleto de restaurantes y de tiendas.
Más al norte aún se encuentra otra interesante zona alrededor de la University of Toronto. En este área, tienes que ver sí o sí los edificios de la Universidad, el monumento Soldier's Tower, el espectacular Queen's Park, presidido por el majestuoso edificio de la Asamblea Legislativa de Ontario -que alberga diversos memoriales, como el Ontario Veterans Memorial y el 48th Highlanders of Canada Memorial, y numerosas estatuas, como la de la Reina Victoria o la ecuestre del Rey Eduardo VII-, y algunos de los museos más visitados de la urbe, como el Bata Shoe Museum -espléndido museo sobre el mundo del calzado-, el Gardiner Museum -el único museo de Canadá dedicado al arte de la cerámica-, y el Royal Ontario Museum -el espacio museístico de mayor renombre de Toronto, y del que daremos más detalle más abajo-.
Si dispones de tiempo adicional, sumérgete también en el universo del Financial District, el vecindario alrededor de Bay Street, sede de multinacionales y de enormes rascacielos, el auténtico motor financiero de Canadá.
5. Dundas Square.
Otros atractivos cercanos son teatros como el Ed Mirvish Theatre y el Elgin and Winter Garden Theatre Centre, la iglesia anglicana Church of the Holy Trinity, la St. Michael's Cathedral Basilica -la catedral católica de la Arquidiócesis de Toronto, construida en estilo neogótico y que es uno de los templos religiosos más antiguos de la ciudad-, y la Ryerson University.
Lo mejor para desplazarte desde Dundas Square a la Casa Loma es que lo hagas en metro. Te recomiendo que accedas a él en la parada de Dundas y que cojas la línea 1, la de color amarillo, en dirección a Vaughan Metropolitan Centre. Tendrás que bajarte en la parada de Dupont. Allí, camina hacia el norte por la Spadina Road. Enseguida encontrarás los letreros que te llevarán a la Casa Loma. De este modo, apenas caminarás 500 metros, y no los más de 4 kilómetros que separan a la Casa Loma de la Dundas Square.
La Casa Loma es una majestuosa mansión mandada construir por el multimillonario Henry Mill Pellatt, a imagen y semejanza del Castillo de Balmoral escocés. De estilo neogótico y edificada entre 1911 y 1914, se ha convertido en uno de los símbolos de la urbe y ha estado presente en diferentes películas -como por ejemplo, X-Men o Chicago-, así como en otros espacios televisivos.
Hoy convertida en museo, cuenta con 98 habitaciones y ha sido durante mucho tiempo la residencia privada de mayores dimensiones de Canadá. De su interior, te destaco la Oak Room -de enorme lujo y elegancia-, y la singular Round Room. Desde 2014 acoge también una interesante exposición de coches de principios del siglo XX. No puedes perderte tampoco sus túneles y sus preciosos jardines.
Muy cerquita de la Casa Loma, un excelente distrito para conocer un poquito más Toronto es el de South Hill. Es un barrio tranquilo, alejado del centro, con bellos parajes verdes como el Spadina Park -desde donde obtendrás unas sensacionales vistas tanto de la Casa Loma como del skyline de la ciudad y famoso por albergar las Baldwin Steps, unas escaleras del siglo XIX que salieron en la película Scott Pilgrim vs the World-, y con espacios museísticos como el Spadina Museum -un interesante museo de historia ubicado en una bella mansión del siglo XIX, la Spadina House-.
Como anécdota, una de las zonas de South Hill, el vecindario de Rathnelly declaró su independencia simbólica de Canadá, denominándose la Republic of Rathnelly; se expidieron pasaportes simbólicos y los meses de junio se celebra el día de Rathnelly. Cuanto menos, curioso.
Yorkville es otro de esos barrios que no puedes perderte. El que fuera un vecindario bohemio en los sesenta, es en la actualidad el epicentro del lujo y del dinero. Conocido también como la Mink Mile, se halla plagado de exclusivos hoteles y restaurantes, y de boutiques de las marcas más renombradas, por lo que es el lugar ideal para sentirte una celebrity. De hecho, cuando se celebra el Toronto International Film Festival, las grandes estrellas del celuloide suelen alojarse y hacer vida social en este privativo lugar. Es su zona preferida de la capital de Ontario, que cuenta con otros bellos parajes como el Parque Village of Yorkville y la Plaza Town Hall Square, donde se ubicaba el ayuntamiento de Yorkville antes de su anexión a Toronto en 1883.
The Annex es un distrito sumamente atractivo por ser el centro neurálgico de los estudiantes universitarios de la ciudad. Pubs, cafeterías y restaurantes baratos, mucha gente joven y también más de 500 edificios protegidos son las señas de identidad de este animado barrio, que en su día fue uno de los vecindarios preferidos por la alta sociedad y donde por ello se construyeron un buen número de costosas mansiones.
Wychwood Park es uno de los secretos mejor guardados de Toronto; desconocido incluso por los lugareños, es una pequeña comunidad fundada por artistas a finales del siglo XIX, que ha devenido con el paso del tiempo en uno de los barrios residenciales más elitistas de la ciudad. Preciosas casas dentro de la naturaleza más auténtica, que serpentean alrededor de un estanque central, hacen de este enclave un lugar cautivador. En la actualidad es una comunidad privada con enormes restricciones en cuanto a construcción, que merece muy mucho la pena descubrir in situ.
Corso Italia, por su parte, es un barrio italiano de la capital de Ontario poco conocido por los viajeros y que suele denominarse como el Other's Little Italy, al no gozar de tanto renombre como el turístico vecindario de Little Italy. Pero Corso Italia contiene muchos de los atractivos de Little Italy: cafeterías, restaurantes y heladerías regentadas por descendientes de italianos, algunos de ellos huidos de Little Italy por los elevados precios de las viviendas. Por tanto, si te gustan los productos italianos y quieres conocer un rincón genuino de herencia transalpina, éste es tu sitio. Los carteles anunciando sus calles tienen los colores de la bandera italiana.
En el norte de la ciudad, algo alejados de la Casa Loma, se alzan algunos barrios sumamente atractivos.
Uno de ellos es Sherwood Park, que da cobijo a un parque de homónimo nombre y que resulta de una gran belleza. Es uno de los lugares favoritos de los torontonianos para desconectar a través de la naturaleza, con bucólicos bosques y corrientes fluviales.
Otro de ellos es Yonge and Eglinton, un barrio que ocupa los lugares más altos del ranking de vecindarios mejor valorados fuera del Downtown de Toronto. Es un importante centro de negocios, con varios restaurantes y centros comerciales.
7. Kensington Market.
8. West Queen West.
Tras visitar el vecindario de Kensington Market, te sugeriría que tomases hacia la derecha la calle Dundas Street West hasta la calle Bathurst. Continúa hacia la izquierda por este vial hasta llegar a la calle Queen Street West. Allí, a mano derecha se encuentra el epicentro del West Queen West.
Es sin duda uno de los distritos más de moda de la ciudad. No en vano fue escogido por Vogue en septiembre de 2014 como el segundo barrio más cool del mundo, únicamente detrás del de Shimokitazawa en Tokyo. Sus estudios de arte, sus afamados restaurantes y hoteles, sus pastelerías -las mejores de la urbe-, sus galerías escondidas, y sus tiendas chic te mostrarán que estás en un lugar a la última y que no puedes perderte.
El vecino barrio de Trinity-Bellwoods también es enormemente atrayente. Si bien este barrio hasta 1960 fue un nicho de emigrantes ucranianos y polacos, en la actualidad su presencia se ha hecho residual, alcanzando un carácter preponderante los emigrantes de habla portuguesa, procedentes fundamentalmente de Portugal y de Brasil. Sus mayores puntos de interés son la iglesia St. Matthias Anglican Church y el animado Parque Trinity Bellwoods, con grupos de personas haciendo sonar tambores durante el día.
Al lado de este barrio se alza precisamente otro vecindario muy ligado al país luso. Little Portugal es un vecindario residencial con una presencia mayoritaria de portugueses y en los últimos lustros de brasileños. Sus principales atractivos son sus restaurantes y cafeterías con la gastronomía portuguesa como bandera sitos alrededor de Dundas Street West y College Street, en los tramos comprendidos entre Brock Avenue y Dovercourt Road. El Parque McCormick es el lugar de recreo predilecto de los ciudadanos del barrio.
Otro barrio interesante de la zona es el Fashion District. Su nombre procede de la actividad principal que se efectuaba en el pasado en el mismo: la fabricación y venta de textil, llevada a cabo fundamentalmente por judíos hasta la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, el barrio ha cambiado su fisonomía. Continúan existiendo negocios ligados a la industria textil, como por ejemplo outlets, pero muchos de sus espacios han sido aprovechados por artistas para abrir galerías de arte y estudios de diseño. Es el paraíso de las viviendas tipo loft, y uno de los rincones de la ciudad preferido por músicos, diseñadores, artistas y estudiantes. En sus calles además se halla uno de los puntos más visitados y conocidos de Toronto. Se trata del Graffiti Alley, un área alrededor del callejón Rush Lane, donde los murales callejeros han devenido un símbolo, siendo uno de los lugares más fotografiados en los últimos tiempos por los turistas que visitan la ciudad.
El barrio de King West Village es otro de los vecindarios trendy de la urbe. Si en un origen fue un barrio industrial, plagado de fábricas, en estos tiempos es una meca de los locales de moda, de los estudios de diseño y de casas victorianas entrelazadas con grandes condominios, que ha sido comparado en más de una ocasión con el SoHo neoyorkino. Es un templo para el shopping, para la gente fashion y para estar a la última.
El Liberty Village es otro vecindario de origen industrial que ha sabido reinventarse. Donde antes se alzaban fábricas, ahora lo hacen restaurantes, oficinas de negocios tecnológicos, agencias digitales y despachos de publicidad. Donde antes se alzaban plantas industriales, ahora lo hacen cafeterías y tiendas.
Y el Liberty Village Market se está convirtiendo en un santuario para los amantes de las compras. Es un barrio que está dando de qué hablar y que irá a más.
Muy cerca se halla también el Exhibition District, con espacios tan relevantes para la ciudad como el teatro Queen Elizabeth, el Canadian National Exhibition, el Estadio BMO Field -donde disputan sus encuentros el Toronto FC y la selección de Canadá de fútbol-, el Exhibition Place, el Ontario Place Corporation, el Budweiser Stage y el Cinesphere, así como con algún monumento como la Princes' Gates.
Un último punto interesante es el Fort York National Historic Site, un museo enclavado en el barrio de Fort York de gran trascendencia histórica.
Mi rincón: 💎
La CN Tower es la construcción más internacional de la ciudad y su gran estandarte. Con sus más de 553 metros de altura, fue desde su apertura en 1976 y 2007 el edificio más alto del planeta y, aún en la actualidad, es la edificación más alta de Norteamérica. Este icono de Toronto fue declarado como una de las siete maravillas del mundo moderno por la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles. Y es que es de una magnitud incomparable. Ha estado presente en numerosas películas -como Highpoint- y series -como Rocky Blue-, e incluso en España forma parte de un conocido chiste. Es un edificio que ha traspasado fronteras, con sus ingentes antenas y estructuras, su especie de platillo volante, y su espectacular iluminación nocturna.
Algunos de sus mayores reclamos son su restaurante- con unas espectaculares vistas, del que hablaremos más adelante-, su observatorio con suelo transparente a 346 metros de altura, el Skypod -su mirador más elevado, a 447 metros de altura-, y el Edgewalk -una atracción inaugurada en 2011, que permite caminar por fuera de la torre (lo estás leyendo bien) sobre una plataforma metálica justo por encima del restaurante panorámico; pero no te preocupes, porque si te decides, harás la actividad atado-. Esta atracción, no obstante, no abre durante la temporada de invierno, ni cuando arrecian tormentas eléctricas o fuertes vientos. Como es lógico, no puedes irte de Toronto sin subir a está emblemática torre. Eso sí, lo de apuntarte al Edgewalk o no lo dejo en tus manos.
La CN Tower se enclava en el barrio del Entertainment District, el centro de ocio por excelencia de Toronto. Cuenta con espacios con el ocio como epicentro como el Canada's Walk of Fame -el Paseo de la Fama de Canadá-, el fabuloso Acuario Ripley, el estadio de béisbol Rogers Centre -el hogar de los Toronto Blue Jays, que disputa la liga estadounidense de béisbol-, el Air Canada Centre -la cancha de los Toronto Raptors de baloncesto, y de los Toronto Maple Leaf de hockey sobre hielo, ambas escuadras de las ligas profesionales de Estados Unidos-, el Parque Roundhouse -sede del Toronto Railway Museum-, el centro artístico 401 Richmond Building, el club de comedia The Second City Toronto, el auditorio Roy Thomson Hall, teatros como el Princess of Wales y Royal Alexandra y, el TIFF Bell Lightbox -la sede del Toronto International Film Festival, considerado como uno de los más relevantes de Norteamérica y de todo el planeta-. Además, cuenta con numerosos cines, boleras, y algunos de los restaurantes y hoteles más afamados de la urbe.
Si tienes tiempo, acércate al Lago Ontario y disfruta del cercano barrio de Bathurst Quay, con los agradables parques de Little Norway y de Ireland como mayores emblemas.
A su vera se enclava el barrio del Harbourfront, de donde parten los ferris hacia las Toronto Islands. Sus terrazas y restaurantes, y sus espacios verdes -como el Toronto Music Garden-, son una verdadera delicia.
4. Nathan Phillips Square.
Mi consejo es que regreses a la calle Front Street y que después tomes hacia el norte la calle York Street. Camina por este vial hasta topar con un parque cercado por una verja. Allí, gira a la derecha y en apenas unos metros llegarás a la Nathan Phillips Square.
Es la plaza central de la ciudad y a cuyo alrededor se alzan algunos de los edificios más destacados de la misma. Considerada como la plaza urbana de mayores dimensiones de Canadá, cuenta con numerosos elementos que dotan al lugar de una especial singularidad. Su fuente sobre una piscina reflectante, en perfecta combinación con la enseña Toronto, es uno de los rincones más fotografiados por los viajeros. Como curiosidad, esta piscina reflectante se convierte durante la temporada de invierno en una animada pista de patinaje sobre hielo.
Otros puntos de interés son el Peace Garden -creado como símbolo de paz en honor de las víctimas de la bomba atómica de Hiroshima-, el paseo elevado, la estatua de Winston Churchill, y la escultura The Archer. En la temporada veraniega suele acoger conciertos y diversas performances, y un mercado semanal de agricultores; mientras que en invierno alberga un espectacular festival de luces.
Además, a su vera se hallan tanto el Toronto Old City Hall como el actual Toronto City Hall.
El antiguo ayuntamiento fue la sede del gobierno municipal de la urbe desde su construcción en 1899 hasta 1966, fecha en la que fue sustituido por la actual casa consistorial. De estilo neorrománico -en particular, en románico richardsoniano-, el viejo ayuntamiento es tremendamente hermoso. De enormes dimensiones, destacan sus bellos exteriores en distintos tonos marrones coronados por la ingente torre del reloj de más de 103 metros de altura. Mi consejo es que te acerques al edificio, porque de cerca podrás admirar la belleza de sus ornamentaciones en todo su esplendor.
La arquitectura de este edificio contrasta con la del nuevo ayuntamiento, puesto que este último lo componen dos rascacielos de forma curva. Modernidad frente a antigüedad. Lo nuevo frente a lo viejo. Aunque eso sí, ambos son de gran belleza en sus respectivos estilos.
En los alrededores de este área del Downtown resultan interesantes el Osgoode Hall -histórico edificio del siglo XIX donde se enclavó la primera escuela jurídica de Ontario-, el parque Grange -cuyo emblema es la escultura Large Two Forms, obra de Henry Moore-, la iglesia St. Patrick's Catholic Church, el Textile Museum of Canada, y la Art Gallery of Toronto -uno de los grandes museos de la ciudad y sobre el que profundizaremos más adelante-.
Algo más al norte, paséate por el Baldwin Village, un pequeño vecindario repleto de restaurantes y de tiendas.
Más al norte aún se encuentra otra interesante zona alrededor de la University of Toronto. En este área, tienes que ver sí o sí los edificios de la Universidad, el monumento Soldier's Tower, el espectacular Queen's Park, presidido por el majestuoso edificio de la Asamblea Legislativa de Ontario -que alberga diversos memoriales, como el Ontario Veterans Memorial y el 48th Highlanders of Canada Memorial, y numerosas estatuas, como la de la Reina Victoria o la ecuestre del Rey Eduardo VII-, y algunos de los museos más visitados de la urbe, como el Bata Shoe Museum -espléndido museo sobre el mundo del calzado-, el Gardiner Museum -el único museo de Canadá dedicado al arte de la cerámica-, y el Royal Ontario Museum -el espacio museístico de mayor renombre de Toronto, y del que daremos más detalle más abajo-.
Si dispones de tiempo adicional, sumérgete también en el universo del Financial District, el vecindario alrededor de Bay Street, sede de multinacionales y de enormes rascacielos, el auténtico motor financiero de Canadá.
5. Dundas Square.
Deja atrás la Nathan Phillips Square por la calle Bay Street en dirección norte y gira a la derecha cuando llegues a la calle Dundas Street. Enseguida llegarás a la Dundas Square.
A mí me recuerda al Times Square neoyorkino. Es una plaza donde los juegos lumínicos y las luces de neón se erigen en los grandes protagonistas. Es el lugar del movimiento, donde las performances están al orden del día. De hecho, alberga distintos festivales, como el Luminato Festival, la Nuit Blanche, así como eventos del Toronto International Film Festival. Otra de sus atracciones son los chorros de agua que emergen del suelo en la parte central de la plaza. Diría que es la plaza más estadounidense de cuantas componen esta bella urbe canadiense.
Esta plaza se encuentra además conectada al PATH, la red de galerías subterráneas que comunica los principales lugares del centro de la ciudad, con accesos directos, sin necesidad de salir a la calle, a oficinas y transportes, y que cobija numerosas tiendas y restaurantes. Los más de 28 kilómetros de esta red subterránea se convierten en imprescindibles durante los gélidos inviernos de Toronto, cuando se alcanzan unas temperaturas exageradamente frías. En cualquier caso, te recomiendo que te pasees por ellas para que te imagines cómo es parte de la vida de los torontonianos durante el invierno. Es toda una experiencia.
La Dundas Square también se halla a la vera del Toronto Eaton Centre, el centro comercial más renombrado de la ciudad y en el que te recomiendo perderte por unas horas.
Es el momento también de que camines por la renombrada Yonge Street, una de las principales arterias de la ciudad y considerada como la calle más larga del mundo.La Dundas Square también se halla a la vera del Toronto Eaton Centre, el centro comercial más renombrado de la ciudad y en el que te recomiendo perderte por unas horas.
Otros atractivos cercanos son teatros como el Ed Mirvish Theatre y el Elgin and Winter Garden Theatre Centre, la iglesia anglicana Church of the Holy Trinity, la St. Michael's Cathedral Basilica -la catedral católica de la Arquidiócesis de Toronto, construida en estilo neogótico y que es uno de los templos religiosos más antiguos de la ciudad-, y la Ryerson University.
6. Casa Loma.
La Casa Loma es una majestuosa mansión mandada construir por el multimillonario Henry Mill Pellatt, a imagen y semejanza del Castillo de Balmoral escocés. De estilo neogótico y edificada entre 1911 y 1914, se ha convertido en uno de los símbolos de la urbe y ha estado presente en diferentes películas -como por ejemplo, X-Men o Chicago-, así como en otros espacios televisivos.
Hoy convertida en museo, cuenta con 98 habitaciones y ha sido durante mucho tiempo la residencia privada de mayores dimensiones de Canadá. De su interior, te destaco la Oak Room -de enorme lujo y elegancia-, y la singular Round Room. Desde 2014 acoge también una interesante exposición de coches de principios del siglo XX. No puedes perderte tampoco sus túneles y sus preciosos jardines.
Muy cerquita de la Casa Loma, un excelente distrito para conocer un poquito más Toronto es el de South Hill. Es un barrio tranquilo, alejado del centro, con bellos parajes verdes como el Spadina Park -desde donde obtendrás unas sensacionales vistas tanto de la Casa Loma como del skyline de la ciudad y famoso por albergar las Baldwin Steps, unas escaleras del siglo XIX que salieron en la película Scott Pilgrim vs the World-, y con espacios museísticos como el Spadina Museum -un interesante museo de historia ubicado en una bella mansión del siglo XIX, la Spadina House-.
Como anécdota, una de las zonas de South Hill, el vecindario de Rathnelly declaró su independencia simbólica de Canadá, denominándose la Republic of Rathnelly; se expidieron pasaportes simbólicos y los meses de junio se celebra el día de Rathnelly. Cuanto menos, curioso.
Yorkville es otro de esos barrios que no puedes perderte. El que fuera un vecindario bohemio en los sesenta, es en la actualidad el epicentro del lujo y del dinero. Conocido también como la Mink Mile, se halla plagado de exclusivos hoteles y restaurantes, y de boutiques de las marcas más renombradas, por lo que es el lugar ideal para sentirte una celebrity. De hecho, cuando se celebra el Toronto International Film Festival, las grandes estrellas del celuloide suelen alojarse y hacer vida social en este privativo lugar. Es su zona preferida de la capital de Ontario, que cuenta con otros bellos parajes como el Parque Village of Yorkville y la Plaza Town Hall Square, donde se ubicaba el ayuntamiento de Yorkville antes de su anexión a Toronto en 1883.
The Annex es un distrito sumamente atractivo por ser el centro neurálgico de los estudiantes universitarios de la ciudad. Pubs, cafeterías y restaurantes baratos, mucha gente joven y también más de 500 edificios protegidos son las señas de identidad de este animado barrio, que en su día fue uno de los vecindarios preferidos por la alta sociedad y donde por ello se construyeron un buen número de costosas mansiones.
Wychwood Park es uno de los secretos mejor guardados de Toronto; desconocido incluso por los lugareños, es una pequeña comunidad fundada por artistas a finales del siglo XIX, que ha devenido con el paso del tiempo en uno de los barrios residenciales más elitistas de la ciudad. Preciosas casas dentro de la naturaleza más auténtica, que serpentean alrededor de un estanque central, hacen de este enclave un lugar cautivador. En la actualidad es una comunidad privada con enormes restricciones en cuanto a construcción, que merece muy mucho la pena descubrir in situ.
Corso Italia, por su parte, es un barrio italiano de la capital de Ontario poco conocido por los viajeros y que suele denominarse como el Other's Little Italy, al no gozar de tanto renombre como el turístico vecindario de Little Italy. Pero Corso Italia contiene muchos de los atractivos de Little Italy: cafeterías, restaurantes y heladerías regentadas por descendientes de italianos, algunos de ellos huidos de Little Italy por los elevados precios de las viviendas. Por tanto, si te gustan los productos italianos y quieres conocer un rincón genuino de herencia transalpina, éste es tu sitio. Los carteles anunciando sus calles tienen los colores de la bandera italiana.
En el norte de la ciudad, algo alejados de la Casa Loma, se alzan algunos barrios sumamente atractivos.
Uno de ellos es Sherwood Park, que da cobijo a un parque de homónimo nombre y que resulta de una gran belleza. Es uno de los lugares favoritos de los torontonianos para desconectar a través de la naturaleza, con bucólicos bosques y corrientes fluviales.
Otro de ellos es Yonge and Eglinton, un barrio que ocupa los lugares más altos del ranking de vecindarios mejor valorados fuera del Downtown de Toronto. Es un importante centro de negocios, con varios restaurantes y centros comerciales.
La Casa Loma / FUENTE: Archivo propio |
Si caminas desde la Casa Loma hacia el sur por la Spadina Road -que después se convierte en la Spadina Avenue- hasta la calle College Street, habrás llegado a una de las fronteras del Kensington Market. Son casi tres kilómetros de paseo, pero a mí me trae gratos e inolvidables recuerdos, ya que viví durante una temporada en una residencia de la Spadina Avenue. Y no puedo volver a Toronto sin pasar por allí. Otra opción es que os desplacéis en transporte público, si bien os aviso de que la combinación no es demasiado buena ni directa -deberéis tomar el metro y un bus, el metro y un tranvía, o un bus y un tranvía-.
Kensington Market es el barrio alternativo por excelencia de la capital de Ontario. Son apenas cinco o seis manzanas, pero destila un áurea singular. Por algo se ha convertido en uno de los vecindarios más apreciados por los lugareños y más visitados por los turistas. Las casas de estilo victoriano, su multiculturalidad, sus animadas calles repletas de algunos de los mejores restaurantes y cafeterías de la ciudad, sus tiendas de curiosidades, su arte callejero y su aire bohemio te cautivarán.
Algunos de sus mayores puntos de interés son el Parque Bellevue Square, el propio mercado de Kensington Market -que dota de nombre al vecindario, y cuyo gran letrero con la enseña Kensington es una de las imágenes más fotografiadas de la ciudad-, y los Garden Cars -unos curiosos coches repletos de vegetación ataviados del más atrevido arte callejero-. Es sin duda un barrio diferente, pero sumamente atrayente.
Algunos de sus mayores puntos de interés son el Parque Bellevue Square, el propio mercado de Kensington Market -que dota de nombre al vecindario, y cuyo gran letrero con la enseña Kensington es una de las imágenes más fotografiadas de la ciudad-, y los Garden Cars -unos curiosos coches repletos de vegetación ataviados del más atrevido arte callejero-. Es sin duda un barrio diferente, pero sumamente atrayente.
Algunos barrios cercanos que te gustará ver son los de Harbord Village, y los étnicos Koreatown, Little Italy y Chinatown.
El Harbord Village fue un vecindario predominantemente judío entre 1920 y 1960, y hoy es un atrayente centro residencial al albor de la próxima University of Toronto. Alrededor de las calles Bloor Street y College Street, da cobijo a un buen número de animados bares y restaurantes. En la calle Lippincot Street encontrarás el ejemplo paradigmático de edificios residenciales del barrio.
Koreatown, sito en Bloor Street, entre las calles Christie Street y Markham Street, es el barrio coreano de Toronto. Los letreros indicadores de las calles exhiben con orgullo la bandera de Corea del Sur. La capital de Ontario, que cuenta con la comunidad más numerosa de coreanos de todo Canadá con más de cincuenta mil, acogió en esta zona a numerosas familias procedentes de Corea. Por tanto, es el lugar indicado para disfrutar de la gastronomía coreana, puesto que son varios los restaurantes coreanos emplazados en este área. No obstante, merece indicarse que muchos descendientes de coreanos ya no residen en el vecindario, por lo que se ha convertido más en un núcleo de negocios coreano que en un barrio típicamente coreano. Aún así, es altamente recomendable su visita y un regalo para el paladar.
Little Italy es el barrio italiano más conocido de la urbe. Fruto de una fuerte llegada de emigrantes italianos en la década de los veinte del siglo XX, permítase la redundancia, este área se convirtió en el de mayor concentración de ciudadanos de origen transalpino de Toronto. De ahí, que sus calles estén repletas de cafeterías, restaurantes y heladerías regentadas por descendientes de italianos. Como no podía ser de otra forma, los carteles en los que se muestran los nombres de los viales, lucen los colores de la bandera italiana. Si bien en éste sucede como en otros barrios étnicos en los que se ha perdido parte de su esencia, merece ser conocido. Algunos de sus puntos de mayor interés son el Italian Walk of Fame -el Paseo de la Fama de descendientes de italianos que han alcanzado cierta notoriedad-, y las iglesias St. Mary Magdalene Church y College Street United Church. Este vecindario acoge además en verano dos festivales callejeros y en noviembre el festival de cine Royal Cinema, y ha estado presente en diversas películas, como Chloe, Police Academy o The Long Kiss Goodnight.
Por otro lado, cuando observes que los nombres de las calles están remarcados tanto en inglés como en chino, y que este último idioma predomina en los rótulos de los locales comerciales, no cabe duda de que habrás llegado a Chinatown. Alrededor de la intersección de Spadina Avenue y Dundas Street West, desde los años 60 ha emergido una de las comunidades chinas más numerosas de Norteamérica, donde los restaurantes y bazares asiáticos son los grandes protagonistas. Si bien existen otros vecindarios con una fuerte población de origen chino, éste es en la actualidad el más notorio. Es como estar en Asia estando en Canadá. Como curiosidad, este Chinatown no fue el primero cronológicamente de la ciudad; sino que lo fue otro, que nació en 1890, donde se ubican en la actualidad el nuevo ayuntamiento y la Nathan Phillips Square. Y es que en 1960 la ciudad de Toronto decidió expropiar las propiedades de la zona para construir dicha plaza y dicha casa consistorial. Como consecuencia de ello, la población china que mayoritariamente habitaba el lugar decidió asentarse masivamente en lo que en nuestros días se conoce como Chinatown, dando lugar a uno de los barrios chinos fuera de China más relevantes del planeta.8. West Queen West.
Tras visitar el vecindario de Kensington Market, te sugeriría que tomases hacia la derecha la calle Dundas Street West hasta la calle Bathurst. Continúa hacia la izquierda por este vial hasta llegar a la calle Queen Street West. Allí, a mano derecha se encuentra el epicentro del West Queen West.
Es sin duda uno de los distritos más de moda de la ciudad. No en vano fue escogido por Vogue en septiembre de 2014 como el segundo barrio más cool del mundo, únicamente detrás del de Shimokitazawa en Tokyo. Sus estudios de arte, sus afamados restaurantes y hoteles, sus pastelerías -las mejores de la urbe-, sus galerías escondidas, y sus tiendas chic te mostrarán que estás en un lugar a la última y que no puedes perderte.
El vecino barrio de Trinity-Bellwoods también es enormemente atrayente. Si bien este barrio hasta 1960 fue un nicho de emigrantes ucranianos y polacos, en la actualidad su presencia se ha hecho residual, alcanzando un carácter preponderante los emigrantes de habla portuguesa, procedentes fundamentalmente de Portugal y de Brasil. Sus mayores puntos de interés son la iglesia St. Matthias Anglican Church y el animado Parque Trinity Bellwoods, con grupos de personas haciendo sonar tambores durante el día.
Al lado de este barrio se alza precisamente otro vecindario muy ligado al país luso. Little Portugal es un vecindario residencial con una presencia mayoritaria de portugueses y en los últimos lustros de brasileños. Sus principales atractivos son sus restaurantes y cafeterías con la gastronomía portuguesa como bandera sitos alrededor de Dundas Street West y College Street, en los tramos comprendidos entre Brock Avenue y Dovercourt Road. El Parque McCormick es el lugar de recreo predilecto de los ciudadanos del barrio.
Otro barrio interesante de la zona es el Fashion District. Su nombre procede de la actividad principal que se efectuaba en el pasado en el mismo: la fabricación y venta de textil, llevada a cabo fundamentalmente por judíos hasta la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, el barrio ha cambiado su fisonomía. Continúan existiendo negocios ligados a la industria textil, como por ejemplo outlets, pero muchos de sus espacios han sido aprovechados por artistas para abrir galerías de arte y estudios de diseño. Es el paraíso de las viviendas tipo loft, y uno de los rincones de la ciudad preferido por músicos, diseñadores, artistas y estudiantes. En sus calles además se halla uno de los puntos más visitados y conocidos de Toronto. Se trata del Graffiti Alley, un área alrededor del callejón Rush Lane, donde los murales callejeros han devenido un símbolo, siendo uno de los lugares más fotografiados en los últimos tiempos por los turistas que visitan la ciudad.
El barrio de King West Village es otro de los vecindarios trendy de la urbe. Si en un origen fue un barrio industrial, plagado de fábricas, en estos tiempos es una meca de los locales de moda, de los estudios de diseño y de casas victorianas entrelazadas con grandes condominios, que ha sido comparado en más de una ocasión con el SoHo neoyorkino. Es un templo para el shopping, para la gente fashion y para estar a la última.
El Liberty Village es otro vecindario de origen industrial que ha sabido reinventarse. Donde antes se alzaban fábricas, ahora lo hacen restaurantes, oficinas de negocios tecnológicos, agencias digitales y despachos de publicidad. Donde antes se alzaban plantas industriales, ahora lo hacen cafeterías y tiendas.
Y el Liberty Village Market se está convirtiendo en un santuario para los amantes de las compras. Es un barrio que está dando de qué hablar y que irá a más.
Muy cerca se halla también el Exhibition District, con espacios tan relevantes para la ciudad como el teatro Queen Elizabeth, el Canadian National Exhibition, el Estadio BMO Field -donde disputan sus encuentros el Toronto FC y la selección de Canadá de fútbol-, el Exhibition Place, el Ontario Place Corporation, el Budweiser Stage y el Cinesphere, así como con algún monumento como la Princes' Gates.
Un último punto interesante es el Fort York National Historic Site, un museo enclavado en el barrio de Fort York de gran trascendencia histórica.
Mi rincón: 💎
El High Park, que con 161 hectáreas de superficie, es el parque público más grande de Toronto. Inaugurado en 1876, es un enorme paraje famoso por su vegetación, con distintos tipos arbóreos, como cerezos japoneses, y cuidados jardines, pero también por su fauna. Es el rincón ideal para desconectar y para alejarte del ajetreo de la ciudad.
Cuenta con innumerables puntos de interés, entre los que destacan el museo histórico Colborne Lodge, su zoológico, el Grenadier Cafe, sus centros para practicar deportes -como numerosas pistas de tenis, campos de béisbol y de fútbol, una piscina y pistas de patinaje sobre hielo, en este caso, cuando el frío arrecia-, sus áreas de picnic, un trenecito -que hace acto de presencia en primavera y en verano-, un centro de naturaleza, el Anfiteatro Shakespeare -que acoge anualmente un festival de teatro denominado Dream in High Park, donde se representan obras del insigne autor británico-, diversos monumentos -como el de Lesya Ukrainka, el Padrão o el levantado en honor de los benefactores del Parque, John G. y Jemima Howard-, distintas estatuas -como las The Hippie, Midsummer Night's Dream, Three Discs, The Temple o November Pyramid-, zonas de observación de aves, parques para niños como el hermoso Jamie Bell Adventure Playground, y diversos estanques como el Grenadier Pond, donde podrás ver bellos gansos canadienses y cormoranes. Un imperdible de Toronto, donde el ocio y la naturaleza se conjugan de una manera perfecta.
En los alrededores del High Park, te recomiendo encarecidamente que te acerques a los vecindarios de Parkdale, Roncesvalles Village, The Junction, Stockyards District, Little Malta y Bloor West Village.
Parkdale ha sido considerado por The New York Times y por Vogue como uno de los barrios más de moda de Toronto. Es un crisol de personas procedentes de Europa, de Asia, del Caribe y del propio Canadá que han hecho de este barrio obrero un lugar trendy. Dos de sus grandes tesoros son su litoral costero junto al Lago Ontario y su zona conocida como Little Tibet, una de los lugares con más ciudadanos de origen tibetano de Norteamérica y por tanto un excelente paraje para degustar la gastronomía del Tíbet.
Roncesvalles Village es la Little Poland, o lo que es lo mismo el barrio polaco de la ciudad. Es un distrito con aroma a ese bello país de Europa del Este. Su presencia se detecta en muchas de los locales comerciales, en los que se hace constar que se habla polaco, y en la relevancia de la religión católica. De hecho, dos de sus grandes reclamos son las iglesias St. Casimir's Roman Catholic Church -donde se ofician cada domingo misas en polaco- y St. Vincent de Paul Catholic Church -donde se celebran misas tanto en inglés como en latín-. También tienen enorme relevancia para el vecindario el teatro Revue Cinema, los restaurantes y cafeterías que ofrecen lo mejor de la gastronomía polaca, y el festival polaco más grande de América del Norte -el Roncesvalles Village Polish Festival, que se celebra con carácter anual en sus calles-. Otro dato a considerar es que en los últimos tiempos este barrio se ha distinguido por ser un epicentro para los amantes de los productos orgánicos y ecológicos.
The Junction es un barrio marcado por la presencia de las vías del tren, que ha tardado en encontrar una identidad propia y atractiva. No obstante, en los últimos años ha logrado atraer a un elevado número de tiendas independientes de ropa, de cafeterías, de restaurantes y de locales para escuchar música en directo. Es un barrio en auge del que oirás hablar mucho en un futuro cercano.
Stockyards District era un barrio en el que predominaban los mataderos y fábricas, pero que seduce cada vez a más gente por sus centros comerciales y por sus cervecerías artesanales. Un vecindario con una oferta de ocio muy interesante.
Little Malta se enclava alrededor de las calles Dundas Street West y St. John's Road, entre Gilmour Avenue y Quebec Avenue. Es el pequeño rincón maltés de Toronto, el lugar donde numerosos ciudadanos procedentes de Malta se asentaron décadas atrás. Aún es posible degustar productos de origen maltés en algunas de sus pastelerías y restaurantes -recomiendo especialmente la pastelería Malta Bake Shop-, pero también es cierto que aunque la presencia maltesa persiste, muchos de los malteses que residían en el barrio se han marchado a otras ciudades del área metropolitana de Toronto. Este vecindario cuenta además con la hermosa iglesia católica St. Paul The Apostle Church.
Bloor West Village, por su parte, es un barrio con una presencia relevante de ciudadanos de Europa del Este, que desde los años 70 ha emergido con fuerza como un distrito comercial de primer orden, con más de 400 tiendas y numerosos restaurantes.
Las mejores vistas de la ciudad: 👀
Cuenta con innumerables puntos de interés, entre los que destacan el museo histórico Colborne Lodge, su zoológico, el Grenadier Cafe, sus centros para practicar deportes -como numerosas pistas de tenis, campos de béisbol y de fútbol, una piscina y pistas de patinaje sobre hielo, en este caso, cuando el frío arrecia-, sus áreas de picnic, un trenecito -que hace acto de presencia en primavera y en verano-, un centro de naturaleza, el Anfiteatro Shakespeare -que acoge anualmente un festival de teatro denominado Dream in High Park, donde se representan obras del insigne autor británico-, diversos monumentos -como el de Lesya Ukrainka, el Padrão o el levantado en honor de los benefactores del Parque, John G. y Jemima Howard-, distintas estatuas -como las The Hippie, Midsummer Night's Dream, Three Discs, The Temple o November Pyramid-, zonas de observación de aves, parques para niños como el hermoso Jamie Bell Adventure Playground, y diversos estanques como el Grenadier Pond, donde podrás ver bellos gansos canadienses y cormoranes. Un imperdible de Toronto, donde el ocio y la naturaleza se conjugan de una manera perfecta.
En los alrededores del High Park, te recomiendo encarecidamente que te acerques a los vecindarios de Parkdale, Roncesvalles Village, The Junction, Stockyards District, Little Malta y Bloor West Village.
Parkdale ha sido considerado por The New York Times y por Vogue como uno de los barrios más de moda de Toronto. Es un crisol de personas procedentes de Europa, de Asia, del Caribe y del propio Canadá que han hecho de este barrio obrero un lugar trendy. Dos de sus grandes tesoros son su litoral costero junto al Lago Ontario y su zona conocida como Little Tibet, una de los lugares con más ciudadanos de origen tibetano de Norteamérica y por tanto un excelente paraje para degustar la gastronomía del Tíbet.
Roncesvalles Village es la Little Poland, o lo que es lo mismo el barrio polaco de la ciudad. Es un distrito con aroma a ese bello país de Europa del Este. Su presencia se detecta en muchas de los locales comerciales, en los que se hace constar que se habla polaco, y en la relevancia de la religión católica. De hecho, dos de sus grandes reclamos son las iglesias St. Casimir's Roman Catholic Church -donde se ofician cada domingo misas en polaco- y St. Vincent de Paul Catholic Church -donde se celebran misas tanto en inglés como en latín-. También tienen enorme relevancia para el vecindario el teatro Revue Cinema, los restaurantes y cafeterías que ofrecen lo mejor de la gastronomía polaca, y el festival polaco más grande de América del Norte -el Roncesvalles Village Polish Festival, que se celebra con carácter anual en sus calles-. Otro dato a considerar es que en los últimos tiempos este barrio se ha distinguido por ser un epicentro para los amantes de los productos orgánicos y ecológicos.
The Junction es un barrio marcado por la presencia de las vías del tren, que ha tardado en encontrar una identidad propia y atractiva. No obstante, en los últimos años ha logrado atraer a un elevado número de tiendas independientes de ropa, de cafeterías, de restaurantes y de locales para escuchar música en directo. Es un barrio en auge del que oirás hablar mucho en un futuro cercano.
Stockyards District era un barrio en el que predominaban los mataderos y fábricas, pero que seduce cada vez a más gente por sus centros comerciales y por sus cervecerías artesanales. Un vecindario con una oferta de ocio muy interesante.
Little Malta se enclava alrededor de las calles Dundas Street West y St. John's Road, entre Gilmour Avenue y Quebec Avenue. Es el pequeño rincón maltés de Toronto, el lugar donde numerosos ciudadanos procedentes de Malta se asentaron décadas atrás. Aún es posible degustar productos de origen maltés en algunas de sus pastelerías y restaurantes -recomiendo especialmente la pastelería Malta Bake Shop-, pero también es cierto que aunque la presencia maltesa persiste, muchos de los malteses que residían en el barrio se han marchado a otras ciudades del área metropolitana de Toronto. Este vecindario cuenta además con la hermosa iglesia católica St. Paul The Apostle Church.
Bloor West Village, por su parte, es un barrio con una presencia relevante de ciudadanos de Europa del Este, que desde los años 70 ha emergido con fuerza como un distrito comercial de primer orden, con más de 400 tiendas y numerosos restaurantes.
Sin ningún tipo de duda, el lugar ideal para obtener las mejores fotos del skyline de Toronto son las Toronto Islands. Desde allí tendrás el privilegio de vislumbrar en su plenitud el impresionante Downtown de la ciudad, con la omnipresente presencia de la CN Tower, el icono de la urbe.
Pero aparte de ser el rincón donde se consiguen las mejores estampas de la capital de Ontario, las Toronto Islands son en sí un destino de enorme atractivo, tanto para los habitantes de la ciudad como para los viajeros. A los lugareños les encanta porque es un centro recreacional de primer orden y a los turistas por las preciadas estampas del skyline. Y es que las Toronto Islands son un conjunto de islas unidas entre ellas mediante puentes en las que podrás relajarte y pasarlo en grande. Atesora varias playas, áreas de picnic, clubes náuticos para practicar deportes acuáticos, un faro, un singular parque de atracciones, una granja, cafeterías, jardines, una iglesia anglicana y, lo mejor de todo, sin la presencia de vehículos a motor.
La mayor de todas las islas es la Centre Island, seguida de la Algonquin Island y de la Olympic Island. Las demás son de menor tamaño, pero gozan de una gran belleza.
Podrás acceder a las Toronto Islands mediante un ferri que parte del puerto de la ciudad, entre las calles Bay Street y Yonge Street. Es un trayecto muy corto, de menos de 3 kilómetros, de apenas 10 minutos.
III. Qué comer en Toronto:
Una comida: 🍲
El Peameal Bacon Sandwich, un bocadillo de beicon hecho con finas lonchas de lomo de cerdo que han sido encurtidas y enrolladas en harina de maíz, con mostaza en la mayoría de los casos.Un dulce: 🎂
La Butter Tart, una tarta de forma redonda consistente en una masa horneada elaborada con mantequilla, azúcar, jarabe de arce y huevos.IV. Qué beber en Toronto:
Una bebida: ☕
El Rev, una bebida azulada compuesta de vodka y cola, con una graduación alcohólica de siete grados.V. Dónde comer en Toronto:
Restaurantes: 🍴
Con vistas: 360 The Restaurant at the CN Tower: Sito a más de 350 metros del suelo en la emblemática CN Tower, el que fue durante mucho tiempo el restaurante a más altura del planeta, es uno de los establecimientos de referencia en Toronto. Su cocina internacional cimentada en los productos canadienses y sus insuperables vistas forman una combinación idílica. Eso sí, sus precios son altos. Especialmente recomendable para ocasiones especiales.
301 Front Street West, Toronto.
Precio: €€€€
El favorito de los locales: Amsterdam BrewHouse (On the Lake): A orillas del Lago Ontario, a la altura de la CN Tower, verás un local a tope de gente, con colas -y eso que el establecimiento es amplio-. No hay duda, habrás encontrado este tesoro. Se trata de una cervecería, que aparte de servir una excelsa cerveza artesanal, prepara unos platos sencillos pero enormemente sabrosos. Su ideal ubicación y sus cervezas, lo han convertido en el restaurante favorito de muchos habitantes de Toronto. Si vas una vez, regresarás. Tiene una terraza muy animada.
245 Queens Quay West, South Building, Toronto.
Precio: €€-€€€
El mejor Peameal Bacon Sandwich: Carousel Bakery: Ubicado en el famoso St. Lawrence Market, es un lugar célebre, de renombre internacional. El motivo es que es el verdadero santuario del Peameal Bacon Sandwich. Sus precios bajos y sus deliciosos bocadillos hacen de este lugar un must para cualquier visitante de la capital de Ontario. Cuenta con mesas exteriores.
St. Lawrence Market, 93 Front Street East, Toronto.
Precio: €
El más recomendado por los viajeros: Scaramouche: Es un restaurante que aúna excelentes materias primas, soberbios emplatados, un servicio impecable y unas vistas espléndidas del skyline de Toronto. Por algo es el establecimiento más recomendado por quienes visitan la urbe. Especialmente romántico para cenar, se halla bastante cerca de la Casa Loma.
1 Benvenuto Place, Toronto.
Precio: €€€€
Un clásico: The Senator: Muy cerquita de Dundas Square, se sitúa uno de los restaurantes más míticos de la urbe. The Senator está considerado como el restaurante en continuo funcionamiento en su ubicación original más antiguo de Toronto. El establecimiento es una auténtica leyenda en la capital de Ontario. Su Peameal Bacon Sandwich es soberbio. Un histórico, que continúa en la cima.
249 Victoria Street, Toronto.
Precio: €€-€€€
El más de moda: Richmond Station: En las inmediaciones de la Nathan Phillips Square y del Toronto Eaton Centre, toparás con este local que se ha convertido en el más trendy. Su cocina ecléctica y su famosa hamburguesa, hacen que sea realmente difícil encontrar mesa en el restaurante. Pero si logras la hazaña, te aseguro que te encantará. Una apuesta segura.
1 Richmond Street West, Toronto.
Precio: €€-€€€
El mejor valorado: Alo: A pesar de encontrarse en Spadina Avenue, la principal arteria de Chinatown, este lujoso establecimiento se halla especializado en alta cocina francesa, si bien hace guiños a otras gastronomías del mundo. Es un restaurante refinado, con un servicio inigualable y una comida sublime. Es cierto que es de precios muy elevados, pero también es cierto que es el restaurante mejor valorado por los habitantes de Toronto. Por algo será. Para ocasiones especiales.
163 Spadina Avenue, 3rd Floor, Toronto.
Precio: €€€€
Si echas de menos la comida española: LaVinia Restaurant: Sito en el barrio de Etobicoke, bastante alejado del centro, se alza este templo de la gastronomía patria, que ha conseguido hacerse un hueco entre los restaurantes de moda de Toronto. Es un restaurante español en mayúsculas, de esos que hacen que nuestra cocina crezca a nivel internacional, que gusta tanto a los lugareños como a los españoles. Un descubrimiento.
2350 Lake Shore Blvd W, Toronto.
Precio: €€-€€€
787 Queen Street West, Toronto.
Precio: €€-€€€
Nadege: También ubicado en el barrio de West Queen West, Nadege es una pastelería de referencia desde que su propietario, un francés pastelero de cuarta generación, se estableció en Toronto. Su fina bollería francesa, sus deliciosas tartas y sus macarons se han convertido en una celebridad en la capital de Ontario. Ostenta una agradable terraza. Tiene otros cuatro locales en la urbe.
780 Queen Street West, Toronto.
Precio: €€-€€€
Wanda's Pie in the Sky: Se trata de una de las cafeterías mejor valoradas por los habitantes de Toronto. Su secreto es la calidad de todos sus productos, entre ellos, sus pasteles. Son un regalo caído del cielo. Las grandes especialidades de la casa son las tartas de cerezas y el brownie, que fue elegido en 2001 el mejor de la ciudad. Excelente opción también para comer. Cuenta con una terraza. Se emplaza en el animado distrito de Kensington Market.
287 Augusta Avenue, Toronto.
Precio: €
Sanremo Bakery and Cafe: Sita en el barrio de Etobicoke, cerca de la Estación de Tren de Mimico, y bastante alejada del centro, se encuentra este santuario de los dulces, uno de los más reputados de la capital de Ontario. Regentada desde 1969 por una familia de origen italiano, elabora los mejores dulces de la repostería transalpina y también los donuts más ricos de la ciudad. Sensacional.
374 Royal York Road, Toronto.
Precio: €
Dineen Coffee Company: Bastante cerca de la Nathan Phillips Square y del Toronto Eaton Centre, se ubica el local del que dicen sirve los mejores cafés de la urbe. En este bello local bordan los cafés, pero también la bollería. Es una sobresaliente opción tanto para desayunar y merendar, como para comer o hacer brunch. Tiene una agradable terraza. Un descubrimiento. Ostenta otros dos establecimientos en la ciudad.
140 Yonge Street, Toronto.
Precio: €€-€€€
301 Front Street West, Toronto.
Precio: €€€€
El favorito de los locales: Amsterdam BrewHouse (On the Lake): A orillas del Lago Ontario, a la altura de la CN Tower, verás un local a tope de gente, con colas -y eso que el establecimiento es amplio-. No hay duda, habrás encontrado este tesoro. Se trata de una cervecería, que aparte de servir una excelsa cerveza artesanal, prepara unos platos sencillos pero enormemente sabrosos. Su ideal ubicación y sus cervezas, lo han convertido en el restaurante favorito de muchos habitantes de Toronto. Si vas una vez, regresarás. Tiene una terraza muy animada.
245 Queens Quay West, South Building, Toronto.
Precio: €€-€€€
El mejor Peameal Bacon Sandwich: Carousel Bakery: Ubicado en el famoso St. Lawrence Market, es un lugar célebre, de renombre internacional. El motivo es que es el verdadero santuario del Peameal Bacon Sandwich. Sus precios bajos y sus deliciosos bocadillos hacen de este lugar un must para cualquier visitante de la capital de Ontario. Cuenta con mesas exteriores.
St. Lawrence Market, 93 Front Street East, Toronto.
Precio: €
El más recomendado por los viajeros: Scaramouche: Es un restaurante que aúna excelentes materias primas, soberbios emplatados, un servicio impecable y unas vistas espléndidas del skyline de Toronto. Por algo es el establecimiento más recomendado por quienes visitan la urbe. Especialmente romántico para cenar, se halla bastante cerca de la Casa Loma.
1 Benvenuto Place, Toronto.
Precio: €€€€
Un clásico: The Senator: Muy cerquita de Dundas Square, se sitúa uno de los restaurantes más míticos de la urbe. The Senator está considerado como el restaurante en continuo funcionamiento en su ubicación original más antiguo de Toronto. El establecimiento es una auténtica leyenda en la capital de Ontario. Su Peameal Bacon Sandwich es soberbio. Un histórico, que continúa en la cima.
249 Victoria Street, Toronto.
Precio: €€-€€€
El más de moda: Richmond Station: En las inmediaciones de la Nathan Phillips Square y del Toronto Eaton Centre, toparás con este local que se ha convertido en el más trendy. Su cocina ecléctica y su famosa hamburguesa, hacen que sea realmente difícil encontrar mesa en el restaurante. Pero si logras la hazaña, te aseguro que te encantará. Una apuesta segura.
1 Richmond Street West, Toronto.
Precio: €€-€€€
El mejor valorado: Alo: A pesar de encontrarse en Spadina Avenue, la principal arteria de Chinatown, este lujoso establecimiento se halla especializado en alta cocina francesa, si bien hace guiños a otras gastronomías del mundo. Es un restaurante refinado, con un servicio inigualable y una comida sublime. Es cierto que es de precios muy elevados, pero también es cierto que es el restaurante mejor valorado por los habitantes de Toronto. Por algo será. Para ocasiones especiales.
163 Spadina Avenue, 3rd Floor, Toronto.
Precio: €€€€
Si echas de menos la comida española: LaVinia Restaurant: Sito en el barrio de Etobicoke, bastante alejado del centro, se alza este templo de la gastronomía patria, que ha conseguido hacerse un hueco entre los restaurantes de moda de Toronto. Es un restaurante español en mayúsculas, de esos que hacen que nuestra cocina crezca a nivel internacional, que gusta tanto a los lugareños como a los españoles. Un descubrimiento.
2350 Lake Shore Blvd W, Toronto.
Precio: €€-€€€
Templos de dulces: 🍫
Dufflet Downtown: En el distrito de moda de West Queen West se enclava este afamado establecimiento. Con vida desde 1982, es una de las pastelerías más emblemáticas de este vecindario trendy. Sus tartas son memorables, las mejores de la urbe. Es el lugar ideal para degustar la Butter Tart. Te encantará. Cuenta con otros locales en la ciudad.787 Queen Street West, Toronto.
Precio: €€-€€€
Nadege: También ubicado en el barrio de West Queen West, Nadege es una pastelería de referencia desde que su propietario, un francés pastelero de cuarta generación, se estableció en Toronto. Su fina bollería francesa, sus deliciosas tartas y sus macarons se han convertido en una celebridad en la capital de Ontario. Ostenta una agradable terraza. Tiene otros cuatro locales en la urbe.
780 Queen Street West, Toronto.
Precio: €€-€€€
Wanda's Pie in the Sky: Se trata de una de las cafeterías mejor valoradas por los habitantes de Toronto. Su secreto es la calidad de todos sus productos, entre ellos, sus pasteles. Son un regalo caído del cielo. Las grandes especialidades de la casa son las tartas de cerezas y el brownie, que fue elegido en 2001 el mejor de la ciudad. Excelente opción también para comer. Cuenta con una terraza. Se emplaza en el animado distrito de Kensington Market.
287 Augusta Avenue, Toronto.
Precio: €
Sanremo Bakery and Cafe: Sita en el barrio de Etobicoke, cerca de la Estación de Tren de Mimico, y bastante alejada del centro, se encuentra este santuario de los dulces, uno de los más reputados de la capital de Ontario. Regentada desde 1969 por una familia de origen italiano, elabora los mejores dulces de la repostería transalpina y también los donuts más ricos de la ciudad. Sensacional.
374 Royal York Road, Toronto.
Precio: €
Dineen Coffee Company: Bastante cerca de la Nathan Phillips Square y del Toronto Eaton Centre, se ubica el local del que dicen sirve los mejores cafés de la urbe. En este bello local bordan los cafés, pero también la bollería. Es una sobresaliente opción tanto para desayunar y merendar, como para comer o hacer brunch. Tiene una agradable terraza. Un descubrimiento. Ostenta otros dos establecimientos en la ciudad.
140 Yonge Street, Toronto.
Precio: €€-€€€
VI. Qué hacer en Toronto:
2 museos imprescindibles: 🎨
Royal Ontario Museum: Sito muy cerca de la University of Toronto, a pocas manzanas de Yonge Street, el Royal Ontario Museum es el museo más visitado de la urbe y uno de los más relevantes de todo América del Norte. De hecho, está considerado como uno de los cinco museos más grandes de Norteamérica. Se trata de un enorme espacio donde la historia natural y la cultura mundial son sus dos grandes protagonistas. Sus colecciones de fósiles, meteoritos y de arte, procedentes de todo el planeta, hacen de este recinto un imprescindible en cualquier visita a Toronto. Su edificio de cristal, además, es de los más fotografiados de la ciudad.
100 Queen's Park, Toronto.
Art Gallery of Ontario: Es el otro gran museo de la urbe y uno de los más visitados del país. Este espacio de arte alberga la mayor colección de arte canadiense, obras muy relevantes del Barroco y Renacimiento europeos, interesantes muestras de arte oceánico y africano, así como una importante colección de obras contemporáneas, de fotografía y de esculturas. Cobija también una de las mejores muestras de arte inuit del planeta. Se halla en las proximidades de la Nathan Phillips Square.
317 Dundas Street West, Toronto.
Algonquin Park: A unos 250 kilómetros de Toronto en dirección norte se enclava uno de los parques naturales más bellos de la provincia de Ontario. De una ingente extensión, el que fuera el primer parque provincial de Canadá con su designación como tal en 1893, es un paraje ideal para los amantes de la naturaleza. Sus lagos, sus ríos y arroyos, su frondosa vegetación y su fauna, cuyo estandarte son los alces, son una oda a la naturaleza. No puedes marcharte de Canadá sin visitar alguno de sus espacios naturales.
100 Queen's Park, Toronto.
Art Gallery of Ontario: Es el otro gran museo de la urbe y uno de los más visitados del país. Este espacio de arte alberga la mayor colección de arte canadiense, obras muy relevantes del Barroco y Renacimiento europeos, interesantes muestras de arte oceánico y africano, así como una importante colección de obras contemporáneas, de fotografía y de esculturas. Cobija también una de las mejores muestras de arte inuit del planeta. Se halla en las proximidades de la Nathan Phillips Square.
317 Dundas Street West, Toronto.
VII. Excursiones desde Toronto:
2 excursiones recomendables: 🚌
Cataratas del Niágara: Es la excursión por antonomasia desde Toronto. Sitas a 130 kilómetros de la capital de Ontario, son un fenómeno de la naturaleza universalmente conocido. Sus tres cataratas son las más voluminosas de América del Norte y unas de las más renombradas de todo el mundo. Visitarlas es todo un espectáculo que recordarás toda la vida. Un must en mayúsculas.Algonquin Park: A unos 250 kilómetros de Toronto en dirección norte se enclava uno de los parques naturales más bellos de la provincia de Ontario. De una ingente extensión, el que fuera el primer parque provincial de Canadá con su designación como tal en 1893, es un paraje ideal para los amantes de la naturaleza. Sus lagos, sus ríos y arroyos, su frondosa vegetación y su fauna, cuyo estandarte son los alces, son una oda a la naturaleza. No puedes marcharte de Canadá sin visitar alguno de sus espacios naturales.
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